Semana aciaga para los inversores que ven cómo sus posiciones en renta variable atraviesan la segunda peor racha del año.
El guión está siendo bastante constante desde el jueves pasado, a excepción de las subidas del lunes. La corrección en la que estamos inmersos nos deja las siguientes magnitudes desde el jueves pasado: EUR/USD +4%, petróleo -12%, Bolsas -7%.
Los tres movimientos están fuertemente vinculados, especialmente el de las Bolsas con el crudo y con el Euro. Llama la atención que la decepción provocada por el menor alcance de las medidas anunciadas por el BCE la semana pasada y la reacción al nada sorprendente comunicado de la OPEP estén teniendo tanto impacto, en una caída a todas luces excesiva y poco estructural.
Los precios actuales de las acciones están por debajo de la apertura del lunes 30 de noviembre tras los atentados de París, habiéndose involucionado más allá del descuento de las medidas que el BCE no llegó a anunciar.
La situación actual no se parece demasiado a la que había planteada este verano, cuando los miedos a un deterioro profundo de la economía china provocaron la mayor corrección bursátil desde 2011. Incluso cabe recordar que aquella corrección también se demostró como excesiva, visto el fortísimo rebote posterior desde finales de septiembre.
Las caídas actuales responden a un juego de correlaciones financieras bastante arbitrarias (los sectores beneficiados por la caída del petróleo y del Dólar no están subiendo) sin demasiada base macroeconómica o en la economía real.
La única similitud está en el comportamiento del Yuan, que también ha tenido una fortísima caída semanal, hasta los mínimos de 2011.
La tendencia bajista de corto plazo sigue pareciendo fácilmente reversible. En el momento en que se agote el efecto de las correlaciones, o éstas se inviertan, la subida de las Bolsas será muy rápida.
La semana que viene tendrá lugar la reunión de la FED, en la que se subirán los tipos de interés casi con seguridad. Tal vez ese sea el catalizador necesario para aupar a los índices, acelerando de nuevo la caída del Euro. El próximo viernes tendrá lugar el vencimiento de derivados del cuatro trimestre, viniendo a continuación los días reservados al hipotético rally navideño. Aún es posible terminar el ejercicio en niveles claramente superiores a los actuales.