Hace un tiempo, Rogoth y Reinhart realizaron un trabajo en el que afirmaron que cuando un país llegaba a un endeudamiento del 90% pues se empezaba a decrecer. El problema fue que metieron la pata en la Excel y entonces surgió una discusión un poco extraña en la que se afirmaba que eso era falso.
En su momento siempre traté de hacer un post acerca de dicho error, pero en realidad se me fue pasando, hasta que ahora resulta que lo necesitaba para otro error, esta vez en el otro “bando”; o más bien, los errores en el otro bando.
Entendamos; Es más que evidente que existe relación entre el endeudamiento y la situación de un país. De la misma forma, es igual de evidente que cualquier relación económica depende en todos y cada uno de los casos de un sinfín de variables. Es decir, y tan sólo a nivel de ejemplos, el endeudamiento de un país tiene unos efectos distintos si el país tiene un banco central que si no. Por supuesto el endeudamiento de cada país depende de muchas otras circunstancias que se pueden entender fácilmente. De hecho, hay cuatrocientos mil análisis de consenso, que explican las innumerables excepciones a este hecho.
Para entender esto voy a usar el símil del colesterol, porque puede ser conocido por todos. Si bien parece claro que cuanto mayor colesterol, (del “malo”), mayores riesgos para la salud, es evidente que nadie podrá decir que a partir de 193 habrá un infarto. El infarto dependerá de muchos otros factores, siendo el colesterol uno de ellos, de tal forma que se establecen indicadores de riesgo, pero ningún médico argumentará que a partir de un nivel dado sea seguro el infarto, por mucho que estadísticamente sea relativamente sencillo obtener una cifra concreta.
Y digo que en el caso del colesterol es relativamente sencillo entenderlo, comparado con la búsqueda de datos para construir un modelo econométrico que explique las situaciones de distintos países. Tenemos que lo que computa como deuda es distinto en un país que en otro, (incluso diferente en función del momento en que se haga en cada país), y desde luego es diferente la forma de calcular el PIB, (también entre países y entre momentos en cada país).
Es sencillo entender que en septiembre se van a cambiar la forma de obtener el PIB en España, de tal forma que subirá, y por tanto la proporción de deuda pública entre el PIB caerá y en teoría nos alejaríamos de ese punto famoso, cuando en la realidad no ha cambiado nada. Por descontado, no es la única vez que pasa esto, sino que el PIB en si mismo es una sucesión de construcción de estos acontecimientos. Por tanto, ¿Qué PIB se usa?.
En definitiva, el menor de los problemas es un error en un Excel, ya que en realidad la utilidad de la econometría nunca es dar recetas económicas, sino que al igual que en el símil que he usado, servir de alguna forma de alarma e indicador.
Y este es exactamente el grave error; No se trata de establecer una norma que nos diga que a partir de un endeudamiento excesivo va a provocar unos cuantos problemas, sino que la realidad es que una economía determinada es un complejo sistema de estructuras que tendremos que vigilar. Cuando existen determinados desequilibrios, estos se manifiestan en toda una serie de indicadores, y lo que hay que hacer es prestar atención a estos indicadores para tratar de anticipar el desenlace de las situaciones.
Es decir, de la misma forma que son los hábitos de vida a un infarto, (que se puede anticipar de alguna forma asumiendo que antes del infarto suele manifestarse en el colesterol), son determinadas estructuras las que llevan al desastre, que se suele manifestar antes en el endeudamiento y en muchas otras variables.
Ese es el mayor error, no es el endeudamiento el que mata, sino que el endeudamiento es un síntoma de una enfermedad que puede acabar matando, unas veces antes y otras después, (dependiendo de la economía).
El mayor error no es que se aplique mal una formula, el mayor error es que la formula se ha aplicado en un modelo que no tiene sentido, con datos que no son comparables y sobre todo entendiendo de forma totalmente incorrecta el sentido económico, para acabar concluyendo en un dislate que se entiende muy sencillo.
Si la deuda pública es un indicativo de unos desequilibrios que se cargan el sistema, lo que no tiene sentido es tratar de reducir la deuda incrementando los desequilibrios porque lo que ocurrirá es lo de ahora. Que todo el mundo busca una serie de datos para demostrar que estamos bien, mientras todo se derrumba, sin que nadie parezca enterarse.