El otro día ponía un post en el que trataba de explicar unas cuantas incoherencias del panfleto de los vendehúmos, (mal llamado informe de sostenibilidad de los expertos), y una de las críticas me ha sorprendido un poco.
En particular, uno de los argumentos que exponía es que no tiene ningún sentido ofrecer una falsa sensación de rigor científico usando una estimación de una estimación a futuro y sin datos en el pasado. Esto es una auténtica salvajada desde cualquier punto de vista y como tal es difícilmente defendible.
La crítica me ha caído porque esta es la forma más sencilla, y con la afirmación, (correcta), de que se hace así, (lo cual explica perfectamente la fiabilidad de las predicciones). Sin embargo al final la mayor crítica es que no propongo un sistema alternativo para estimar la esperanza de vida, y esto es muy interesante, porque proporciona varias aristas al esquema de pensamiento.
El primero, y muy obvio, lo voy a tratar de explicar con un ejemplo. Imaginemos que hoy lanzo un post para explicar “de forma rigurosa, científica y con un amplio peso” cuál va a ser la combinación del euromillón premiada en el próximo sorteo. Supongo que sería de esperar que algún comentario me dijese que estoy vendiendo humo. ¿Puedo defenderme de la crítica en base a que el que me haga esta observación no me va a proponer un modelo mejor para acertar la próxima apuesta del euromillón?.
Lo mismo va para unas cuantas; ¿Dónde estará la bolsa dentro de seis meses?. ¿Necesitamos saber la respuesta para entender que algunos de los razonamientos son muy absurdos y absolutamente todos son directamente estimaciones y que jamás podremos comprometer los beneficios esperados?.
Este ejemplo de la bolsa, es más apropiado, porque a diferencia que el del euromillón, hay razonamientos que son más consistentes que otros. Es decir, tenemos tantas estimaciones como estimadores, pero las hay buenas, malas o peores. Estimar la esperanza de vida que tenemos hoy, (y estimar la esperanza de vida que tendremos en el futuro), no es adivinar el resultado del euromillón, sino que se parece mucho más a tratar de adivinar la bolsa en el futuro.
Entonces me piden si se puede hacer una estimación mejor de la esperanza de vida y como. Pues claro que se puede, aunque lamentablemente no sea yo la persona que mejor pueda hacerla, al igual que no lo son personas que gestionan planes de pensiones, ni personas de economía aplicada, ni periodistas. Yo personalmente tengo perfectamente claro que si pretendemos discutir sobre esperanza de vidas, llamaría a un experto en esto de “la vida” y en consecuencia, entiendo que a los primeros que llamaría serían a los profesionales de la sanidad. No me pidan a mí que cuantifique esto, pero creo estar en condiciones de asegurar que hay dos factores claves para determinar la esperanza de vida, que son los aspectos sanitarios y los hábitos de vida; (o por lo menos estos son los factores que siempre he escuchado que están detrás de los aumentos de esperanza de vida). Pues oiga, llame usted a sociólogos para tratar de establecer los hábitos de vida, sus previsibles efectos y elaboren (de acuerdo con sus metodologías) diversos escenarios. Después con esto, se acuden a los profesionales de la medicina que traten de determinar los efectos sobre la salud de esto y tendremos una aproximación de la esperanza de vida que será más o menos fiable, pero que tendrá algún sentido. Con esto podríamos entrar los economistas.
Igual que si construimos un edificio, tendrá que venir un arquitecto a definir todos los cálculos estructurales necesarios, para que luego esto se valore por otros para analizar la viabilidad económica. ¿Qué esto es más complicado?. Pues sí; ¿Qué evidentemente esto no está en mis manos?. Pues también, pero el informe este se ha hecho por un gobierno.
Por lo tanto, lo primero que me gustaría dejar claro es que para determinar la esperanza de vida, se ha tirado de una metodología absurda, no apropiada y con unos resultados desastrosos, (como he puesto), y esto es así a pesar de que yo no pueda mejorarla. Y en realidad es tan absurdo como entender que la esperanza de vida en España depende del sistema de sanidad y de los hábitos de vida, y por tanto, cuando cambiamos las dos cosas, (el sistema sanitario está siendo derruido y se están modificando muchos hábitos de vida), los efectos jamás se podrán anticipar el resultado por un modelo autoregresivo que se basa precisamente en que los determinantes de la variable a explicar no se modifiquen.
Pero en todo caso me gustaría explicar que el tema que estemos discutiendo sobre la calidad del dato sobre la esperanza de vida. El problema es que no estemos discutiendo sobre otros aspectos que son desde luego claves en un informe sobre la sostenibilidad de las pensiones.
La sostenibilidad del sistema de pensiones, depende de varias cosas; Nº de trabajadores en España, Nº de pensionistas en España, sueldos, capacidades productivas, innovación, nivel de sueldos… De hecho, la esperanza de vida es algo que afecta de forma indirecta a la sostenibilidad del sistema de seguridad social, afectando al dato del número de pensionistas que existe en cada momento; o dicho de otra forma, la esperanza de vida es uno de los indicadores que puede afectar a la sostenibilidad, ¡y de forma indirecta!. Pero de que sea uno de los parámetros a que sea el único parámetro existe una gran diferencia; y no es baladí.
¿Se pueden sostener las pensiones en un entorno en el que los sueldos sean cada vez menores?, ¿se pueden sostener las pensiones en un entorno en el que nadie trabaje?. Más allá de la esperanza de vida, lo que no puede mantenerse es un sistema en el que el desempleo sea salvaje, y los sueldos, (que recordemos que sirven de base para los ingresos), sean cada vez menores. ¿Cómo es posible que estemos discutiendo sobre las pensiones y su sostenibilidad sin tener en cuenta esto?. Pero sobre todo, debemos tener en cuenta que en estas circunstancias, (sueldos menguantes y paro creciente, que por cierto son aspectos muy relacionados entre sí), ocasionan problemas más acuciantes, más graves y más inmediatos que sobre la seguridad social. Por entendernos, en el momento en que la seguridad social caiga, porque no exista quien trabaje, o no exista quien compre, (y en consecuencia no exista actividad económica), antes habrá caído todo.
Y con el todo, me gustaría referirme a la otra alternativa; porque ya explicaba el otro día que existe un problema mucho mayor que la sostenibilidad de las pensiones, ¿alguien se pregunta por la sostenibilidad de los planes de pensiones privados que han sido reiteradamente rescatados y aun así presentan en muchos sitios unos graves problemas?. Digo yo que si hay que poner en duda la solvencia y las posibilidades de la seguridad social, habrá que dedicar unas líneas para entender lo que ocurre con los inversores institucionales, que son los que están repletos de productos basura, en busca de la necesidad de obtener recursos cada vez mayores. ¿Es esto sostenible?. Y aunque me digan que sí, resulta que antes de recomendar (por activa y por pasiva) fondos de pensiones, los expertos tendrán que aclarar cómo es posible que sí nadie trabaja en un país, ¿Qué va a pasar con sus fondos de pensiones?. ¿de dónde se sacan sus rendimientos?, ¿el plan es el eterno banco central de turno?.
Pues todas estas cosas y muchas más son las que corresponden antes de un análisis en base a una variable como la esperanza de vida, tratada como está.
Y ya para acabar, resulta que hablamos de que las pensiones bajarán inevitablemente por un tema de viabilidad. Lo que parece increíble es que con esto no caigamos en dos cosas; la primera es que precisamente las pensiones son para evitar una situación como la que tenemos hoy en día. Es decir; las pensiones son un instrumento de desarrollar clase media, que surgen y se defienden cuanto peor está la situación y precisamente por esta razón. Es igual que todo lo del estado de bienestar, que no es un lujo a mantener, sino todo un conjunto de medidas tomadas en situaciones más extremas, para salir de ellas.
Y lo segundo es que ocurre igual que en la sanidad donde curiosamente tenemos un gasto per capita muy inferior a los demás países de la OCDE, con unos resultados mucho mejores, (entre otras cosas reflejados en la esperanza de vida), y resulta que se dice que no es sostenible para justificar el pasar a un sistema que ocupa más recursos para obtener peores resultados.
En esto ocurre lo mismo, los sistemas de reparto, necesitan un volumen de fondos mucho menor, ya que se basan para operar con el neto, (ingresos menos gastos), al revés de las de capitalización que necesitan incrementar exponencialmente el volumen de activos para generar rendimientos crecientes, necesarios para obtener más rendimientos para pagar a más gente. Si mediante neto es inviable, la multiplicación de lo inviable siempre lo es más.