Un contrato de derivados es un acuerdo formal entre dos partes que establece las condiciones bajo las cuales se realizarán las operaciones financieras relacionadas con un activo subyacente. Este documento es determinante, ya que establece y detalla todos los aspectos específicos de la transacción.
Un contrato de derivados es un acuerdo formal entre dos partes para realizar operaciones financieras basadas en un
activo subyacente, como una
acción, un
bono, una
materia prima o una
divisa. Este documento es esencial en el mundo de los
derivados, ya que detalla todos los términos y condiciones de la transacción que se va a realizar.
En el contrato se define claramente cuál es el
activo en el que se basa el derivado y se indica el tipo específico de producto derivado, como una
opción, un
futuro o un
swap. Es importante porque establece los
precios y las fechas para la compra o venta del activo subyacente, así como las responsabilidades que cada parte tiene en el contrato.
Además, el contrato incluye cómo se liquidará la operación, que puede ser mediante la entrega física del activo o un arreglo en efectivo basado en la diferencia entre el
precio de mercado y el precio acordado en el contrato. También detalla cómo se gestionarán los
riesgos y los requisitos de margen que las partes deben cumplir para garantizar la operación.
Otro aspecto importante del contrato es que establece bajo qué circunstancias se puede terminar antes de la
fecha de vencimiento y cómo se manejará esa terminación. Este punto es crucial para entender qué sucede si las condiciones del
mercado cambian drásticamente o si una de las partes necesita salir del contrato antes de lo previsto.
Por último, es preciso señalar que los contratos de derivados son documentos legales vinculantes y deben ser redactados con cuidado para asegurar que todas las partes entiendan completamente sus obligaciones y sus derechos. Dada la complejidad y los riesgos involucrados, se recomienda tener un conocimiento sólido del
mercado de derivados y, en muchos casos, buscar
asesoramiento legal y financiero especializado.
Contenido de un contrato de derivados
Un contrato de derivados es un acuerdo bastante detallado que cubre todos los aspectos de una transacción financiera relacionada, como su nombre indica, con un derivado financiero, es decir, un producto financiero referenciado o ligado a un activo subyacente.
Aunque cada contrato puede ser diferente según el tipo de derivado y las partes involucradas, hay varios elementos comunes que suelen incluirse en la mayoría de estos contratos. A continuación, vamos a ver algunos de estos elementos:
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Identificación del activo subyacente: El contrato define claramente el activo sobre el cual se basa el derivado. Este puede ser una acción, un bono, una materia prima, una moneda, un índice bursátil o cualquier otro activo financiero.
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Tipo de derivado y estructura del producto: Se especifica qué tipo de derivado es (por ejemplo, opción, futuro, swap, etc.) y cómo está estructurado. Esto incluye los términos específicos que rigen cómo y cuándo se puede ejercer el derivado, o cómo se calculan los pagos.
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Precio y cantidades: Se detallan los precios a los que se pueden comprar o vender los activos subyacentes (como el precio de ejercicio en una opción) y las cantidades involucradas.
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Fechas clave: Incluye las fechas importantes como la fecha de vencimiento del contrato y otras fechas relevantes para la ejecución del contrato.
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Obligaciones de las partes: El contrato explica qué se espera de cada una de las partes. Por ejemplo, en un contrato de futuros, una parte se compromete a comprar y la otra a vender el activo subyacente en la fecha acordada.
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Términos de liquidación: Aquí se describe cómo y cuándo se liquidará el contrato. Puede ser a través de la entrega física del activo subyacente o mediante un arreglo monetario.
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Cláusulas de riesgo y margen: El contrato incluye cláusulas que abordan cómo se gestionarán los riesgos y los requisitos de margen, que son garantías financieras que las partes deben aportar.
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Condiciones de terminación anticipada: Se especifica en qué circunstancias se puede finalizar el contrato antes de la fecha de vencimiento y cómo se manejará esa situación.
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Aspectos legales y regulatorios: Incluye todas las disposiciones legales y de cumplimiento que rigen el contrato, asegurando que las operaciones se realicen de acuerdo con las leyes y regulaciones aplicables.
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Disposiciones de resolución de disputas: Se establece cómo se resolverán las disputas que puedan surgir entre las partes durante la vida del contrato.
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Otras cláusulas específicas: Dependiendo del tipo de derivado y de las partes involucradas, pueden incluirse otras cláusulas específicas para cubrir situaciones particulares o detalles adicionales.
Como decíamos anteriormente, el contrato de derivados es esencial para comprender cómo funciona un derivado financiero, y cada uno de estos puntos señala, además del funcionamiento, todas las responsabilidades y los derechos de las partes involucradas.
Tipos de contrato de derivados
Ahora que sabemos qué es un contrato de derivados y su contenido, vamos a ver los diferentes tipos de contrato de derivados que existen, atendiendo a la operación que vayamos a realizar.
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Futuros: Imagina que haces un acuerdo para comprar algo en el futuro a un precio que fijas hoy. Eso es un contrato de futuros. Se usa mucho en materias primas, como petróleo o granos. Por ejemplo, un agricultor podría usar un contrato de futuros para vender su cosecha a un precio determinado antes de que esté lista para cosechar.
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Opciones: Este tipo de contrato es como tener un vale que te da el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender algo a un precio específico en una fecha futura. Hay dos tipos principales: las opciones de compra (call) te dan el derecho a comprar, y las opciones de venta (put) te dan el derecho a vender.
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Swaps: Un swap es como un intercambio. Dos partes acuerdan intercambiar flujos de efectivo en el futuro basados en ciertas condiciones. Por ejemplo, en un swap de tasas de interés, una empresa podría intercambiar una tasa de interés fija por una variable con otra empresa.
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Forwards: Son parecidos a los futuros, pero más personalizables y generalmente se negocian fuera de las bolsas. En un contrato forward, dos partes acuerdan comprar o vender un activo a un precio determinado en una fecha futura específica. Se usa mucho en divisas y productos financieros.
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Derivados de crédito: Estos contratos están relacionados con la posibilidad de que una empresa no pueda pagar sus deudas. Por ejemplo, un derivado de crédito podría usarse para protegerse contra el riesgo de que una empresa no pague lo que debe.
Como hemos señalado al inicio, cada uno de estos tipos de derivados tiene sus propias características y se utiliza para diferentes propósitos.
En primer lugar, los futuros y los forwards se usan mucho para fijar precios y evitar el riesgo de fluctuaciones en los mercados. En segundo lugar, las opciones ofrecen flexibilidad, ya que no obligan a comprar o vender. Por otro lado, los swaps son útiles para gestionar cambios en las tasas de interés o en los tipos de cambio. Y, por último, los derivados de crédito son importantes para manejar los riesgos de impago.
Ejemplo de contrato de derivados
Para terminar, vamos a tratar de mostrar un ejemplo de contrato de derivados que nos permita comprender qué es, y para qué sirve este documento.
Imagina que Carla, una joven que posee una panadería, quiere asegurarse de que puede comprar harina a un precio razonable durante el próximo año, ya que sabe que los precios de la harina pueden variar mucho. Para protegerse contra la posibilidad de un aumento significativo en el precio, Carla decide utilizar un contrato de derivados, específicamente un contrato de futuros.
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Acuerdo inicial: Carla se pone en contacto con un proveedor de harina y acuerdan un contrato de futuros. En este contrato, se fija un precio específico por tonelada de harina que Carla comprará en diferentes momentos a lo largo del próximo año.
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Funcionamiento del contrato: Según este contrato, Carla tiene la obligación de comprar y el proveedor tiene la obligación de vender una cantidad determinada de harina a un precio fijado, en fechas específicas durante el año. Esto significa que, sin importar cómo cambien los precios del mercado de la harina, Carla siempre pagará el precio que fijaron en el contrato.
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Protección contra la volatilidad: Si el precio de la harina en el mercado sube por encima del precio fijado en su contrato, Carla se beneficia porque está pagando menos de lo que costaría en el mercado. Pero si el precio de la harina baja, Carla todavía tendrá que comprarla al precio más alto acordado en el contrato.
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Conclusión del contrato: Al final del año, Carla habrá comprado toda la harina necesaria a un precio preestablecido, protegiéndose de los posibles aumentos en los precios del mercado.
Como podemos apreciar, hablamos de un documento que recoge todos los detalles y aspectos relacionados con operación con derivados, es decir, una operación vinculada a, como hemos explicado a lo largo de este artículo, un activo subyacente.