No podemos gastar nuestro tiempo intentando corregir a los demás, sobretodo si no nos va la vida en ello ni si trata de un tema financiero importante.
Cada cabeza es un mundo, cada quien tiene su opinión, y aunque no todas las opiniones son válidas y correctas, es muy difícil y desgastante querer cambiar a las personas y su forma de ver el mundo. Podemos defender nuestra posición y aprender de la crítica constructiva y de un intercambio de argumentos sólidos; es más hasta podemos disfrutar y reconocer una buena dialéctica, pero el tiempo es demasiado valioso para enfrascarnos en discusiones que no llevarán a ningún lado.
Enseñarle a alguien una lección está Sobrevalorado. Es mejor aplicar la lección con el ejemplo, y los que nos quieran seguir lo harán. O como dicen, el maestro aparecerá hasta que el alumno esté preparado.
Hay que dedicarle mas tiempo a disfrutar la vida y a cambiar y mejorar nosotros mismos.