Un bonito cuento que nos puede ayudar a reflexionar sobre la necesidad de desaprender cuando nos han enseñado conceptos que nos pueden impedir desarrollar todo nuestro potencial.
Un guerrero acude a casa de un maestro venerado por su sabiduría.
Mientras el anfitrión le va llenando la taza de té, el recién llegado le explica todos los títulos y logros que ha cosechado los últimos años.
Entretanto habla el guerrero, el maestro sigue vertiendo la infusión hasta que rebosa la taza, manchando la mesa.
El guerrero le dice:
"Maestro no siga, que el cuenco ya está lleno".
"Exactamente igual que tu mente", le dice el maestro, "vienes tan cargado de ti que no puedo enseñarte nada. Para llenar una taza, primero hay que vaciarla...".
No juzgues y permanece atento, porque si juzgas no aprendes.
Buen fin de semana a todos
Latirus