El titulo del artículo habla de elucubraciones o pensamientos sobre el futuro de la industria de gestión. Vamos a dar unas pinceladas sobre lo que pensamos sobre la industria, más allá de que los tiempos actuales adelantan el futuro con mayor rapidez que nunca.
Creo que en Europa seguiremos la estela de USA donde los fondos indexados y ETFS cuentan ya con la mayoría de nuevos flujos. El presente-futuro parece decantarse por este tipo de inversión junto con unos pocos superespecialistas cuyo late motiv sea su diferenciación o nicho de mercados.
La concentración sectorial es evidente, incluso dentro de las quinientas primeras empresas. Las veinte primeras gestoras han pasado de pesar un 37% a mediados de los 2000, a un 43%. Además las grandes gestoras amplían su campo de acción hacia activos como el private-equity.
La concentración está servida, Standar Life -Aberdeen, Janus-Henderson, Templenton-Legg Maison, Morgan -Eaton, pero muchas veces no conlleva los ahorros de costes previstos dado el papel relevante del equipo humano, la integración de sistemas y las diferentes cultura.
Según una encuesta de State Street, la mitad de las gestoras ve posibilidades de concentración tanto por ahorro de costes, como por complementariedad.
Otro tema donde debemos avanzar es la creación de productos específicos para necesidades particulares con horizontes predeterminados y riesgo controlados. Productos concretos y diferenciados para el complemento de la pensión, para las necesidades de hijos-nietos al nacer, milenials, inversores con aficiones valores, profesiones, etc.
Quizás la única vía para que las gestoras medianas puedan subsistir sea especializarse en algo diferente y distinta de las grandes, aunque en el corto plazo una gestora mediocre en su gestión puede seguir cautivando a sus clientes actuales pero no a los nietos de éstos.
La información está ahora al alcance de todos, y las nuevas generaciones necesitan menos de asesores que nuestros padres, pero pensemos ¿por qué? Y ¿cómo nos podemos adaptar?
Los gestores de los fondos activos generalmente de grandes empresas en mercados grandes y líquidos verán cuestionada sus comisiones si no se desvían de su indice o benchmark. Nuevas medidas de tracking nacerán tanto para gestores como para inversores.
Los inversores podrán elegir gracias a la tecnología fondos a medida priorizando rentabilidades a diferentes plazos, betas, alphas, draw-down.
En los países como España, debido a la ventajosa fiscalidad de los fondos que no se tributa mientras traspases fondos, los movimientos hacia fondos indiciados u otros fondos puede coger más auge, aunque en otros países se mantenga un cierto efecto inercia arrastre para mantener posiciones en la misma gestora.
Muchos hablan ahora como factor diferenciador de la temática ESG. Las temáticas se vulgarizan tan pronto que destruyen su efecto innovador, por lo que es necesario contar con validadores externos o descender al detalle para distinguir el trigo de la paja.
En esta temática los inversores pueden verse tentados a exigir a sus fondos a intervenir en las decisiones de las empresas para sentirse dueños realmente y no únicamente nominalmente.
Otro tema es si las inversiones no listadas y hacia dónde parece inclinarse la banca privada podrán mantener sus altas comisiones. Los mayores capitales mínimos para invertir parecen rodearlas de una áurea de mayores rentabilidades futuras cuando lo que suele suceder es que su iliquidez evita vender en los peores momentos. Y aquí tenemos un ejemplo muy reciente: Inversores privados que han comprado hoteles durante estos años pasados y han vendido acciones de los mismos sectores en los mercados listados.
En Europa dada la cada vez menor porcentaje de pensión sobre el último salario, los ciudadanos de los países más desarrollados aumentarán el peso en planes de pensiones, buscando entender dónde está invertido y diversificado su patrimonio financiero, los costes asociados a su inversión que puede llevar acarreado una concentración hacia clases limpias o por importe, la diversificación por tiempo lo que implicará mínimos de inversión más pequeños, y una relación más estrecha con los asesores financieros que aporten valor y producto.
La industria de gestión recogerá parte del negocio más arriesgado que los bancos no aceptan por temas regulatorios o de provisiones y la deuda privada para determinados proyectos bien inmobiliarios, solares, o de otro tipo alcanzará niveles similares a USA. Los proyectos de coinversión y préstamos directos gozarán de mayor predicamento.
Según una reciente encuesta el 64% de los inversores institucionales planean incrementar su inversión en privare equity y solo un 5% reducirla, en venture capital un 39% y deuda privada un 33%. La mayor ineficiencia de este mercado requiere confidencialidad, paciencia y superespecialistas. Las aseguradoras con deficits actuariales pueden tomar la decisión de invertir en estos productos esperando mayores rentabilidades. Sin embargo, la dispersión de resultados en estos mercados es todavía mucho mayor que en los fondos listados.
Geográficamente, países como India y China parecen ser lideres del mercado. Invertir en países que crecen más y donde su capitalización financiera es inferior parece una alternativa cada vez más seguida. Las gestoras dedican cada vez más recursos a las nuevas clases medias de estos países.