Nueva jornada de subidas de las Bolsas europeas, en un capítulo más de “ascensos por defecto”, basados principalmente en las tendencias de fondo, generadas a su vez por el BCE.
El EUR/USD se ha movido hoy con más claridad, perdiendo la zona de 1,07, ante una mayor fortaleza del Dólar propiciada en gran medida por la lectura de las actas de la FED de ayer.
En dichas actas, relativas a la última reunión del FOMC dónde se retiró la palabra “paciencia” del comunicado, lo que se compensó con un discurso dovish de Jan Yellen que retrasó las expectativas de la subida de tipos desde junio hasta octubre, se entrevé una clara división entre los miembros de la FED. Una parte de los mismos, defienden la idea de subir los tipos en junio. Otra parte son partidarios de retrasar el momento hasta el próximo año. Sí que parece haber cierto consenso en darle más importancia a los datos sobre el mercado laboral que la evolución de la inflación para tomar esta decisión.
Hoy Grecia ha efectuado el pago que tenía pendiente al FMI, sin que haya sido una sorpresa. Para el país heleno resulta mucho más prioritario cumplir sus obligaciones con el FMI que con las Instituciones europeas, toda vez que, en caso de que se consumase su salida del Euro, el FMI es el prestamista potencial más evidente, y cerrarse las puertas con él sería completamente definitivo, pues supondría cerrárselas con todo el mundo, y no sólo con la Eurozona. Además de que las deudas que mantiene con el FMI son muy inferiores a las que tiene con Europa.
Aparecen informaciones que apuntan a que el Eurogrupo le habría dado un ultimátum de seis días a Grecia para que presente la lista detallada de las medidas y reformas económicas que le hagan merecedora de recibir los créditos europeos. Los políticos griegos que han hecho declaraciones, han mostrado hoy su cara más colaboradora y amistosa. Varufakis se ha mostrado convencido de que en la próxima reunión del Eurogrupo el 24 de abril, se alcanzará el acuerdo definitivo que permita que Europa transfiera nuevos fondos a Grecia.
Pero haciendo un balance de todo el recorrido de las negociaciones desde que Tsipras fue nombrado Primer Ministro (hace más de dos meses), los avances son ínfimos. En todo este tiempo, apenas se ha acordado un esquema abierto de trabajo, consistente en que Europa prolongaría los créditos por cuatro meses, a cambio de unas medidas mínimas en asuntos principalmente fiscales. La fuerza de la necesidad genera una alta artificialidad en los contactos entre el Gobierno griego y todos los países europeos, al que los mercados se han acostumbrado, y no hacen demasiado caso. Tan sólo si se intuye una rotura de las negociaciones, y una salida inminente de Grecia, las Bolsas europeas podrían girar su atención hacia esta cuestión. Mientras eso no ocurre, basta la inercia, que sigue acercando los precios hacia la sobrecompra, como ocurrió a mediados de marzo.