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Evitar malvender un valor en Bolsa

Uno de los pasos más delicados en todo proceso bursátil consiste en decidir cuál es el mejor momento para comprar una acción. Pero más difícil aún es tomar la decisión sobre el momento de la venta, ya que esta operación determinará la rentabilidad de una operación y sus consecuencias.

Minimizar pérdidas



La indecisión ante una operación que "sale mal" puede llevar a muchos pequeños y medianos inversores a quedar "enganchados" en un valor. Pero también a tomar de manera precipitada la decisión de venta cuando se está en posición de plusvalías, es decir, cuando se está ganando dinero. Una de las estrategias para impedirlo es minimizar las pérdidas y maximizar las ganancias; el caso más claro es el de las acciones que se compran a un determinado precio para venderlo después con una ganancia del 5%, 10%, o como mucho del 15%. De acuerdo a este método nunca se obtendrán notables revalorizaciones (como las experimentadas en la década de los 90 o en el período 2003-2007 en los que los principales valores de la Bolsa se revalorizaron en dos dígitos), pero se evitarán pérdidas en cada operación, o caer en posiciones tan peligrosas como las que representa la renta variable en estos momentos, con algunos títulos cuyos precios han descendido más del 80%.

Soslayar una mala venta



La estrategia del inversor fracasa siempre que se producen minusvalías, pero hay casos en que se pueden evitar o, al menos, minimizarlas. Para ello basta con tomar una serie de precauciones de fácil aplicación para cualquiera que invierta en la renta variable. Las fórmulas, sin embargo, varían en función del perfil del inversor y su necesidad de liquidez. Detectar el grado de liquidez es muy importante, pues los ahorradores que necesiten una inyección de dinero probablemente se verán arrastrados a realizar una mala venta, mientras que los que hayan invertido un capital disponible para varios años dispondrán de un menor margen de error.

Evitar malvender un valor en BolsaEn el caso de los ahorradores con ciertas necesidades económicas, lo deseable es invertir la mínima cantidad de dinero, y siempre en valores seguros y estables que "protejan" su apuesta. De esta forma, en caso de que las necesidades obliguen a vender los títulos las minusvalías no serán exageradas, lo que sucedería, en cambio, con inversiones millonarias o con deseos de obtener rápidas ganancias, que pueden inducir al inversor a optar por valores especulativos o "chicharros", cuya oscilación en su cotización es del 20% en cada sesión bursátil. Por el contrario, quienes dispongan de una mayor capacidad económica tienen el factor tiempo a su favor, ya que, en caso de que la inversión no se desarrolle por los derroteros previstos, podrán esperar a que la cotización de su valor pueda recuperar el precio de compra, y no sufrir minusvalías en su operación bursátil. Cualquier otra opción sería malvender los títulos, a no ser que hayan sido recuperados a través de los pagos por dividendo, que suelen ser de entre un 3% y un 10% anual.

Según la época del año





Técnicas subjetivas y, en muchas ocasiones, ilógicas (pero efectivas) son aquéllas que propician comprar y vender en función del día, mes o época del año:

  • Día del mes: los precios de los títulos suelen subir los primeros días de cada mes. De ahí que si se compra en la última semana del mes anterior y se vende en la primera del siguiente, el inversor dispone de muchas posibilidades de sacar beneficios a su inversión en un período de tiempo relativamente corto.

  • Días de la semana: los martes, miércoles y jueves son, por lo general, estables, sin grandes oscilaciones, mientras que los lunes tienen un perfil claramente bajista y los viernes, alcista. En el primero de ellos porque se está a la expectativa de cómo abrirá Wall Street y el último día de sesión bursátil porque siempre hay movimientos por parte de los brokers ante el fin de semana.

  • Enero: para muchos analistas, el primer mes del año es un reflejo de lo que va a acontecer durante todo el ejercicio. De hecho, consideran que la tendencia de los mercados en los primeros cinco días de este mes se puede extrapolar al final del ejercicio. En esos días, la Bolsa suele ser más alcista que bajista, porque los gestores de fondos, que son los que hacen mover los mercados, invierten gran parte del dinero de que disponen, ya que, como están a principios de año, si se equivocan les da tiempo a rectificar.


La importancia del perfil



Otro de los parámetros que conviene determinar antes de una venta es si el perfil del inversor es conservador o agresivo en su planteamiento bursátil. En el primer caso, el ahorrador se inclinaría por valores de corte defensivo al estilo de los "blue chips" (Santander, BBVA, Telefónica, Endesa e Iberdrola) o por títulos procedentes del mundo de las finanzas y los sectores de las eléctricas, el alimentario o los "commodities", lo que en situaciones normales de cotización supondría que las pérdidas no serían excesivas. Por desgracia para sus intereses, siempre se dan situaciones en las que este tipo de inversor malvende los títulos adquiridos:

  • Cuando se venden las acciones después de haber perdido entre un 5% al 15% de su precio: es el peor escenario posible para realizar las ventas y, aunque puede que pierdan más en el futuro, lo normal en este tipo de valores es que recuperen sus precios en un par de años como máximo, como viene demostrando la experiencia.

  • Vender tras haber desarrollado una fuerte corrección en los precios: el inversor puede perderse un rebote al que recurren con frecuencia los precios en las siguientes sesiones bursátiles.

  • En valores que han tocado suelo, o están a punto de hacerlo: ¿es posible saberlo de antemano? Aunque la Bolsa no es una ciencia exacta, hay determinados mecanismos que pueden anticipar una tendencia o cambio de ciclo, como el que proporciona el análisis técnico a través de los gráficos. Este sistema permite detectar tanto los cambios de tendencia como los soportes y resistencias, de forma que es aconsejable comprar en precios cercanos al soporte, para en caso de vender hacerlo siempre alejado de este parámetro, y así las pérdidas no serán muy abultadas.


Con relación a los inversores más agresivos, los que se decantan por apuestas de corte especulativo, las malas operaciones vienen precisamente del carácter de sus inversiones y de su necesidad de rentabilizar rápidamente el capital invertido. Éstas son las situaciones concretas en las que pueden malvender las compras realizadas:

  • No aprovechar las subidas del valor por el deseo de obtener una mayor rentabilidad, lo que hace que en muchos de los casos las cotizaciones puedan iniciar un movimiento bajista que lastre la inversión durante mucho tiempo. Es lo que se llama coloquialmente "quedar enganchado en un valor".

  • Realizar las ventas sin haber puesto una orden de stop loss, que hubiese limitado las perdidas en un 5% aproximadamente.

  • No esperar a vender los títulos cuando el valor esté sumergido en un proceso bajista que puede llevar a sus precios a mínimos históricos.


No sólo se realizan malas operaciones de venta en los procesos bajistas, sino también en los alcistas, y es muy frecuente que algunos inversores vendan sus títulos justo en el momento de iniciarse este proceso que puede llevar a sus precios a escalar posiciones, en especial los que operan al más corto plazo. Por tanto, serían también malas operaciones las que contemplasen las siguientes situaciones, que en todo momento deben evitar los usuarios bursátiles:

  • Vender cuando el potencial de subida es muy fuerte y se pueden desaprovechar más tramos alcistas en la cotización.

  • Por exprimir mucho las subidas, se pueden vender los títulos por debajo de lo cotizado en sesiones anteriores.


Otros momentos en que no se debe vender



En los días anteriores al pago por dividendo, y aunque se descuenta el mismo día de su abono, normalmente el valor recupera sus precios en pocos días por lo que no es un buen momento para vender.

En fechas en las que tradicionalmente la renta variable experimenta un rally alcista, como ocurre en las fiestas navideñas.

Cuando por el desfase horario las bolsas del otro lado del Atlántico han obtenido unas notables revalorizaciones, ya que lo normal será que las europeas, y entre ellas la española, abran al alza de no mediar ninguna noticia o suceso que pueda cambiar el tono de la sesión bursátil.

Durante el inicio de un proceso alcista del valor que se tiene invertido, ya que generalmente esta tendencia se perpetúa durante meses, con recortes puntuales en sus precios. Se puede prever a través de los mensajes que proporcionan tanto los gráficos como el análisis técnico.

En procesos en los que el valor en cuestión puede ser objeto de interés por parte de otras compañías o intermediarios financieros: OPA, movimiento de los accionistas mayoritarios, estrategias empresariales, nuevas entradas de capital, etc.

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