Una Sociedad de Valores (SV) es una entidad financiera autorizada y regulada para llevar a cabo actividades relacionadas con la intermediación y negociación de valores en los mercados financieros. Las SV son instituciones financieras especializadas en la compra y venta de valores en nombre de sus clientes, pero pueden ofrecer otros servicios.
Una sociedad de valores, conocida por sus siglas SV, es una figura elemental dentro del ecosistema financiero, siendo uno de los tres tipos de
Empresa de Servicios de Inversión (por sus siglas, ESI) que existen en España. En lugar de imaginarnos un lugar lleno de pantallas con números parpadeantes, debemos pensar en estas sociedades como arquitectos que diseñan puentes, pero en vez de conectar dos tierras, conectan a los
inversores con las oportunidades de
inversión.
La labor de una SV puede compararse con la de un sastre que confecciona un traje a medida. Al igual que el sastre conoce a la perfección las medidas y preferencias de su cliente, la SV se ocupa de conocer a fondo la situación financiera y los
objetivos de inversión de sus clientes. Y al igual que el sastre utiliza diferentes tejidos y patrones para elaborar el traje, la SV utiliza diferentes
instrumentos financieros y
estrategias de inversión para construir la solución o el
vehículo de inversión que mejor se adapta a las necesidades de cada cliente.
Pero, si algo distingue a las SV, es su compromiso con la transparencia y la protección del inversor. Estas sociedades están reguladas y supervisadas por la
Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España, lo que garantiza que cumplen con estrictos estándares de conducta y solvencia. Además, están obligadas a informar con detalle a sus clientes sobre las características y
riesgos de las inversiones que les ofrecen, y deben actuar siempre en el mejor interés de sus clientes.
Uno de los aspectos más curiosos de las SV es que su labor no se limita al ámbito nacional, sino que pueden operar en mercados internacionales y ofrecer a sus clientes acceso a una amplia gama de oportunidades de inversión en todo el mundo. Para ello, deben contar con las debidas autorizaciones y seguir las regulaciones de cada país, lo que demuestra la complejidad y sofisticación de su actividad.
La Sociedad de Valores (SV): Una Empresa de Servicios de Inversión (ESI)
Antes de continuar, es preciso destacar que la Sociedad de Valores es un tipo de Empresa de Servicios de Inversión (ESI).
En España, la normativa clasifica las Empresas de Servicios de Inversión (ESI) en tres tipos principales:
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Sociedades de Valores (SV): Estas empresas tienen la capacidad de realizar todas las actividades de inversión que estipula la ley. Pueden recibir y transmitir órdenes, ejecutarlas en nombre de clientes, gestionar carteras, asesorar sobre inversiones, y operar por cuenta propia. Además, pueden custodiar y administrar instrumentos financieros. Un ejemplo clásico de una Sociedad de Valores sería una casa de bolsa.
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Agencias de Valores (AV): A diferencia de las Sociedades de Valores, las Agencias de Valores no pueden operar por cuenta propia, es decir, no pueden invertir con su propio capital. Sin embargo, sí pueden recibir y transmitir órdenes de sus clientes, ejecutar dichas órdenes, asesorar sobre inversiones y gestionar carteras. Al igual que las Sociedades de Valores, también pueden custodiar y administrar instrumentos financieros.
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Sociedades Gestoras de Carteras (SGC): Estas empresas se limitan a dos servicios de inversión. Pueden gestionar carteras, siempre que las decisiones de inversión se tomen por cuenta de terceros, y asesorar sobre inversiones. No pueden custodiar ni administrar instrumentos financieros.
Estos tres tipos de Empresas de Servicios de Inversión se encuentran bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España, que se asegura de que cumplan con las normativas correspondientes y actúen en el mejor interés de sus clientes.
¿Qué servicios presta u ofrece una Sociedad de Valores?
Las Sociedades de Valores (SV) desempeñan un papel vital en el mercado financiero, ya que proporcionan una amplia gama de servicios tanto a particulares como a empresas. Estos servicios están destinados a facilitar y optimizar las operaciones de inversión y financiación.
A continuación detallamos algunos de los servicios más relevantes que prestan este tipo de compañías:
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Recepción y transmisión de órdenes: Uno de los servicios básicos que ofrecen las SV es la recepción y transmisión de órdenes de compra o venta de valores financieros. Esto significa que actúan como intermediarios entre los inversores y el mercado, gestionando las operaciones de compra y venta en nombre de sus clientes.
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Ejecución de órdenes: Las SV también pueden ejecutar directamente órdenes de inversión en el mercado. Es decir, compran o venden valores por cuenta de sus clientes.
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Gestión de carteras: Este servicio implica la administración de carteras de inversión. Las SV tienen la capacidad para tomar decisiones de inversión en nombre de sus clientes, siempre de acuerdo con las directrices previamente pactadas con estos.
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Asesoramiento en inversiones: Las SV pueden ofrecer asesoramiento en materia de inversión a sus clientes. Este servicio implica recomendar ciertos valores o productos financieros en función de los objetivos de inversión, la tolerancia al riesgo y las circunstancias financieras personales del cliente.
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Colocación y emisión de valores: Además de operar en los mercados de valores, las SV pueden ayudar a las empresas que buscan financiarse a través de la emisión de valores. En este caso, la SV puede asistir a la empresa en la preparación de la emisión, la definición del precio de los valores, y su colocación entre inversores.
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Operaciones por cuenta propia: Las SV también pueden realizar operaciones de inversión con sus propios recursos. Es decir, pueden comprar y vender valores en el mercado para obtener beneficios por cuenta propia.
Como podemos apreciar en el siguiente cuadro, las Sociedades de Valores son el tipo de Empresa de Servicios de Inversión (ESI) más capaz del mercado en lo que a prestación de servicios se refiere.
Con todo, hemos de señalar que estos son solo algunos ejemplos de los servicios que una SV puede proporcionar, pues puede darse el caso de que se presten aún más servicios que los descritos.
¿Quién regula a las Sociedades de Valores (SV)? ¿Qué obligaciones tienen este tipo de compañías financieras?
Las Sociedades de Valores (SV) en España están reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Para elllo, la CNMV tiene una serie de normas y regulaciones que las SV deben seguir para garantizar la protección de los inversores y el buen funcionamiento del mercado.
Entre estas normas, podemos destacar las siguientes:
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Información a los clientes: Las SV tienen la obligación de proporcionar información clara, correcta y no engañosa a sus clientes. Esta información debe incluir detalles sobre los productos o servicios que se ofrecen, los riesgos asociados, los costes y gastos, así como cualquier conflicto de intereses que pueda existir.
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Conocimiento del cliente: Las SV deben realizar un proceso de "conocimiento del cliente" (conocido como test de idoneidad o test de conveniencia) para entender sus conocimientos y experiencia en inversión, su situación financiera y sus objetivos de inversión. Esto asegura que los productos y servicios ofrecidos sean apropiados para el cliente.
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Protección de los activos del cliente: Las SV tienen la obligación de proteger los activos de los clientes. Esto implica mantener los activos de los clientes separados de los propios de la SV, realizar comprobaciones regulares para asegurarse de que los activos están seguros y tener planes de contingencia en caso de problemas.
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Gestión de conflictos de interés: Las SV deben identificar y gestionar cualquier conflicto de interés que pueda surgir entre ellos y sus clientes, o entre diferentes clientes. Si no pueden gestionar un conflicto de interés de manera efectiva, deben informar a los clientes sobre la naturaleza y las implicaciones del conflicto.
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Transparencia en la prestación de servicios: Las SV deben ser transparentes en la prestación de sus servicios, proporcionando información precisa sobre los precios, los gastos y los cargos que los clientes tendrán que pagar.
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Cumplimiento de las normas de conducta del mercado: Las SV tienen la obligación de cumplir con las normas de conducta del mercado, incluyendo las normas sobre la negociación justa y transparente y la prevención del abuso de mercado.
Estas obligaciones tienen como objetivo proteger a los inversores y garantizar que las SV operan de manera justa, transparente y no engañosa.
¿Cómo contrato los servicios de una Sociedad de Valores? ¿Puedo hacerlo a través de sus representantes?
Para contratar los servicios de una Sociedad de Valores (SV), el primer paso es seleccionar la entidad que mejor se adapte a tus necesidades. Para ello, puedes investigar diferentes sociedades de valores, sus ofertas, tarifas y reputación.
Una vez elegida, puedes ponerte en contacto con ellos a través de su página web, teléfono o incluso en persona si tienen una oficina física. Normalmente, las SV tienen un proceso de alta para nuevos clientes que incluye la cumplimentación de un formulario donde deberás proporcionar información personal, detalles financieros y tus objetivos de inversión.
En este proceso, juega un papel importante el representante comercial de la SV. Este profesional es la persona que te asesorará y guiará en todo el proceso de contratación. Su función es explicarte los diferentes productos y servicios que ofrece la SV, ayudarte a entender los riesgos y beneficios de cada uno, y finalmente ayudarte a elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades y perfil de riesgo.
El representante comercial está obligado a proporcionarte información clara, justa y no engañosa, y a tener en cuenta tus mejores intereses en todo momento. En otras palabras, no puede recomendarte productos que no sean adecuados para ti solo porque sean más rentables para la SV.
Además, los representantes comerciales de las SV están sujetos a regulaciones estrictas y deben tener una formación adecuada para asesorar a los clientes sobre productos y servicios de inversión. Esto incluye entender cómo funcionan los mercados financieros, las características y riesgos de diferentes productos de inversión, y las obligaciones legales y regulatorias de las SV.
Por último, una vez contratados los servicios de una SV, la relación con el representante comercial no termina. Este profesional continuará siendo tu punto de contacto principal con la SV, ayudándote a gestionar tus inversiones, respondiendo a tus preguntas y proporcionándote asesoramiento cuando lo necesites.
¿Cómo ser o cómo montar una Sociedad de Valores (SV) en España?
Crear una Sociedad de Valores (SV) en España implica seguir una serie de pasos legales y regulatorios que, en última instancia, deben ser aprobados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con el fin de garantizar su correcta operatividad y legalidad.
A continuación te muestro los pasos más significativos para montar una:
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Creación de la sociedad: Lo primero que hay que hacer es constituir una sociedad anónima con un capital mínimo desembolsado de 1.000.000 de euros. Esto asegura que la empresa tiene suficiente capital para comenzar a operar y cubrir sus obligaciones.
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Elaboración del programa de actividades: Deberás preparar un programa de actividades que describa detalladamente los servicios de inversión y auxiliares que la empresa planea ofrecer, así como las operaciones que realizará por cuenta propia. Este programa también debe incluir un análisis de los riesgos asociados a cada actividad y las medidas que se adoptarán para controlarlos.
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Preparación de un manual de procedimientos: Este documento debe describir las políticas, procedimientos y controles internos de la empresa, que garantizan el cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables.
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Reclutamiento de personal: Necesitarás un equipo de personas con la formación y experiencia adecuada para gestionar la SV y ofrecer los servicios descritos en el programa de actividades. Esto incluye a los directores y administradores de la empresa, que deben ser personas de reconocida honorabilidad y con experiencia en servicios financieros.
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Solicitud de autorización a la CNMV: Una vez que todos estos elementos estén en su lugar, deberás presentar una solicitud a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para obtener la autorización para operar como SV. La CNMV revisará toda la documentación presentada y, si todo está en orden, concederá la autorización.
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Inscripción en el Registro de la CNMV: Tras obtener la autorización, la SV debe inscribirse en el registro oficial de empresas de servicios de inversión de la CNMV.
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Inicio de actividades: Una vez que la empresa esté oficialmente registrada, puede comenzar a ofrecer sus servicios a los clientes.
Este es un resumen simplificado del proceso. En la realidad, la creación de una SV es una tarea compleja que requiere una amplia planificación y una estrecha colaboración con abogados y asesores financieros.
Ejemplo de Sociedad de Valores (SV)
Para ver un ejemplo real de Sociedades de Valores (SV), podemos mencionar el caso de Renta 4 Banco, una SV establecida y con mucho reconocimiento en España.
Renta 4 Banco es una SV con sede en Madrid que ha estado operando en el mercado español durante más de 30 años. A lo largo de su historia, ha ido diversificando y ampliando su gama de servicios para adaptarse a las necesidades cambiantes de sus clientes e innovaciones en los mercados financieros.
Además de la intermediación y ejecución de órdenes de compra y venta de valores, Renta 4 Banco también ofrece asesoramiento financiero personalizado. Este servicio incluye la elaboración de informes de inversión detallados, proporcionando así a sus clientes la información necesaria para tomar decisiones de inversión informadas.
También tiene una plataforma online a través de la cual los clientes pueden gestionar sus inversiones y realizar transacciones en tiempo real.
El hecho de que Renta 4 Banco sea una SV regulada por la CNMV, como ocurre con otras SV reguladas, garantiza que la empresa cumple con un conjunto riguroso de normas y regulaciones diseñadas para proteger los intereses de sus clientes. Esto incluye la obligación de tener una política de mejor ejecución, lo que significa que la empresa está obligada a tomar todas las medidas necesarias para obtener el mejor resultado posible para sus clientes cuando ejecuta sus órdenes.