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ETFs de Bonos Ligados a la Inflación

El artículo explica cómo funcionan los bonos ligados a la inflación (BLIs/TIPS), que ajustan principal e intereses según el IPC. Repasa su historia, ventajas (protección, diversificación) y desventajas, y evalúa ETFs como alternativa a fondos tradicionales.
Los bonos ligados a la inflación han vuelto a ganar popularidad debido a la alta inflación que tuvimos en años recientes. La última vez que recuerdo que fueron populares es cuando muchos “analistas” de la comentocracia afirmaban que tendríamos hiperinflación debido a los QE de los bancos centrales.

Esa hiperinflación nunca llegó, pero qué bueno que se comenzó a hablar de este tipo de bonos también conocidos como BLIs en castellano o TIPS en inglés o linkers en UK.

¿Qué son los bonos ligados a la inflación?
¿Qué son los bonos ligados a la inflación?


En los últimos años, han aparecido muchos ETFs que replican índices de bonos ligados a la inflación y gracias a su enorme gama han surgido como una alternativa atractiva a los Fondos de Inversión que carecen gran variedad en este tema.

En este artículo, hablaré sobre algunas cuestiones importantes que debemos de saber para entenderlos mejor y tomar decisiones más informadas.

¿Qué son y cómo funcionan los bonos ligados a la inflación?

Los bonos ligados a la inflación son títulos de deuda cuyos pagos de cupones e importe de reembolso están indexados a un índice de precios, como el índice de Precios al Consumidor (IPC). Esto significa que a medida que la inflación aumenta, el valor del principal del bono y sus pagos de intereses también lo hacen. Este tipo de bonos permite a los inversores proteger su poder adquisitivo y reducir la exposición al riesgo de inflación.

A diferencia de los bonos convencionales, donde los pagos de intereses y el reembolso de capital son fijos en términos nominales, los bonos ligados a la inflación ajustan su valor para reflejar los cambios en los precios de la economía. Este ajuste se realiza a través de la aplicación de un coeficiente que se actualiza periódicamente según el índice de inflación utilizado. 

Este mecanismo permite que los inversores mantengan el poder adquisitivo de su inversión, incluso en entornos inflacionarios.

Los bonos ligados a la inflación suelen ser emitidos por gobiernos soberanos, aunque también existen algunas emisiones corporativas. Los gobiernos los utilizan para diversificar sus fuentes de financiamiento y atraer a inversores que desean protegerse contra la inflación. En el caso de los inversores, estos bonos proporcionan una alternativa atractiva a los bonos nominales, especialmente cuando las expectativas de inflación son altas.

El rendimiento de estos bonos está compuesto por dos partes: una tasa de interés real y una compensación por la inflación registrada. La tasa de interés real se mantiene fija, mientras que la compensación por inflación varía de acuerdo con los cambios en el índice de precios. Este esquema asegura que los inversores no solo protejan su capital contra la inflación, sino que también obtengan una rentabilidad adicional sobre la base real.

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Historia

Los primeros bonos ligados a la inflación fueron emitidos por la Commonwealth de Massachusetts en 1780 para combatir la inflación de guerra. Esta emisión fue una respuesta a la necesidad de proteger a los inversores y ciudadanos de la pérdida de poder adquisitivo causada por los aumentos de precios durante el periodo de guerra. Sin embargo, esta práctica no se generalizó a nivel global hasta décadas después.

El lanzamiento moderno de los bonos ligados a la inflación se produjo en 1981, cuando el Reino Unido introdujo los "index-linked gilts". Este hito marcó el inicio de una emisión regular de bonos vinculados a la inflación por parte de gobiernos de todo el mundo. Posteriormente, países como Estados Unidos, Francia, Italia, España, Alemania y Brasil se unieron a esta práctica para diversificar sus fuentes de financiamiento y atraer inversores interesados en la protección contra la inflación.

La emisión de TIPS (Treasury Inflation-Protected Securities) por parte de Estados Unidos en 1997 fue uno de los pasos más significativos en la expansión de este mercado, posicionándose como un referente mundial para los bonos ligados a la inflación.

¿Para qué sirven los bonos ligados a la inflación?

Los bonos ligados a la inflación tienen varios propósitos, entre ellos:

  1. Protección contra la inflación: Al ajustar su valor nominal y sus pagos de intereses, los bonos ligados a la inflación protegen el poder adquisitivo de los inversores.

  2. Diversificación de cartera: Estos bonos actúan de forma diferente a otros activos de renta fija, ya que su rendimiento está vinculado a la inflación.

Sirven de cobertura contra la inflación y diversifación


Al comparar el rendimiento esperado de los bonos gubernamentales nominales con los bonos ligados a la inflación, es fundamental considerar los principales factores que impulsan la rentabilidad de cada tipo de instrumento.

Los rendimientos de los bonos nominales se componen de dos elementos: la tasa de interés real y la inflación implícita o breakeven. Este último refleja la tasa de inflación anual promedio que el mercado espera, a partir de la cual los bonos nominales y los bonos ligados a la inflación (con las mismas características, como emisor, moneda y vencimiento) generarían el mismo retorno.

Si la inflación real resulta ser mayor a la indicada por la inflación implícita en el momento del análisis, entonces el bono ligado a la inflación tendrá un mejor rendimiento. Por el contrario, si la inflación real es menor a la inflación implícita, el bono nominal obtendrá un mejor rendimiento. 

Esta dinámica hace que la elección entre ambos tipos de bonos dependa de las expectativas de inflación futura y de la capacidad del inversor para anticipar la evolución de los precios. Ya que esto es muy difícil, entonces lo más recomendable es simplemente armar una escalera y darle algunos escalones a los BLIs.

Escenarios BLIs

Los cambios en los rendimientos reales afectan de forma instantánea el precio de los bonos. Este proceso puede generar volatilidad en el precio del bono, especialmente a corto plazo (trimestral o anual). Cuando la tasa de interés real sube, el precio de los bonos cae porque los inversores exigen una mayor rentabilidad para comprar esos bonos. Esta fluctuación puede tener un impacto más fuerte e inmediato en los rendimientos a corto plazo que el efecto acumulado de la inflación.

Cuando mantienes un bono ligado a la inflación hasta su vencimiento, este compensa completamente la inflación real que se registre durante toda la vida del bono. Esto se logra porque tanto el principal como los cupones (intereses) se ajustan de forma gradual en función de un índice de inflación (por ejemplo, el IPC). Este proceso de ajuste es lento y acumulativo, es decir, los cambios en el valor del bono no se producen de forma instantánea, sino que se van incorporando de forma progresiva durante la vigencia del bono.

Relación con las tasas de interés

La relación entre los bonos ligados a la inflación y las tasas de interés es compleja y depende de factores clave. Cuando las tasas de interés reales aumentan, el precio de estos bonos tiende a caer, pero los ajustes por inflación pueden compensar esta pérdida. Esta relación se debe a que el aumento de las tasas de interés reales reduce el valor presente de los flujos de efectivo futuros.

Además, cuando las tasas nominales suben, los bonos convencionales pueden ofrecer mejores rendimientos que los bonos ligados a la inflación. Sin embargo, si la inflación supera las expectativas, los bonos ligados a la inflación tienden a ser más atractivos, ya que sus pagos se ajustan de acuerdo con la inflación real.

Por ejemplo, durante un ciclo de subidas de tasas de interés por parte de los bancos centrales, los bonos ligados a la inflación pueden experimentar una caída en su precio inicial, pero sus pagos de cupones futuros aumentarán si la inflación se mantiene alta. Esta dualidad hace que sean una opción defensiva en entornos inflacionarios.

Mejores ETFs para invertir en bonos ligados a la inflación

A continuación se expone una lista con los mejores ETFs para invertir en bonos ligados a la inflación:

  • Amundi US Inflation Expectations 10Y UCITS ETF Acc
    • TER: 0,25%
    • Retorno a 3 años: 21,15%
    • Ticker: INFU

  • Amundi Euro Inflation Expectations 2-10Y UCITS ETF Acc
    • TER: 0,25%
    • Retorno a 3 años: 11,66%
    • Ticker: INFL

  • iShares USD TIPS 0-5 UCITS ETF USD (Dist)
    • TER: 0,10%
    • Retorno a 3 años: 11,66%
    • Ticker: TIP5

  • UBS ETF (LU) Bloomberg TIPS 1-10 UCITS ETF (USD) A-dis
    • TER: 0,10%
    • Retorno a 3 años: 5,79%
    • Ticker: UBTS

  • iShares USD TIPS 0-5 UCITS ETF GBP Hedged (Dist)
    • TER: 0,12%
    • Retorno a 3 años: 4,75%
    • Ticker: TI5G

  • Amundi Global Government Inflation-Linked Bond 1-10Y UCITS ETF Dist
    • TER: 0,09%
    • Retorno a 3 años: 1,83%
    • Ticker: GIST

  • Amundi Global Government Inflation-Linked Bond 1-10Y UCITS ETF GBP Hedged Dist
    • TER: 0,20%
    • Retorno a 3 años: 1,67%
    • Ticker: GISG
Pros
  • ✅ Protección contra la inflación
  • ✅ Menor correlación que otra RF
  • ✅ Actualización del principal con la inflación
Contras
  • ❌ Volatilidad de corto plazo
  • ❌ Menor rendimiento en recesiones
  • ❌ Sensibilidad a inflación esperada y también a las tasas de interés

Opinión de Gaspar

Hay dos formas de invertir en los BLIs. La primera es una inversión táctica tratando de hacer market timing. Aquí los inversores deben considerar el entorno de tasas de interés reales y las expectativas de inflación antes de decidir si prefieren bonos nominales o ligados a la inflación, ya que cada uno se comporta de forma distinta en diferentes contextos económicos. Esto es bastante difícil en la mayoría de los casos, pero existen momentos en donde es muy obvio que la inflación real será mayor a la esperada o viceversa.

La segunda forma, y la más sugerible para la mayoría de las personas es simplemente armar una escalera de RF combinando bonos nominales y BLIs a diferentes plazo. Los bonos ligados a la inflación son más efectivos para inversores con horizontes de largo plazo, ya que la compensación por inflación ocurre de forma acumulativa y no de forma inmediata. Las fluctuaciones a corto plazo en los rendimientos reales pueden generar volatilidad en los precios de los bonos, especialmente si hay aumentos bruscos en las tasas reales.

Entre todas las maduraciones que pueden tener los BLIs, las mejores para realmente obtener una buena protección contra la inflación de mediano y largo plazo, son precisamente de 3 años en adelante. Las maduraciones más pequeñas sirven mejor si lo que queremos es especular si la inflación realizada será menor o mayor que la esperada.


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