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Mira por dónde, ¡quién me lo iba a decir!, el Primer Ministro de Su Graciosa Majestad de la Gran Bretaña ha tenido a bien proporcionarme una perfecta y divertida ilustración de un fenómeno general que yo ya había tratado en una ya lejana entrada en este mismo blog. En ella trataba de "explicar" el conocido fenómeno de que quienes hacen un pacto por el que se comprometen para el futuro a hacer algunas actividades  ilegales o al menos no demasiado bien vistas por el común de la sociedad (como, por ejemplo, pactar precios y eliminar la competencia en un mercado), suelen para cerrarlo de verdad cometer alguna "indiscrección" que sería costoso que se supiera y por la que cada parte se pone -de alguna manera- en manos de la otra, caso de que no cumplan lo acordado.  Concretamente, yo señalaba que la acreditada costumbre de "irse de putas" y demás actividades de similar tenor por parte de  ejecutivos de empresas y de otras organizaciones, tras comprometerese en un pacto de alguna manera oculto o de no fácil publicitación, podría venir explicada por ese mecanismo, que yo lo analizaba a partir del modelo de secuestro elaborado por el Premio Nobel Thomas Schelling en su insuperada obra de teoría de juegos, La Estrategia del Conflicto, (véase http://www.rankia.com/blog/oikonomia/428930-que-has-hecho-papel-economico-prostitucion-lujo).

Lo "bonito" es que este mismo modelo se aplica como "anillo al dedo" en mi opinión (he de contenerme aquí para no caer en la inevitable broma de mal gusto) al curioso y para algunos extraño y hasta abominable comportamiento que parece que tuvo  un juvenil Mr.Cameron  cuando introdujo sus -ejem- "partes privadas" en la boca de un cerdo... muerto, claro está (el riesgo caso de que el cerdo hubiese estado vivo se diría que lo era excesivo). Dado que es  poco probable que tal "actividad" le proporcionase un "subidón" de placer al señor Cameron (aunque todo, todo, es posible en la sexualidad humana), lo más seguro es que ese comportamiento de Mr. Cameron noo fuera enteramente voluntarios, si bien lo fue aceptado, y le fuera impuesto por el resto de los miembros de su "camada" como un rito de iniciación.

Y es así, como rito de iniciación,  como se está interpretando este "curioso" comportamiento der Mr.Cameron. Un "pecadillo" de juventud raro raro, cosas de ingleses de clase alta, pero sin nada más que decir y extraer de él. Todos hemos sido jóvenes ¿no?..y hemos hecho tonterías. Seguro que no tan grotescas, pero lo dicho, todo el mundo sabe que los ingleses de clase elevada son especiales. 

Ahora bien, sin negar la verdad de tal interpretación, me da a mí que se queda un poco corta, que es un poco parcial. Pues, en mi opinión, la rarereza del "acto" es tal que, dadas sus extremadas y especiales y auténticamente cochinas características,   NO PUEDE EXPLICARSE SÓLO Y SIMPLE Y EXCLUSIVAMENTE COMO UN MERO RITO DE INICIACIÓN a satisfacer para entrar en un grupo, sino que es también un "rito" de COMPROMISO que vinculaba para el futuro -y esto es lo importante-  a un joven  Cameron con aquellos que eran testigos de sus manipulaciones y que, posiblemente, eran también quienes de forma colectiva planearon el entero espectáculo que Cameron protagonizó más o menos a disgusto, o eso podemos suponer. De igual manera, cabe imaginar que todos y cada uno de los miembros del grupo se vieron obligados a realizar "performances" similares de las que, sin duda, el joven Cameron fue a su vez testigo, inductor o planeador.

Al así proceder, todos los miembros de este grupo de retoños de la élite británica habrían sellado uno de tras de otro, cada uno haciendo alguna particular cochinada, un pacto de por vida de ayuda mutua que les obligaría desde "juniors" hasta "que llegasen a ser "senors" y "místeres" (curioso, por otro lado, es que Oxford sirva también como escenario de tales comportamientos).Pacto que, con seguridad han mantenido por encima de legalidades y avatares políticos y personales.No es nada extrañó que quien ha "levantado la liebre", lo ha sacadop a la luz  y afirma tener información gráfica del affaire del joven. Cameron y el pobre cerdo parece ser uno de los miembros de ese selecto club que se habría sentido traicionado por (el ya Primer ministro) Mr. Cameron por no haber sido incluido en el gabinete de ministros.

 Y lo último. Resulta fácil extraer un corolario adicional congruente con el modelo de Schelling, y es que ese tipo de actividades vergonzantes y vergonzosas  serán más comunes  precisamente entre aquellos que tiene más que ganar con semejantes "pactos de caballeros": o sea, los miembros de las élites políticas, culturales y económicas. Es decir, que podemos estar bastante seguros que los miembros  de las élites  en la medida que siempre se han caracterizado por un fuerte espíritu de clase, de "ayuda mutua", de "solidaridad de clase", podemos  "presumir" sin duda que al menos parte de ese comportamiento tan "moral" y "elevado" se debe a unos pactos basados  seguramente en unos   comportamientos de lo más bizarro, inmoral y estúpido.  

 

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