Unactivo tóxico es todo aquel activo de mala calidad, o lo que es lo mismo, que presenta un elevado riesgo en lo que a la recuperación de la inversión se refiere. Debido a esto, su calificación crediticia es menor, o como lo llaman las agencias de rating: "subprime".
La expresión "activo tóxico" se hizo muy popular durante la crisis financiera global de 2008.
Debido a que la crisis fue originada por una burbuja de activos ligados a hipotecas infladas con créditos impagados, tras el estallido fueron denominados activos tóxicos. Pues el riesgo, a la hora de analizar las hipotecas y el respaldo de los pagadores era excesivamente elevado y, atendiendo a los deudores, con una calificación "subprime".
Desde entonces, denominamos activo tóxico a todo aquel activo de mala calidad, el cual presenta un elevado riesgo frente a la garantía ofrecida. Por lo general, todos estos activos, analizado por las distintas agencias de calificación crediticia, suelen tener una calificación subprime, o lo que es lo mismo, por debajo del grado óptimo de inversión o grado "prime".
En caso de tratarse de un Gobierno, podemos medir si un activo es tóxico o no a través de la prima de riesgo. Teniendo en cuenta este indicador, podemos saber si el riesgo de recuperar nuestro capital es muy elevado o no. Y de esa manera, podremos saber si estamos ante un activo tóxico o no.
Desde la crisis citada, y teniendo en cuenta las consecuencias de la misma, los reguladores controlan de cerca a las entidades de crédito para evitar que estas concentren un gran volumen de activos tóxicos en sus balances y, de esta manera, pongan en riesgo nuevamente el sistema financiero global.
El activo tóxico: un activo subprime
El término suprime es un anglicismo que proviene de los Estados Unidos. Este, traducido al castellano, es quiere decir que es algo que está "por debajo del nivel óptimo", o lo que es lo mismo, el nivel prime.
Las agencias de rating, para decir que un activo está en grado de inversión, es decir, en grado óptimo, utilizan el término prime.
Cuando el activo no alcanza ese nivel óptimo, las agencias de rating otorgan el calificativo subprime.
Por esta razón, todos los activos tóxicos, en el análisis, deben poseer el grado subprime; aunque las agencias de rating otorguen otro grado.
La corresponsalía bancaria y los activos tóxicos
Antes de seguir, es preciso destacar el estrecho vínculo entre la corresponsalía bancaria y la gran crisis financiera que sacudió al planeta en el 2008.
La corresponsalía bancaria el acuerdo mediante el que un tercero establece relaciones o vínculos de negocio con una entidad de crédito con el objetivo de ofrecer, en nombre y por cuenta de esta, servicios financieros a sus clientes y a cambio de una comisión.
Las elevadas comisiones ofrecidas por los bancos y los claros incentivos perversos que se generaron debido a esto, llevó a los corresponsales bancarios a no medir bien el riesgo de las operaciones debido a las cuantiosas comisiones que ofrecían estas. Y esto, llevó a los bancos a asumir operaciones, derivadas de la corresponsalía bancaria, que ocultaban un elevado riesgo y que no veían por confiar en un tercero que únicamente tenía afán de ganar más dinero.
Por esta razón, muchos bancos ya no delegan tareas de este tipo en terceros que, como ocurrió en 2008, pueden comprometer la situación financiera del banco.
La quiebra de Lehman Brothers y los activos tóxicos
La quiebra de Lehman Brothers, un banco de inversión estadounidense, es la mayor quiebra bancaria que ha vivido los Estados Unidos a lo largo de su historia.
Rótulo de Lehman Brothers, llegando a la subasta de Christie's
La quiebra del banco está estrechamente ligada a la crisis financiera que se desató durante el 2008, la cual sacudió al planeta en su conjunto.
Tras largas e intensas negociaciones, se optó por dejar caer al banco, debido al elevadísimo volumen de activos tóxicos que este poseía en su balance.
De esta manera, el 15 de septiembre del año 2008, Lehman Brothers, un histórico de Wall Street, se declaró en quiebra con un pasivo de 430 000 millones de dólares.
Esto produjo un efecto dominó, derivando todo ello en la mayor crisis financiera que ha vivido nunca el planeta, y a la que, como al crack de 1929, distinguieron con el nombre "Gran Recesión".
La Sareb: el banco malo o banco de activos tóxicos
Otra institución muy ligada a los activos tóxicos y la crisis financiera de 2008 es la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, o lo que se conoce por su acrónimo como "Sareb".
Logo de la Sareb.
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria es una sociedad anónima de gestión de activos que han sido transferidos por las cuatro entidades que fueron rescatadas por el Gobierno de España durante la Gran Recesión.
Esta sociedad anónima, tras el rescate, concentró los principales activos tóxicos que se habían concentrado en los balances de estas entidades para, de esa manera, sanear los balances y salvar al sector bancario de la crisis a la que se enfrentaba.