Sociedad gestora

La sociedad gestora es una entidad cuya actividad económica es administrar y representar un fondo de inversión.

Es decir, la sociedad gestora se encarga de manejar el patrimonio que pertenece a un fondo de inversión, decidiendo en qué activos se va a colocar dicho dinero, ya sea en renta fija, renta variable, o una combinación de ambas.

Este tipo de sociedad actúa como intermediaria entre el agente económico y la inversión que desea realizar a través de un fondo, de forma conjunta con otros partícipes.

A cambio de su labor, la sociedad gestora cobra una comisión a los inversores. Esto es, una contraprestación, la cual puede estar regulada con un máximo legal (dependerá de la normativa de cada país).

En este punto, debemos recordar que un fondo de inversión es una de las categorías de las que en España se conocen como Instituciones de Inversión Colectiva. Dichas entidades tienen como objetivo captar dinero del público para administrar el patrimonio reunido e invertirlo en diferentes activos (financieros o no financieros). Así, los partícipes del fondo reciben un rendimiento.

Funciones de la sociedad gestora

Entre las funciones de la sociedad gestora podemos resaltar:

Administración del patrimonio que pertenece al fondo de inversión.
Asesoría financiera.
Calcular el valor liquidativo del fondo. Este valor es el precio de cada participación en el fondo. Es relevante conocer este dato, por ejemplo, en el caso de que un inversor pida el reembolso de su dinero. Normalmente, el cálculo del valor liquidativo es diario y se efectúa dividiendo el valor total del patrimonio del fondo entre el número de participaciones que están circulando en el momento del cálculo.
La sociedad gestora no puede ser, al mismo tiempo, la entidad depositante. Esta última es la institución encargada de la tesorería del fondo. En simple, su función es supervisar los ingresos y salidas de dinero. Además, debe corroborar que se esté respetando lo señalado en la constitución del fondo. Así, no sorprende que, por sentido común, la sociedad gestora y la entidad depositante no puedan ser la misma empresa. Se trata de evitar conflictos de intereses y procurar la independencia de la gestora, a fin de asegurar el interés de los inversores.
Mantener informados a los inversores sobre su rendimiento y la composición del fondo.
Reportar sobre los ratios financieros del fondo.

Las dos últimas funciones señaladas nos permiten saber que la sociedad gestora debe hacer un ejercicio de transparencia para con sus clientes.