Con mucha frecuencia olvidamos que los tipos de cambio son el reflejo de las condiciones de una economía frente a otras. Para que nos enteremos, la realidad es que la situación es muy similar a la que nos encontramos en los mercados financieros en general.
Cuando hablamos de bolsa o de cualquier activo financiero, encontraremos mil razones para defender que no dependen de la economía. Y por supuesto claro que depende, pero en el largo plazo. Podemos pensar que el largo plazo no existe, pero al final siempre llega.
En los tipos de cambio ocurre exactamente lo mismo. Al final todo se resume a través de la situación de la economía, de tal forma que si una economía mejora su moneda se revaloriza, y algo que debemos tener en cuenta que el hecho de que cuando hablamos de tipos de cambio, hablamos de un concepto relativo que afecta a varias monedas. Dicho de otra forma, el hecho de que una moneda se revalorice, es lo mismo que decir que la otra se devalúa.
En el post acerca de los criterios de convergencia, ya he tratado de explicar este proceso; y está claro que existe un error dramático en la concepción del euro. Y es el tratar de mantener el status quo en lugar de buscar la convergencia, como ha ocurrido en Alemania.
Para entender los resultados de intentar mantener una divisa sobrevalorada, no hace falta más que buscar el antecedente más cercano que fue Argentina, que trató de mantener la paridad entre su moneda con el dólar, hasta que el sistema se derrumbó, con los resultados que todos conocemos.
La realidad es que está claro que las monedas tienen que reflejar la situación de la economía de los distintos países, y de esta forma, el euro, no es más que un entorno en el que economías distintas mantienen una paridad fija. Otro antecedente que deberíamos recordar es la situación de los años 20, con una situación marcada por el patrón oro, lo que suponía en la práctica el anclaje de las distintas economías entre sí; curiosamente los sistemas de tipos de cambio flexibles, fueron una de las soluciones a la famosa crisis, (este será otro post).
Para entender a que nos referimos con la situación de una economía, tenemos que tener claro que nos referimos a la situación de los distintos agentes económicos, que son las personas, las empresas y el sector financiero. Dicho de otra forma, el valor de una moneda, refleja la situación de los distintos agentes económicos, que es la consecuencia de toda una serie de condiciones, decisiones, normativa y políticas.
Si analizamos los precios, los sueldos y los gastos financieros en los distintos países, nos encontramos con enormes diferencias, sobre todo en lo que se refiere al mercado laboral, (como he puesto en el post “¿son los sueldos españoles demasiado altos respecto a los europeos?). Y si nos damos cuenta las diferencias de sueldos son brutales entre los distintos países europeos. Si además tenemos en cuenta que los precios se han homogeneizado y que las políticas monetarias son comunes, la realidad es que la población de los países con los sueldos más bajos, tiene que sufrir a la fuerza una crisis de poder adquisitivo que destroza el sistema económico en su conjunto.
Recordemos que los sueldos más bajos de la zona euro son el griego, el portugués, el Español y el Italiano.
SALARIO MEDIO |
|
País |
Euros/año |
Dinamarca |
47.529 |
Noruega |
45.485 |
Luxemburgo |
42.135 |
Alemania |
41.691 |
Reino Unido |
40.015 |
Holanda |
38.700 |
Bélgica |
36.672 |
Austria |
36.032 |
Suecia |
34.049 |
Francia |
29.047 |
Italia |
24.116 |
España |
20.438 |
Grecia |
17.859 |
Portugal |
14.715 |
Polonia |
6.269 |
Media UE-15 |
34.412 |
Pues esta es la realidad. Una única política monetaria, precios convergiendo y un mercado común en el que los ciudadanos de unos países van con ingresos que duplican a los otros, condenan a los que tengan menores rentas a la situación actual.
En todo caso, (tal y como se entendió en el proceso de reunificación alemana), las posibilidades de que el mercado común y la moneda logren aguantar, pasa porque se homogeneicen los ingresos de los que van a esos mercados y por supuesto que se homogeneicen los costes laborales, (variable clave para tomar decisiones en lo que respecta a la forma de producir, lo que acaba en la productividad y competitividad). Téngase en cuenta que no es lo mismo que se homogeneice una variable, con la evolución de esa variable, que es exactamente lo contrario. Imaginemos un valor 100 en un país y 150 en otro país, (Si en ambos países el valor puede crecer un 100%, el resultado final será que las divergencias se incrementaron)
Sin embargo, las decisiones tomadas, lejos de igualar las diferencias, suponen incrementarlas, de tal forma que las economías presentarán mayores diferencias y en consecuencia, las dificultades para mantener una moneda única se están incrementando hasta que al final las economías que presenten una situación más débil caen sin remisión.
El proceso, lo tenemos que entender desde el punto y hora de que la macroeconomía no es un ente autónomo, sino que es la situación de los distintos agentes de un país. Curiosamente, en el contexto actual, las propuestas pasan por exagerar aún más las diferencias, y si tenemos una situación en la que los ingresos de un alemán, son sensiblemente superiores al de un Griego, se pide que suban los ingresos del primero, y bajen los del segundo.
Como he puesto en varios post, es completamente absurdo que se planteen determinadas medidas, como bajadas de sueldos y deflación en países con problemas de poder adquisitivo, endeudamiento, (no es más que una causa de que los ingresos han sido menores a los gastos), y déficit.
En definitiva, tanto Grecia, como España como todo aquel interesado en que el euro se mantenga han de entender que la realidad es que o hay un cambio radical en las políticas, decisiones y medidas que nos han conducido a la situación actual, o el euro no tiene posibilidad alguna de salir.
Pero si Alemania, si la UE, o quien quiera, no entiende esto, lo que han de hacer los países débiles es romper los anclajes inmediatamente, si no quieren verse arrastrados como está ocurriendo ahora mismo. Evidentemente Argentina, intentó mantener su paridad con el dólar hasta que la situación fue completamente insostenible, y nada me hace pensar que ni España, ni Portugal, ni Italia, ni Grecia, han aprendido la lección ahora mismo.
La solución unilateral adecuada, en vista de que no parece que se intenten homogeneizar las condiciones en los países, es asumir que sólo hay una cosa peor que la devaluación y es que una economía intente sobrevivir con una moneda sobrevalorada, mientras la situación real se deteriora. Y eso incluye la salida de la moneda europea, recuperar la política monetaria propia, y realizar una gran devaluación de la moneda.
A su vez, se han de desarrollar políticas de demanda y tratar de recuperar el poder adquisitivo en la moneda nacional.
Es completamente necesario, realizar esto, debido a que parece que nos olvidamos a veces que el nivel de deuda referido al PIB tiene su importancia en efectos nominales, y en este sentido una devaluación ayuda a minimizar las pérdidas y las deudas, como Estados Unidos puede demostrarnos en estas fechas recientes, donde se han dejado de dogmatismos y han devaluado el dólar de forma importante, para apoyar la recuperación.
Si nos damos cuenta, una devaluación del 50% permitiría elevar el 50% el pib nominal, reduciendo la deuda a la mitad, sin que supusiese pérdida de competitividad.
Esta es una de las grandes burradas de esta historia. Si nos damos cuenta todos los razonamientos hablan de que con el euro hemos perdido la posibilidad de devaluar, que en definitiva es el medio de evitar o paliar los efectos secundarios de realizar unas políticas para recuperar la demanda, (básicamente recuperar los sueldos y reducir impuestos a los ciudadanos). El caso es que no sé muy bien como, resulta que dado que no podemos evitar los efectos secundarios de una medicina que es la obvia, parece que todo el mundo pide que se tome lo contrario. O sea, que como no podemos evitar los efectos secundarios de las subidas de sueldos necesarias, ¡los bajamos!.
Si tenemos en cuenta todo esto, la solución es fácil; salida del euro y devaluación que ha de ser salvaje. La razón es sencilla y tiene mucho que ver con la principal crítica que oiremos a esta política. Los efectos sobre la credibilidad y sobre la financiación externa. En lo que respecta a la credibilidad, poco puede hacer Grecia ahora mismo para recuperarla, (sobre todo porque resulta que a los mercados les interesa que no la tenga). Debemos recordar que es la probabilidad de una devaluación lo que penaliza las inversiones actuales. En este sentido, el problema es que hoy la probabilidad de devaluación es mucho más elevada que tras una devaluación creíble. Por tanto, la devaluación tendría que ser suficiente como para descartar nuevas devaluaciones.
Supongo que alguien pensará en los precios de las importaciones, que se encarecerán, pero ha de pensar que eso no es así en términos reales. Dicho de otra forma, es posible que el petróleo en moneda nacional sea más caro. Pero debemos tener en cuenta que como la moneda nacional cae en la misma proporción, (por la devaluación), los efectos se compensan.
Respecto a los efectos de la salida del euro, ya los he puesto en su día para el caso español, y puede entenderse que serían muy similares, ya que la estructura de deuda es muy similar.
Y creo que sólo me quedan los grandes perjudicados que serían exactamente los mismos que en el caso de inflación reconocida; ahorradores y fondos de pensiones privados y desde luego los bancos acreedores de Grecia. Ahora que también es cierto que están cobrando unas primas de riesgo elevadísimas por la posibilidad de la devaluación o del default. Ahora que este es el gran problema. La salida del euro tumba el sistema financiero, (lo que explica la situación actual y las perspectivas).
Por supuesto, todo proceso de ajuste pasa por con posterioridad corregir las políticas que nos han traído hasta aquí, y habría que liberalizar mercados, proteger a los trabajadores y restringir la especulación.
Lo que va a pasar no es difícil verlo, (ha pasado muchas veces), las posibilidades de que funcionen las propuestas que nos llegan de FMI son nulas, (ya se han probado), y la única duda es si se tomará la decisión que proceda a tiempo, (si Grecia o nosotros lo estamos), o bien si esto acabará en deflación y default. Si se sigue insistiendo contra el muro, acabaremos como Argentina, aunque lo cierto es que Argentina tenía un problema adicional, que era la deuda externa en divisas, (dólares), mientras que Grecia emite deuda en moneda nacional, de tal forma que serían los bonistas en lugar del país el que asume el coste de la pérdida de valor de la moneda.
mañana queda el post de porque nunca va a funcionar lo de "calmar a los mercados"