Tras el post en el que me sorprendía de que ahora nos encontramos con que la especulación es mala y los especuladores malvados, pero sólo si se especula contra bancos, (los que especulan contra deuda pública, o en commodities o utilities, no tienen por ahora tal estigma, a pesar de que también causas problemas sociales muy graves), tengo que reconocer que al final yo soy uno de esos malvados.
Uno de los recurrentes comentarios que me hacen en el blog, hace referencia a aquello de “si estás en lo cierto, ¿Por qué no te pones corto…?. La verdad es que normalmente doy bastantes razones; ya que hay que acertar el timing, (es decir, no llega con saber que las cosas van a caer, sino que hay que determinar cuándo van a caer), y por supuesto, tienes que tener en cuenta que todo el mundo, (desde bancos, hasta gobiernos, pasando por bancos centrales van a tratar de usar todos los medios a su alcance para que esto no caiga).
En todo caso, tal y como he dicho en mil ocasiones, las soluciones propuestas hasta el momento, han sido “patadas hacía adelante”, o en definitiva, decisiones que empeoran la situación a cambio de un parche puntual, (y llevamos años así). Si a cada medida, he puesto los post diciendo porque va a empeorar la situación, cada vez estoy más corto, (mientras pueda, tanto por dinero disponible, como por aspectos legales, claro). Sin embargo, a la vista de lo acaecido la semana pasada, no puedo más que repetir lo que ya he dicho en varias ocasiones, (tanto en público como en privado): “no puedo recomendar lo que yo hago, y no puedo recomendar lo que yo no hago”.
En este sentido, para contestar a lo de “¿Por qué no te pones corto?”, la respuesta es que hay mil razones para las que no ponerse corto, pero que sin embargo yo estoy (no he equivocado el tiempo verbal) corto en SAN, BBVA, dólar, Petróleo, y ahora quiero entrar en Oro. En dólar llevo desde noviembre del año pasado, en Petróleo desde Abril, en San desde mayo y en BBVA desde junio.
El jueves me han fastidiado bastante en el corto plazo, ya que al eliminar la posibilidad de que la gente entre en cortos en SAN y BBVA, me he encontrado con la situación de que nadie puede comprar estos activos, por lo tanto la liquidez en este mercado ha caído en picado. Con esto me gustaría destacar la primera conclusión: Cuando hablamos de especulación en general tenemos siempre el argumento encima de la mesa de la liquidez, pero es un argumento absolutamente falso. De la misma forma que cuando hablamos de comprar acciones, tenemos que entender que damos liquidez al mercado de acciones, (y no a la empresa), cuando operamos a la baja, damos liquidez al mercado de derivados, (y no al de acciones).
Por tanto, la prohibición no ha tenido el efecto de restar liquidez a la bolsa, (ya que cualquiera que apueste a la baja no va a invertir en bolsa, y por tanto no se va a retirar de bolsa, a menos que comprase puts para protegerse, que lo podrá seguir haciendo).
Pero si ha producido el efecto de que ahora mismo tengo más difícil vender mis Puts. Esto implica que el precio de las opciones baja, y por tanto la valoración de las acciones sube, porque han bajado los precios de los put de futuro, y por tanto se al final afecta a la valoración de las acciones.
Entendido esto, deberíamos preguntarnos, (y al final es importante) entenderlo si vamos
En síntesis el esquema es que cuando cualquier persona se invierte en cortos, se está enviando un mensaje sobre el subyacente, de tal forma que cuantas más apuestas existan a favor de que una acción baja, es que se espera que la valoración baje. Es un proceso muy similar al que se ha seguido la especulación con la deuda pública, (se recomiendan y calientan CDS, de tal forma que sube la valoración del riesgo de la deuda, ergo sube la rentabilidad de la deuda).
Por tanto la ventaja o el motivo de la prohibición de los cortos es sencilla de ver; una vez se prohíbe por decreto apostar a la baja, desaparecen todas aquellas personas que creen que los mercados, (o en este caso las acciones de las entidades financieras) van a caer. Es cierto que los cortos se van a cerrar, porque no hay quien los compre, pero quién quiera entender, (y habrá muchos), que el hecho de que se cierren cortos como algo alcista, así lo entenderá y venderá, de forma que al final entramos en la profecía autocumplida.
El problema es que al final con tanta manipulación, estamos como siempre olvidando un pequeño detalle. Y es que nadie ataca entidades financieras para conseguir beneficios, ya que todo el mundo sabe que los ataques a las entidades financieras serán respondidos de forma inmediata por todo el mundo. Es decir, si quieres atacar con rumores, o con especulación o con informes de todo tipo, todo el mundo sabe que ha de hacerse con estados, con cajas, con commodities o en general con cualquier tipo de activo en el que el que pierda o tenga que pagar los patos rotos sea la sociedad en general que como somos todos, no es nadie y en consecuencia nadie (relevante y con capacidad) protestará.
En caso extremo de que estas posibilidades estén agotadas, desde luego se puede atacar cualquier empresa de IBEX sometida a manipulación alcista previa, ya que cualquier empresa recalentada a base de rumores será blanco fácil, (o por lo menos mucho más fácil que cualquier entidad financiera).
Además todo el mundo sabe que si se ataca a los bancos, existe un efecto boomerang. Se ha dicho que las caídas eran manipulación desde Estados Unidos, pero lo que todo el mundo parece olvidar es que estas caídas provocaban ingentes pérdidas en dicho país. O sea, que si no tiene sentido elegir el blanco más protegido, desde luego tiene menos sentido el hecho de que se hable de una conspiración estadounidense cuando todo el mundo sabe que de tener éxito y dar en el blanco, los propios Estados Unidos se hunden.
Por tanto, sólo queda una posibilidad para entender porque la gente se pone cortos en un determinados valores que recordemos son hiperprotegidos hasta la muerte por todas las instituciones, en medio de un esquema de funcionamiento que recuerda a una partida de poker en la que no se sabe cuántos “ases” nos podemos encontrar, pero que en la que además nos encontramos con que a media partida la pareja de doses puede llegar a valer más que un poker.
Y esa razón es muy sencilla.