Hace media hora estaba escuchando Intereconomía en el coche. Era la llamada de un señor que se preguntaba cómo era posible que su Warrant Call 20 de Cisco, que compró hace dos meses a $1.25, cotizara ahora a $0.75 si el subyacente estaba en $22.27. El hombre estaba perdiendo mil y pico euros en esa posición. Lo más curioso es que le pasaba lo mismo con otros Calls de Microsoft y de Pfizer.
No quiero hablar de warrants porque detesto los derivados. Sólo decir que: 1) al poder operar en el lado corto, un inversor puede perder también cuando el subyacente sube y 2) un inversor puede perder dinero aun acertando la dirección en que se moverá el subyacente (como es el caso del señor de Intereconomía). En concreto, el Call de Cisco ha perdido un 40% de su valor por el paso del tiempo (valor temporal) y por el descenso de la volatilidad del subyacente. Si hubiera comprado contado o futuros, el inversor hubiera ganado.
Pero lo que me llamó la atención de la llamada fue la cartera del oyente: Pfizer, Microsoft y Cisco. Tres acciones de crecimiento que se venden muy baratas. Lo que se llama GARP (crecimiento a precios razonables). Si este hombre hubiera tomado la misma posición en acciones, sin duda sería un ganador a largo plazo (incluso hoy mismo, dos meses después de haber iniciaco la posición, estaría ganado mucho más que el mercado).
Me da pena que inversores que toman la decisión adecuada en el momento adecuado pierdan por elegir mal el activo. La codicia nos empuja a aumentar el apalancamiento y nos vamos metiendo en activos cada vez más complicados (evidentemente este señor no entiende cómo funciona un warrant). En vez de comprar una acción (activo mucho menos arriesgado por menor apalancamiento y en el que sólo interviene dos variables: movimiento del subyacente y tipo de cambio), el oyente compra una warrant (activo que no conoce y que depende de cuatro variables: subyacente, tipo de cambio, tiempo y volatilidad). Además, una cartera como la suya es ganadora a largo plazo pero al operar con warrants, está condenada al corto plazo (plazo en el que no tiene el éxito garantizado). Y la complicación a corto plazo también se manifiesta con la divisa... en fin, es complicarse las cosas sin necesidad.
Una pena que una cartera tan buena tenga un resultado tan malo, sobre todo habiendo hecho lo más difícil que es identificar esos grandes valores y tomar la posición larga en momentos tan complicados.
Espero que para la próxima vez le salgan mejor las cosas.