Recientemente Barry Ritholtz entrevistó al afamado y exitoso inversor Leon Cooperman, quien tuvo la bondad de leer una carta que Warren Buffett le envió en 2007 como respuesta a dos presentaciones que Cooperman le había enviado relacionadas con buybacks y Henry Singleton, fundador de Teledyne y todo un crack en lo que se refiere a inversiones racionales y recompras.
La entrevista entera vale mucho la pena, al igual que la mayoría de entrevistas que Ritholtz hace sobre personajes de este mundillo, pero la última frase de esa carta del abuelo Buffett me hizo darme cuenta que he escrito acerca de Warren Buffett el Inversor, pero no le he dedicado un post a algunas enseñanzas de vida que sin duda alguna podemos aprender de él.
El abuelo Buffett es un ser humano al igual que cualquiera de nosotros y como tal también ha cometido errores y tiene pecadillos en su vida igual que todos nosotros, pero a pesar de esos errores de acción u omisión creo que podemos aprender mucho de cómo él ha tratado de llevar su vida en algunos aspectos y de la forma en que se conduce hacia los demás. Después de todo siempre hay que coger lo bueno y por eso comienzo con la última frase de la carta que he mencionado. El resto de frases las he recopilado de varios medios durante algunos años.
Elogia por Nombre, pero critica por Categoría
Esto es algo que el abuelo ha hecho desde hace mucho y creo que es una excelente manera de expresar nuestras opiniones sin necesariamente herir egos o despertar susceptibilidades. Buffett critica a lo Hedge Funds y Bancos de Inversión en general, pero no hace señalamientos particulares. De esta forma él da a conocer su punto de vista y desagrado hacia ciertas políticas, pero sin crear resentimientos personales.
Da a tus hijos lo suficiente para que ellos sientan que pueden lograr lo que quieren, pero no demasiado para que no hagan nada.
Esta frase también la ha dicho de la siguiente forma: Da a tus hijos lo suficiente para que hagan algo, pero no demasiado para que hagan nada.
Yo no soy padre pero si algún día lo llego a ser, creo que esta es una de las frases que me tatuaría. Dinero a mansalva y sin esfuerzo ni dedicación sólo crea incentivos perversos. Hay que reconocer la difusa línea entre ayudar, consentir y malacostumbrar. Si les has dado las bases para que construyan sus sueños y les has infundido buenos valores, entonces no es necesario que les des o dejes cantidades ingentes de dinero porque ellos mismos sabrán que no es necesario ya que les has enseñado bien.
Las cadenas del hábito son demasiado ligeras para sentirse hasta el momento en que son demasiado pesadas para romperlas.
Debemos cambiar las malas costumbres y hábitos por buenos lo más rápido posible antes de que los primeros sean tan fuertes y estén tan enraizados que después sea casi imposible deshacernos de ellos. Uno de los trucos de los que se habla en el libro El poder de los hábitos es el de crear incentivos positivos y premios. Los primeros sirven para estimular la acción del hábito bueno y el segundo para reafirmar una recompensa en nuestro sistema cognitivo cada vez que hacemos algo bien. Podrá parecer poco pero realmente ayuda mucho. Por ejemplo si nos da pereza hacer ejercicio por las mañanas, entonces debemos utilizar el incentivo de programar la alarma con una canción que nos guste mucho y que nos haga recordar lo placentero que se siente uno después de haber hecho ejercicio. El premio puede ser algo que nos guste pero que no perjudique el resultado del buen hábito, por ejemplo un batido de chocolate o una tira de bacon. Incentivos y premios son una buen fórmula para romper las cadenas de los malos hábitos antes de que sean demasiado pesadas.
En los negocios como en la vida, conoce a las personas antes de juzgarlas.
Es algo muy común en todos prejuzgar a las personas antes de conocerlas bien y a partir de unas cuantas frases o porque es de aquí o allá o porque pertenece o es seguidor de X o Z. Esto se ha amplificado en la era digital donde es más fácil la interacción virtual que la física. Lo más probable es que en un encuentro cara a cara nuestras formas de conducirnos serían más sutiles y hasta amigables.
Es más fácil hacer juicios de valor sobre los demás y encasillarlos que tomarnos el tiempo para realmente tratar de entender por qué actúan o piensan de esa forma. Es más fácil confirmar nuestras ideas preconcebidas que tratar de desafiarlas. Es más fácil sentir antipatía o indiferencia que sentir empatía y comprensión.
En los negocios como en la vida, los incentivos hacen la diferencia.
Debemos entender muy bien la importancia que los incentivos tienen en todos los aspectos de nuestra vida. Algunas veces estos incentivos son explícitos, pero lo mayoría del tiempo son implícitos o están disfrazados. Entenderlos nos ayudará no sólo a conocer el posible porqué de las posturas y acciones de los demás, sino que también nos ayudará a conocernos mejor a nosotros mismos y aceptar toda la maraña de sesgos y emociones que conducen nuestras decisiones y opiniones.
Sólo tienes que hacer muy pocas cosas bien en la vida, siempre y cuando no hagas demasiadas cosas mal.
Todos vamos a cometer errores, así es la vida y no hay escape de esto. Por lo tanto, en lugar de centrarnos demasiado en el éxito y el pelotazo mejor deberíamos enfocarnos en las cosas que debemos evitar para no tener una vida miserable. O parafraseando a Munger: dime dónde voy a morir para no ir a ese lugar. Si evitamos gran parte de las cosas y situaciones que nos aseguran miseria y dolor, ya tenemos recorrido más de la mitad del camino.
Los ricos invierten en Tiempo, los pobres en dinero.
De todas las cosas que se pueden comprar en este Planeta (que son la mayoría), el Tiempo no es una de ellas. Por eso las personas exitosas (no necesariamente en términos monetarios) se enfocan más en aprovechar y disfrutar de su tiempo. Aprovecha tu tiempo en lo que es importante para ti. Invierte más de tu tiempo en ti y en los tuyos. No desperdicies el tiempo en cosas que no tienen sentido ni te hacen crecer, ni aportan nada a lo que es importante, ni beneficia a los tuyos. Al final, si utilizamos bien nuestro tiempo el dinero llegará y además nada bate el rendimiento del Tiempo bien empleado.
Si compras cosas que no necesitas, pronto te verás vendiendo cosas que sí necesitas.
Tener el último gadget, vestir a la última moda y acumular cosas materiales es gastar dinero con poco o nulo retorno económico y psicológico. Está demostrado que experimentamos más felicidad al comprar experiencias y compartir con los demás que si gastamos en bienes materiales. Si gastamos dinero en tonterías y vivimos en un mundo donde pretendemos ser lo que no somos y tener lo que no tenemos con el fin de mantener el mismo nivel de vida que los vecinos, entonces estamos destinados al fracaso y la miseria. Desgraciadamente algunos españoles aprendieron esta lección duramente con la reciente crisis debido a que ya se creían en la champions y todos necesitaban el BMW y la casa de verano. Al final, terminaron sin lo que realmente importaba por andar buscando lo que no importaba.
No ahorres lo que queda después de haber gastado, gasta lo que queda después de haber ahorrado.
Esta frase está muy relacionada con la frase anterior y hay poco que añadir, sólo decir que ahorrar es sólo el primer paso, el siguiente es invertir ese ahorro con paciencia, de una forma inteligente y disciplinada.
Toma 20 años construir una reputación y cinco minutos para arruinarla. Si uno piensa en ello entonces hará las cosas muy diferentes.
Esta frase va muy en sintonía con la de No hagas nada que te daría vergüenza si fuese publicado al otro día en primera plana por un periodista honesto pero incisivo. Enfocarnos más en lo que puede salir mal en lugar de ver todo lo que puede salir bien. Pensar menos en todo lo que puedo ganar haciendo X o Y, y mejor pensar en todo lo que puedo perder si hago X o Y. Centrarnos más en los riesgos que asumimos y corremos porque las recompensas y éxitos se cuidan casi por sí mismos. Si la probabilidad de exito es del 99%, pero ese 1% de fracaso significa el Game Over definitivo, entonces no estoy muy seguro si vale la pena correr el riesgo.
La diferencia entre la gente exitosa y la Muy exitosa es que la Muy exitosa dice “No” a casi todo.
Aprender a decir No es difícil ya que somos animales sociales que ansiamos la aprobación y aceptación de los demás y creemos que la forma más sencilla de lograrlo es decir Sí a todo. Sí lo sé, Sí lo puedo hacer, Sí lo entiendo, Sí acepto, Sí te ayudo, Sí te acompaño, Sí me arriesgo, etc. El decir No nos permite tener más alternativas abiertas y por lo tanto evitar mas errores.
La mejor inversión que puedes hacer es en ti mismo.
Hace tiempo en uno de los hilos del Foro Bolsa alguien preguntaba dónde o cómo invertir X cantidad de euros. La pregunta no es rara ya que cada cierto tiempo aparecen derivaciones similares. Tampoco es raro el vendaval de recomendaciones, sugerencias y opiniones, aunque la verdad he visto que el nivel ha subido y ya no están fácil que un vende humos deambule libremente sin salir escaldado. Pero lo que me sorprendió en aquella ocasión fue la respuesta de la rankiana Kitty_kitty. Una respuesta que desgraciadamente no se ve frecuentemente ni se le toma la importancia adecuada. Desgraciadamente no he tenido el tiempo para encontrar el link, pero recuerdo perfectamente (y espero no me esté traicionando la memoria y mis sesgos) que recomendé su respuesta que decía algo así como: primero deberías gastar X parte de esa cantidad para aprender y/o estudiar bien el tema de las Inversiones y la Bolsa.
Fue un comentario de un par de líneas, pero creo que ha sido de los más inteligentes que he leído en Rankia. Y es que lo mejor que podemos hacer con el dinero antes de soñar en convertirnos en el siguiente Buffett o Soros, es convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos y esto sólo se logra estudiando y aprendiendo continuamente, invirtiendo tiempo y esfuerzo en nosotros mismos para llegar a ser lo mejor que podemos ser. El resto vendrá por añadidura y además nos podremos ahorrar varios dolores de cabeza y hasta dinero perdido.
Para terminar sólo quiero recordaros que las frases anteriores no son leyes ni verdades universales, de hecho hasta el mismo Munger ha aclarado esto. Mis interpretaciones no son las palabras de Buffett. Cada uno podrá interpretar las frases y aplicarlas como desee o incluso encontrarlas sin sentido o desecharlas. La decisión es de uno.
Anexo Sep 15, 2015
Siempre que toca hablar de éxitos propios recurre a figuras de su equipo, siempre. Y cuando habla de errores siempre habla en primera persona.[1]
Da crédito a la gente que trabaja contigo y para ti, y acepta tu responsabilidad como líder cuando tú o tu equipo comenten errores.
NOTAS:
[1]Esta frase ha sido gracias a la aportación de Solrac.