Para acabar con toda la serie de post acerca de la regresividad fiscal, me gustaría hacer un repaso a la evolución de los distintos impuestos a lo largo de la última década. En este caso he optado por una forma de verlo eminentemente gráfica. A veces con un par de líneas y unas cuantas imágenes comprobamos mejor las cosas que con números, sobre todo en el ambiente en el que nos encontramos donde hablamos de miles de millones con una facilidad pasmosa.
Lo primero que propongo es situarnos en el esquema de rentas de estos 10 años; y a tal efecto he obtenido en la página del INE los datos de las remuneraciones de los trabajadores y los excedentes empresariales, (vulgarmente beneficios), y lo he convertido en el siguiente gráfico:
Como podemos ver, ambas líneas son ascendentes casi de forma paralela, hasta el año 2007, donde todo comienza a derrumbarse. Como podemos ver, los sueldos inician una caída que se acelera, mientras los beneficios empresariales han tenido una caída en el ejercicio 2009, pero ya han comenzado a recuperarse.
Pues en este contexto, podemos tratar de comprobar cómo se han ido comportando los impuestos más importantes que son el Impuesto sobre la renta de las personas físicas, el impuesto sobre el IVA, los impuestos especiales, (en los que he destacado tanto el del tabaco como el de hidrocarburos) y el impuesto sobre sociedades.
La gráfica que relaciona estos impuestos es la siguiente:
Me gustaría llamar la atención a un par de detalles; por un lado en la primera parte de la década, los impuestos son coherentes con la evolución de la economía. Pero sin embargo se comprueba que mientras las rentas de trabajo se derrumban, el IRPF manifiesta una ligera bajada, iniciando automáticamente la subida. También se aprecia muy claramente la subida del IVA en 2010, que rompe claramente la evolución de la economía.
Pero desde luego debería llamar la atención a la evolución del impuesto de sociedades que ha seguido la tendencia hasta las rebajas que se acordaron en 2006, hasta el punto que en 2008, los impuestos especiales casi superan lo recaudado por impuesto de sociedades, y que en los años siguientes lo superan claramente. Desde luego es llamativo el hecho de que la recuperación de los beneficios empresariales no se aprecia en la recaudación de sociedades, que sigue en una clara línea descendente.
La misma gráfica se aprecia si en lugar de usar los datos de recaudación de cada uno de los impuestos en miles de millones, tratamos de verlos en términos de porcentaje de cada uno de los impuestos sobre el total de los considerados.
Otra vez los datos son bastante elocuentes, en los que se comprueba que la participación de los impuestos en la recaudación tiene dos grandes puntos de inflexión. Por un lado, nos encontramos con las rebajas en sociedades, que hace que el esfuerzo de las sociedades comienza a caer de forma espectacular a partir de 2006; mientras el IRPF se va incrementando hasta que la subida de IVA le hace perder peso, (a pesar de que está subiendo también).
Para tratar de entender la situación de las rentas del trabajo, debemos tener en cuenta que la recaudación de I.R.P.F, se compone de varias partidas, por lo tanto me gustaría proponer un dibujo que nos indica la evolución tanto de la recaudación de IRPF como aquella derivada de rentas del trabajo.
Si tenemos en cuenta esta gráfica, resulta que la bajada de IRPF que hemos tenido en los gráficos anteriores, no se explica precisamente por las bajadas de las remuneraciones de los asalariados que teníamos en nuestro esquema general, sino que el importe recaudado a partir de los sueldos se ha incrementado en todo momento, incluido el momento donde comienzan a caer.
Esto en definitiva, lo que nos quiere decir es que cada vez con mayor claridad, podemos definir el impuesto a la renta de las personas físicas como un impuesto al trabajo, perdiendo cada vez mayor peso el resto de rentas que pueden obtener las personas.
En definitiva, yo creo que con estos gráficos creo que se observa perfectamente la evolución de quien sostiene el presupuesto público a lo largo de estos años y en que concepto. En este sentido a pesar de que el consumo se está desplomando, los impuestos indirectos están incrementando fuertemente su peso, derivados de las subidas; y por supuesto, que las menores rentas del trabajo, soportan cada vez un peso mayor de la estructura del estado.
Esto es lo que se llama el resultado de la regresividad.