La banca offshore es el conjunto de instituciones financieras ubicadas en países extranjeros caracterizados por una legislación especial con mayor libertad circulación de movimientos de capitales, menor control y/o facilidades fiscales.
Es decir, la banca offshore agrupa a entidades financieras localizadas en el exterior que ofrecen al usuario una serie de ventajas, principalmente, tributarias. Esto, en contraste con las normas del país de origen.
El término offshore significa “alejado de la costa”, y hace referencia a estar lejos de las regulaciones monetarias y fiscales.
Lo opuesto a la banca offshore es la banca onshore, aquella ubicada dentro del país del inversor o ahorrista.
¿Por qué se recurre a la banca offshore?
Los individuos y empresas llevan sus capitales a la banca offshore por diversos motivos. El primero puede ser simplemente el pago de menos
impuestos, o quizás evitarlos completamente. Se trata de una maniobra para, sin incurrir en la ilegalidad, esquivar tributos.
Otra razón puede ser que la banca offshore brinda una mayor privacidad. Es decir, permite al depositante mantener cierto anonimato. Esto, debido a que suelen existir en los
paraísos fiscales estrictas leyes respecto al secreto bancario.
La flexibilidad es otro atributo importante de la banca offshore, dado que otorga mayor facilidad para efectuar transacciones de diverso tipo. Además, permite una diversificación más amplia de las inversiones.
Un punto adicional es el de la seguridad, que es relevante para aquellos que residen en países donde existe un alto riesgo político o de otra índole. Es decir, en este caso, el usuario busca resguardar su dinero, por ejemplo, ante una inminente
crisis financiera en su país de origen.
Finalmente, no podemos dejar de lado el elefante blanco en la habitación. La banca offshore puede ser empleada para canalizar fondos de procedencia ilegal, para el blanqueo de capitales. Por ese motivo, a nivel internacional, se está buscando uniformizar ciertos criterios en el control de los flujos de dinero, en favor de una mayor transparencia.
Banca offshore y paraísos fiscales
La banca offshore suele ubicarse en paraísos fiscales. Estos son aquellos territorios donde existen impuestos bajos o inexistentes. Por ello, personas o empresas ven atractivo trasladar su dinero a esos lugares.
Es decir, cuando hablamos de banca offshore hacemos alusión a las entidades bancarias, mientras que el término paraíso fiscal se refiere al país o el territorio. Por ejemplo, el banco FR puede ser un banco offshore localizado en las Islas Caimán que es conocido por ser un paraíso fiscal.
Tipos de banca offshore
Existen dos tipos de banca offshore:
Minorista: Está dirigida a individuos, y a operaciones que se realizan entre particulares.
Privada: Son entidades especializadas en operaciones de sumas millonarias.
Ventajas y desventajas de la banca offshore
Entre las ventajas de la banca offshore podemos destacar:
- Permite al usuario un trato tributario más favorable que en su país de origen.
- Brinda protección al depositante ante sus acreedores. Esto, debido a que, como el dinero está en el extranjero, será más difícil de embargar.
- Suelen tener un sistema poco burocrático, pudiendo ser los trámites sencillos y rápidos.
- Como mencionamos anteriormente, ofrecen anonimato, protegiendo la identidad del usuario. A esto se puede sumar que no exista un mecanismo de intercambio de información entre el paraíso fiscal y la nación de origen.
Sin embargo, debemos tomar en cuenta las siguientes desventajas:
- Es cierto que la banca offshore ofrece muchas ventajas, pero requiere que la persona o empresa se informe debidamente antes de colocar su capital en una entidad. Y además debe investigar al país o territorio de destino del dinero. De otro modo, se puede correr el riesgo de perderlo incluso todo.
- La banca offshore, al asociarse en ocasiones con el blanqueo de capitales, como mencionamos previamente, puede estar bajo un mayor escrutinio de las autoridades. Es decir, las operaciones financieras del usuario, lejos de pasar desapercibidas, estarían bajo el radar de los reguladores. Esto lo debemos entender en un contexto en el que se está buscando mayor transparencia respecto a las actividades en los paraísos fiscales.
- El usuario podría no estar protegido con un seguro de depósitos, como en la banca tradicional. Además, será complicado presentar, por ejemplo, una reclamación desde la distancia o emprender medidas legales en caso se presenten problemas con el banco offshore.
- La gestión de las cuentas offshore puede ser costosa, por gastos de mantenimiento, tarifas de apertura, comisiones de transferencia, entre otros.
¿Qué tener en cuenta al buscar un banco offshore?
Para abrir una cuenta en un banco offshore, debemos considerar, en primer lugar, dónde haremos el depósito. Como ya mencionamos, debe investigarse a la institución financiera y al país donde se ubica.
Es riesgoso colocar dinero en un país que puede ser, por ejemplo, objeto de sanciones por parte de la comunidad internacional. En ese escenario, el usuario probablemente no pueda hacer uso de su capital al no poder efectuar
transferencias interbancarias.
Ante dicho impedimento, una salida sería realizar primero, desde el banco offshore, una transferencia a un tercer país que no aplique las sanciones, Luego, desde esa tercera entidad, se podrá hacer una operación con el país del usuario.
Asimismo, aspectos como la protección ofrecida a los depósitos y la existencia de una infraestructura adecuada para efectuar operaciones a distancia también son relevantes al elegir un banco en el exterior.
Además, debemos recalcar que en algunos países las leyes tributarias exigen la declaración de los depósitos que posee el
contribuyente en el exterior. En ocasiones, se impone dicha exigencia, por ejemplo, a partir de cierta cantidad trasladada fuera del territorio nacional.
Ejemplo de banca offshore
Un ejemplo de banca offshore puede ser aquella, por ejemplo, localizada en paraísos fiscales como Anguilla, Barbados o Bahrein. Un inversor puede buscar alguna entidad financiera en estos territorios para abrir una cuenta y depositar allí su dinero. De ese modo, evita el pago de altos tributos en su país de origen.