La competitividad es la capacidad que posee una empresa, un sector económico o una economía, en general, para competir con éxito en el mercado o los mercados en los que participa.
Cuando competimos y obtenemos éxitos, decimos que somos muy competitivos, pues obtenemos resultados en la competición por el éxito. En esencia, esto es la competitividad. La competitividad es la capacidad que se posee para obtener el éxito en algo que vamos a hacer, y donde vamos a tener que competir con otros por alcanzarlo.
En economía, los economistas suelen hablar mucho de la competitividad, especialmente en el ámbito empresarial. De acuerdo con estos, una empresa debe ser competitiva, de la misma manera que debe serlo un trabajador, un sector o una
economía. Si una empresa es competitiva, venderá más en el
mercado y obtendrá más ingresos. Si un trabajador es competitivo, este obtendrá un mayor
salario, a la vez que ocupará un mejor puesto de trabajo. Si un país es competitivo, puede atraer
inversión, nuevos contribuyentes, así como
ingresos que lo proporcionen mayor
crecimiento económico.
La competitividad es un aspecto determinante en todo aquello que vamos a realizar, pues determina el resultado que obtendremos. Si no somos competitivos en una carrera, ya sea por no estar en forma, por estar lesionados, o por haber entrenado poco, no obtendremos resultados ni éxitos. Si una empresa no es competitiva dentro de un mercado, porque su producto es de baja calidad, no se adapta a las necesidades de los
consumidores, o porque presenta un precio muy superior a su competencia, esta no venderá y, por ende, no obtendrá ingresos.
En resumen, la productividad es la capacidad que tenemos, que tiene una empresa, un país, así como otros agentes, para participar en un mercado y alcanzar sus objetivos.
La competitividad empresarial
Como hemos señalado anteriormente, la competitividad es un concepto muy utilizado en el mundo económico, destacando especialmente el ámbito empresarial.
La competitividad empresarial, teniendo en cuenta lo que hemos dicho anteriormente, es la capacidad que posee una compañía, una empresa, para competir en un mercado con sus competidores o su
competencia. Si una empresa es competitiva, podrá participar en el mercado y obtener resultados. Si, por el contrario, no fuese competitiva, sus competidores la echarán del mercado tarde o temprano.
En este contexto, es preciso destacar que las empresas trabajan por encontrar ventajas competitivas que les permitan diferenciarse de sus competidores en el mercado. Una ventaja competitiva podría ser un precio más bajo, una innovación, una característica distinta, mayor calidad, entre otras muchas posibles.
En esencia, la competitividad es esencial en el mundo empresarial, pues determina el éxito o el fracaso de toda empresa.
Tipos de competitividad: Competitividad interna y competitividad externa
Dentro del ámbito empresarial, la competitividad se puede clasificar en dos tipos principales: competitividad interna y competitividad externa.
La competitividad interna se refiere a la capacidad de una empresa para mejorar sus procesos internos y optimizar su eficiencia y productividad. La competitividad interna se logra mediante la identificación y eliminación de obstáculos internos que impiden el crecimiento y la mejora continua, como la eliminación de desperdicios en la producción, la optimización del uso de los recursos y la mejora de la calidad y seguridad en el trabajo.
Por otro lado, la competitividad externa se refiere a la capacidad de una empresa para competir con éxito en el mercado global. La competitividad externa se logra mediante la implementación de estrategias que permitan a la empresa destacarse de la competencia, como la innovación en productos o servicios, la mejora de la calidad, la personalización del servicio al cliente y la adopción de tecnologías avanzadas.
Es importante destacar que la competitividad interna y externa no son independientes entre sí, sino que están interrelacionadas. Una empresa que es competitiva internamente puede ser más capaz de ofrecer productos o servicios de alta calidad y a precios competitivos, lo que a su vez puede aumentar su competitividad externa. Por otro lado, la mejora de la competitividad externa puede permitir a la empresa atraer inversión extranjera y aumentar su capacidad para invertir en la mejora de sus procesos internos.
En resumen, la competitividad interna y externa son dos tipos de competitividad fundamentales en el ámbito empresarial. La competitividad interna se enfoca en la optimización de los procesos internos, mientras que la competitividad externa se enfoca en la capacidad de la empresa para competir con éxito en el mercado global. Ambas son importantes para el éxito sostenible de una empresa.
Competitividad laboral
Al igual que en el mundo empresarial, la competitividad también es un concepto relevante en el
mercado laboral entre trabajadores.
La competitividad laboral se refiere a la capacidad que tiene un trabajador para competir en su campo de trabajo con otros profesionales de la misma industria. Si un trabajador es competitivo, tendrá más oportunidades de conseguir empleo, ascensos y aumentos de salario. Si, por el contrario, no es competitivo, puede verse relegado en su carrera y no obtener los mismos beneficios que sus competidores.
Es importante destacar que los trabajadores buscan encontrar ventajas competitivas que les permitan destacar en su campo de trabajo. Estas ventajas pueden ser habilidades específicas, una formación superior, una mayor experiencia laboral, una actitud positiva y proactiva, entre otras.
En resumen, la competitividad laboral es esencial para los trabajadores, ya que determina su éxito o fracaso en su carrera. Al igual que en el mundo empresarial, los trabajadores buscan encontrar ventajas competitivas que les permitan destacar en su campo de trabajo y tener más oportunidades de éxito. Es importante que los trabajadores se enfoquen en desarrollar sus habilidades y mejorar su formación para ser competitivos en el mercado laboral actual.
Competitividad estratégica
La competitividad estratégica se refiere a la capacidad de una empresa para desarrollar y mantener una estrategia competitiva efectiva en el mercado. En otras palabras, es la habilidad de la empresa para diferenciarse de la competencia y ofrecer productos o servicios que sean valiosos y atractivos para los consumidores.
La competitividad estratégica implica el análisis detallado del mercado, la identificación de las necesidades y preferencias de los consumidores y la evaluación de la competencia. A partir de este análisis, la empresa puede desarrollar una estrategia competitiva que le permita diferenciarse y destacar en el mercado.
Una estrategia competitiva efectiva puede incluir la innovación en productos o servicios, la reducción de costes y, por ende, de precios, la mejora de la calidad, la personalización del servicio al cliente, entre otras posibilidades. La implementación de una estrategia competitiva requiere de un enfoque disciplinado y sistemático, con la asignación de los recursos necesarios y la capacidad de adaptación a los cambios en el mercado y la competencia.
En resumen, la competitividad estratégica es fundamental para el éxito de una empresa en el mercado. La habilidad de una empresa para desarrollar y mantener una estrategia competitiva efectiva puede determinar su capacidad para diferenciarse de la competencia, ofrecer productos o servicios valiosos y atractivos para los consumidores y lograr un éxito sostenible a largo plazo.
Competitividad internacional
Al igual que ocurre en el ámbito laboral y en el mundo empresarial, la competitividad también es un concepto muy relevante, en el ámbito internacional entre países.
La competitividad internacional se refiere a la capacidad que tiene un país para competir en el mercado global y atraer inversión extranjera. Si un país es competitivo, puede participar en el comercio internacional y tener una ventaja competitiva en la producción de bienes y servicios. Si, por el contrario, un país no es competitivo, puede tener dificultades para participar en el comercio internacional y atraer inversión extranjera.
Es importante destacar que los países trabajan por encontrar ventajas competitivas que les permitan diferenciarse de otros países en el mercado global. Estas ventajas pueden ser recursos naturales, una fuerza laboral altamente capacitada, una infraestructura de calidad, una política económica estable, entre otras.
En esencia, la competitividad es esencial en el ámbito internacional, ya que determina el éxito o el fracaso de un país en el mercado global. Al igual que en el mundo empresarial, los países buscan encontrar ventajas competitivas que les permitan destacar en el mercado global y tener una ventaja en la producción de bienes y servicios. Es importante que los países se enfoquen en desarrollar sus recursos y mejorar su infraestructura para ser competitivos en el mercado global actual.