Este mes de diciembre ¡ha sido de locura!
Mucho y buen trabajo que ha exigido mucha atención por mi parte y mis dos hijitos con una concatenación de resfriados, bronquitis, bronquiolitis y no sé cuantas más "itis" que precisaban toda la atención de papá. Así que no hubo tiempo para artículos. Espero que lo comprendan.
Casi a toro pasado, no obstante, creo que los visitantes de este blog merecen un detalle: quiero felicitaros a todos estas fiestas y, especialmente, el año nuevo que se avecina imparable.
Este próximo año será trascendental en nuestras vidas: tendremos la oportunidad de dar lo mejor de nosotros mismos, sin desfallecer y sin dejarnos convencer por los agoreros que siempre intentan hundir la esperanza en su miseria. Propongo un serio esfuerzo que nos lleve a convertir cada "nunca" en "ya está" y cada lamento en un suspiro de alivio. Ese es el trabajo que tenemos por delante y, si lo hacemos bien, saldremos de esta con fuerzas suficientes para lo que se nos ponga por delante. ¡Suerte! pero, ante todo ¡Ánimo!