Ocaso y Servisa: una asociación mortal
Quisiera compartir mi experiencia con los usuarios de este foro, por si son hijos de esos padres o abuelos que contrataron su seguro hace cuarenta o cincuenta años y lo siguen pagando religiosamente todos los meses. Es instructivo saber lo que ocurre en el momento de la muerte:
Ayer, día 27, enterramos a mi madre en el Cementerio Municipal de Valencia. Tras el responso, celebrado a las once y media en el Tanatorio Municipal de Valencia (a dos minutos en coche del cementerio) el coche fúnebre tardó una hora en venir a recoger el féretro. A las doce realicé una primera llamada, a la que se me respondió desde SERVISA (entidad encargada de dicho trámite) que el coche acababa de salir del cementerio. A las doce y cuarto repetí la llamada
y se me dijo que estaba saliendo en ese momento y que "se había expresado mal" en la llamada anterior. A las doce y veinte –tercera llamada– se me dijo que el conductor se había equivocado y que estaba en otro tanatorio en la otra parte de la ciudad (???). Cuando pedí hablar con el responsable, se me dijo que había que esperar a que el conductor hiciera el camino de vuelta porque no tenían más coches disponibles, a pesar de lo cual a las 12.45 llegó un conductor con un coche fúnebre que había acudido de urgencia y que no sabía nada de lo que había pasado. Tras cargar el coche, al llegar al cementerio la documentación necesaria para enterrar a mi madre no estaba porque ese chófer no era el encargado del servicio.
Llamé por quinta vez a SERVISA y me dijeron que a las diez de la mañana, cuando salió el chófer, la documentación no estaba completa y que "la habían terminado más tarde". Sin embargo, fueron incapaces de enviar alguien en un taxi para que estuviera en el cementerio a su hora, a pesar de ser ese su cometido y hacerlo todos los días en múltiples servicios.
Mi impresión de todo esto, a la vista de los hechos, es que Servisa –y, en última instancia, Ocaso– ahorraron en conductores y en coches por ser agosto y que cargaron las deficiencias delservicio a la paciencia de los deudos.
El servicio y el trato recibido me parecen vergonzosos. Mi madre pagó religiosamente desde 1942 su recibo para que Ocaso hiciera un servicio puntual, que dura una mañana, y que se realizan de forma rutinaria día tras día siempre igual. Si, como me dijeron en la compañía, "la antigüedad da igual, porque el servicio es el que se contrata y nada importa si eres cliente un año que cincuenta", animo a todos los clientes antiguos a que se cambien de compañía porque el servicio contratado va a ser el mismo, la antigüedad no les va a garantizar ningún tipo de consideración y no pueden confiar ni siquiera en que vaya a ser eficiente.