Uno de los post que coloqué en los primeros post de este blog trataba sobre los límites del IPC para determinar el poder adquisitivo; dicho post es muy breve y trataba de explicar las razones por las que el Índice de Precios al Consumo minusvalora el incremento de los precios que consumimos. Básicamente, tenemos dos efectos claros; por un lado resulta que en el IPC coexisten precios que responden a determinadas necesidades y en particular tenemos bienes y servicios básicos, y luego otros no tan básicos. Es fácil entender que si los precios de los coches bajan, el IPC bajará, de tal forma que si nos encontramos en una situación en la que se reduce mucho la venta de coches, nos encontramos con que ésta bajada estadística no es real, y en todo caso no es real para todo el mundo.
Por otro lado tenemos el efecto calidad, que viene de asumir que las subidas de los precios de los productos responden a dos efectos; la inflación por un lado y las mejoras en los productos por otro; como quiera que cuando se recogen datos para el IPC se miran los precios finales, a ese resultado estadístico le restamos una parte en concepto del ajuste de calidad.
En principio, esto no es bueno ni malo, sino que es algo que deberemos tener en cuenta y entender que el IPC según esta metodología minusvalora siempre los precios que pagamos. ¿Es manipulación?. Pues mientras tengamos una metodología, (aunque nadie la lea) y se hagan las cosas de acuerdo a esto, pues la manipulación es la venta de un dato como algo real, cuando es un resultado estadístico.
Pero lo sorprendente ha sido un artículo en “El economista”, a cuenta del nombramiento de Axel Kiciloff como ministro de economía argentino, en el que se critica que se crea el índice de precios argentino. El contexto está siempre en el argumento de que en Argentina se manipulan los índices y en particular se refieren a la introducción de un cambio metodológico en 2007, para los precios a partir de 2008, que lo que hace es conseguir que el índice de precios al consumo argentino a partir de ese momento minusvalore las subidas de precios.
Pues la primera cuestión es que Kiciloff, al asumir como ciertos los datos del IPC que dan a partir de este momento está cometiendo el mismo pecado que el BCE y que cualquiera de los expertos que nos dicen estos días que las pensiones están ganando poder adquisitivo; porque la “manipulación” introducida en los datos de 2008 en Argentina no es otra cosa que el efecto calidad que comentaba y que tenemos en España y en el resto de la UE.
Lo que ocurre es que en Argentina y en USA, nos encontramos con la competencia de una página creada por dos profesores del MyT, que elaboran un índice alternativo para el IPC argentino y USA, con otra metodología, que curiosamente no colocan en ningún momento, lo cual nos lleva a la siguiente cuestión. ¿Por qué damos por bueno un dato que no sabemos cómo se saca, con que datos se saca y en los que no tenemos ni tan siquiera acceso a los resultados en bruto?. La respuesta es simple; porque lo han hecho unos profesores del MyT y esto está guay; de la misma forma que cuando alguien dice que los trabajadores han ganado poder adquisitivo (o han perdido el que sea), está siendo del todo correcto a menos que seas Kiciloff o argentino o similar, donde resulta que será todo mentira y el personaje en cuestión será ingenuo o manipulador.