Intelligent investing is not complex, though that is far from saying it is easy., Warren Buffett
Muchos de los que comienzan a invertir en Bolsa piensan que se pueden hacer millonarios rápidamente como en la Primitiva y/o obtener fácilmente rendimientos superiores a la media constantemente. De lo que pocos se dan cuenta es que después del pago de comisiones, impuestos y costes friccionales, la mayoría de los inversores ni siquiera son capaces de obtener rendimientos promedio.
Antes de soñar con altos rendimientos y poco o nada de riesgo o volatilidad, primero deberíamos preguntarnos cómo obtener al menos rendimientos decentes que cumplan nuestras necesidades y expectativas futuras, claro siempre y cuando estas expectativas sean realistas porque la Bolsa no hace milagros, para eso hay que ir a otro lugar aunque tampoco ahí nos podrán dar 100% de certeza.
Simplicidad y sentido común en las inversiones para obtener rendimientos que la mayoría quisiera, es de lo que se trata el libro del que hablaré hoy. A Wealth of Common Sense: Why Simplicity Trumps Complexity in Any Investment Plan de Ben Carlson es un genial libro que nos explica a detalle qué es lo que se está interponiendo entre nosotros y esas inversiones inteligentes. Y ya que hacerlo no es fácil, el autor nos da algunos consejos y pasos a seguir para al menos simplificar las cosas y mantener el buen rumbo.
El libro no es una receta para hacernos millonarios ni obtener rendimientos espectaculares. Es más bien un mapa que nos ayuda a navegar lo que a veces parece un complicado mundillo lleno de información, ruido y demasiadas opciones. Nos ayuda a evitar errores comunes y frecuentes de los que no tenemos conocimiento o que muchas veces pasan desapercibidos o son menospreciados. Evitar grandes errores y/o muchos errores pequeños es de lo que va todo esto porque al final del día invertir inteligentemente es cometer la menor cantidad de errores posibles.
A muchos lectores frecuentes de mi blog les podrá ser familiar el nombre de Ben Carlson ya que fue gracias a él que me inspiré para escribir el post del “peor” inversor de la historia. Ben es un crack en todo esto de las inversiones simples, pero lo que más me gusta es que el sentido común que utiliza en su libro y en su blog no es ese sentido común que la mayoría confunde con intuición visceral y creencia popular, es un sentido común respaldado con datos. Esto le ha ayudado a destronar varios mitos de las inversiones explicando el porqué con evidencia empírica en lugar de dar explicaciones basadas en creencias y narrativas.
Ben explica que nosotros como pequeños inversores tenemos muchas ventajas ya que no estamos compitiendo contra nadie, ni estamos buscando clientes, ni debemos medirnos bajo los mismos estándares que los profesionales. Nosotros somos nuestro propio juez y no le respondemos a nadie, no tenemos urgencia de reportar nuestros resultados trimestrales y nuestro único benchmark son nuestro propios objetivos y expectativas. Todo esto nos da más tiempo, menos presión y paciencia.
Entre los errores más comunes que el autor señala están:
- Hacernos ricos rápidamente.
- No tener un plan diseñado.
- Ir al matadero con el rebaño en lugar de pensar por nosotros mismos.
- Enfocarnos exclusivamente en el corto plazo cuando nuestro horizonte y necesidades futuras son en el largo plazo.
- Enfocarnos y gastar energía en aquellas cosas que están completamente fuera de nuestro control.
- Tomar al Mercado de forma personal.
- No admitir nuestras limitaciones.
De las anteriores el punto 2 es creo yo uno de los más importantes, y es que muchos entran a este mundillo sin tener muy claro qué es lo que quieren, qué es lo que necesitan, qué deberían esperar y cómo van a lograrlo. No sólo se trata de escoger la Filosofía y estrategia correcta, sino de escoger un plan que seamos capaces de implementar con disciplina y seguir durante el tiempo necesario porque de nada sirve tener la mejor estrategia o el plan óptimo si vamos a huir de él al primer indicio de volatilidad.
Las características que los inversores exitosos comparten son:
- Inteligencia Emocional.
- Paciencia.
- Calma durante momentos de caos.
- La habilidad de decir “No lo sé”.
- Entender la historia.
- Disciplina.
Ben Carlson no habla de todo en su libro, pero habla de lo que es necesario saber y entender para comenzar a invertir bien con el pie derecho. Por ejemplo, la importancia del horizonte de inversión a la hora de formar nuestro portafolio y seleccionar activos, nuestra tolerancia al riesgo, nuestra necesidad de liquidez en el corto plazo, cómo comenzar con la asignación de capital (asset allocation), rebalanceo, factores, value investing, asesores financieros, largo plazo, etc.
Su enfoque es imparcial ya que muestra las ventajas y desventajas acerca de cada tema. Mi sección favorita fue la referente al Asset Allocation y la de Asesores Financieros. En esta última da varias sugerencias específicas para escoger mejor y algunas sugerencias mas generales para separar a los buenos asesores de los malos, por ejemplo: evitar a los que “ofrecen” (venden) los productos de moda y más novedosos, y buscar a los que ofrecen un plan y proceso sólido, comprensible y acorde a nuestra personalidad. Evitar a los que cobran comisiones por vender productos y sólo hablan de rendimientos pasados y crecimiento futuro; mejor buscar a los que se enfocan en riesgos, en bajos costes y en que alcances tus objetivos financieros. Evitar a los que explican cualquier movimiento del mercado y se la pasan haciendo pronósticos; mejor buscar a los que te dicen a que debes prestar atención y cuál es el ruido que debes evitar. Un buen asesor se debe centrar en la construcción e implementación de tu cartera y plan y en evitar que tomemos decisiones emocionales en los peores momentos.
En fin, el libro está lleno de ingenio, párrafos que nos hacen reflexionar, grandes consejos, realidades complejas expresadas de forma entendible y un montón de sentido común respaldado por datos y estudios. Es una buena referencia para todos los interesados en invertir de forma simple y para el largo plazo.
Aquí van solo algunas de mis frases favoritas porque el libro tiene muchas.
the best response to the complexities inherent in the markets is a portfolio management process that relies heavily on simplicity, transparency, and reduced levels of activity.
What to do is not nearly as important as how to do it. The biggest problem for most people is that good investment advice will always sound the best and make the most sense when looking back at the past or planning ahead for the future. It will rarely sound so great in the moment when you actually have to use it.
the only benchmarks that really matter are your own personal goals. If your portfolio is able to meet those goals, who cares if you beat the market or not? You don’t have to judge yourself on any particular timeframe against a set index or market. Investing doesn’t have to be about beating others or beating the market. It’s about not beating yourself.
Investing is not as much about your actions as it is about your reactions and how they affect your thought process.
The best investment strategy is the one that you can follow. The worst investment strategy is the one that cannot be followed. It’s not so much about getting things exactly right…it’s about not getting things completely wrong.
Discipline is the ultimate decider between the winners and the losers in the financial markets.
Most people that track the greats [investors] just seek the wrong lessons.
Since there’s no magical asset allocation to each and every asset class, you have to strike the right balance between sleeping well at night and reaching your long-term goals
Your investment plan should be designed specifically for the end user—you. Don’t build the one you think you should; build the one you know you will follow. You have to be brutally honest with yourself about your ability to handle risk. Most portfolios will be similar in many ways but the implementation will be very different. This is difficult for some investors to hear, but it’s not your plan that’s going to fail. It’s your ability to implement the plan that will likely be the culprit.
The point is not to predict every bear market or crash, but to psychologically prepare for them ahead of time.
Gracias a Ben Carlson por enviarme una copia de su libro.