El otro día leía en un análisis de cotizalia sobre las decisiones de la fed un curioso argumento:
“Entre el comunicado de septiembre y el de octubre sólo existió una diferencia. Notable, eso sí. Si hace un mes la Fed mostró en dos pasajes diferentes supreocupación por el repunte de los intereses hipotecarios y el impacto que podría tener en la economía, ayer omitió las alusiones por completo. ¿A qué se debe este cambio? Posiblemente, a la moderación de esas tensiones, puesto que en las seis últimas semanas el rendimiento de los bonos estadounidenses a 10 años ha bajado del 2,85 al 2,53% y el de las obligaciones a 30 años, del 3,85 al 3,63%. Como estas rentabilidades son la referencia para los productos hipotecarios, su descenso relaja también los intereses de las hipotecas.
Ahora bien, este planteamiento conduce a su vez a otra clave que no conviene olvidar. La Fed es muy sensible al repunte de los intereses de la deuda porque no se fía de que la economía esté preparada para soportar unos costes de financiación más caros”
Este análisis está en una noticia que trataba del atasco a la hora de retirar los estímulos. De hecho, nos encontramos también con el mismo problema en Europa, lugar donde a pesar de interesa, como sea, subir los tipos de interés para lograr una apreciación continua del euro, (recordar la serie de post sobre la extraña guerra de divisas, donde explicaba como todos los bancos centrales estaban coordinados al mismo objetivo), resulta que sólo se habla de bajarlos.
De hecho, los problemas para subir los tipos de interés son más que evidentes, y los ilustran en un escenario como el japonés donde no se han podido volver a subir en la vida. Las razones por las que vamos a tener bajos tipos de interés en todos sitios y además nulas o escasas posibilidades de subirlos son dos que a su vez se pueden definir en una: la traída y manida deflación. Para esto me gustaría recordar un post donde explicaba las razones por las que no iba a subir y los procesos que íbamos a encontrar; aclarando por cierto que estamos en un entorno claramente deflacionario, por mucho que se niegue.(tal y como explicaba por cierto en ese post antiguo).
Ahora bien, si necesitamos entender de otra forma las posibilidades de subida de los tipos de los distintos bancos centrales, tendremos que atenernos a los spread, a las primas o a los diferenciales de tipos; en realidad estas tres palabras vienen a ser lo mismo, aunque se usen para situaciones y casos diferentes. Supongo que las emisiones de los bancos y los préstamos de las empresas se fijan en base a un spread con alguna referencia, (puntos de interés adicionales a una referencia determinada), porque son más cool que los particulares para los que se fijan las hipotecas con un diferencial sobre el euribor, o que los países que tienen una prima sobre lo que paga Alemania.
Cuando estos diferenciales se incrementan significa que para la misma base, se paga un tipo mayor. Es decir, hoy los diferenciales de las hipotecas son muy superiores a los diferenciales que se firmaban en 2002; de tal forma que a pesar de que el euribor sea más bajo, lo curioso es que es posible que muchas hipotecas hoy formalizadas tengan un tipo superior. De tal forma, muchos países están financiándose hoy a tipos tan o más altos que en épocas donde los tipos de interés sean mucho mayores.
El problema es que lo que un país, una empresa o una familia puede aguantar no es el tipo de interés de referencia que corresponda, sino la suma entre diferencial y tipo de interés que corresponda. Por lo tanto, los bancos centrales podrán subir los tipos de interés tanto como este último dato permita. Dicho de otra forma, si una economía puede soportar que las hipotecas estén en torno al 5%, resulta que el euribor podrá subir al 4,5 si los diferenciales son del 0,5%, pero sólo podrá subir al 2% si los diferenciales son del 3%. Y aunque los particulares no importen, exactamente el mismo proceso tenemos con los diferenciales y los spread, de tal forma que las entidades financieras ganan más dinero con menos crédito por una razón, que a su vez es la que limita la capacidad de subir los tipos, lo que a su vez trae unos cuantos problemas derivados del carry trade. Curioso ¿no?.
Decía que los dos problemas eran el mismo, y para esto no hay más que entender que para contestarnos a esto resulta que sólo se podrán subir los tipos de interés cuando exista inflación, pero de la real y no un ipc positivo, (que por cierto ya ni eso).