Un contrato de trabajo es un acuerdo legal y vinculante entre un empleado y un empleador en el que se establecen los términos y condiciones bajo los cuales el empleado realizará su trabajo en la empresa u organización. Este contrato detalla aspectos como el tipo de trabajo, las responsabilidades del empleado, el salario, los horarios de trabajo, las prestaciones y otros derechos y obligaciones de ambas partes.
Un contrato de trabajo es un acuerdo entre dos partes: una empresa y un
trabajador o
empleado. A simple vista, puede parecer un mero papel lleno de términos legales, pero es mucho más que eso. Es la piedra angular que define la relación laboral y establece las reglas del juego para ambas partes. Es como si fuera la "regla de oro" que nos dice qué podemos esperar el uno del otro.
Ahora bien, no todos los contratos son iguales. Depende mucho del tipo de trabajo, del
sector y hasta de la comunidad autónoma. Por ejemplo, no es lo mismo un contrato para un ingeniero en una empresa tecnológica de Madrid que para un camarero en un chiringuito de la Costa del Sol. Pero, en general, todos tienen cosas en común. Siempre especifican la duración del
empleo, que puede ser temporal o indefinida. También detallan el
salario, los horarios y las tareas específicas que se van a realizar.
Una curiosidad es que no siempre es necesario firmar un papel para que exista un contrato. La ley entiende que si una persona empieza a trabajar para otra y hay un acuerdo verbal, ya existe un contrato "de palabra". Eso sí, siempre es mejor tenerlo todo por escrito para evitar malentendidos.
En el contrato también se pueden incluir cláusulas específicas. ¿Qué significa esto? Imaginemos que trabajamos en una empresa que hace videojuegos y que no queremos que los empleados se vayan a la
competencia con los secretos de producción. En ese caso, se puede incluir una cláusula de confidencialidad o incluso una de no competencia, que impide trabajar en empresas similares durante un tiempo determinado tras dejar el empleo.
Por último, pero no menos importante, están los derechos y deberes. El contrato no es solo un listado de lo que el trabajador tiene que hacer, sino también de lo que puede esperar de su
empleador. Esto incluye desde el respeto a las condiciones laborales hasta el cumplimiento de las medidas de seguridad y salud en el trabajo.
Elementos del contrato de trabajo
Un contrato de trabajo es como una receta: tiene varios ingredientes que lo hacen completo. Aunque cada contrato puede tener sus particularidades, hay elementos fundamentales que suelen estar presentes en todos ellos.
Vamos a ver cuáles son:
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Identificación de las partes: Aquí se ponen los nombres del trabajador y del empleador, además de otras informaciones como el CIF de la empresa y el DNI del empleado.
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Tipo de contrato: Se especifica si es un contrato temporal, indefinido, a tiempo parcial, etc. Esta parte es crucial para entender la naturaleza de la relación laboral.
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Puesto de trabajo: Detalla la función que va a desempeñar el trabajador en la empresa. No es lo mismo ser un administrativo que un jefe de ventas, y eso tiene que quedar claro en el contrato.
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Salario: Este es uno de los puntos más importantes. Se indica no solo la cantidad que se va a recibir, sino también cómo y cuándo. Por ejemplo, si se paga al final de mes o si hay algún tipo de correspondencia.
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Horario y lugar de trabajo: Se establece la jornada laboral y dónde se realizará el trabajo. Puede ser en una oficina de la empresa, en un lugar externo o incluso en casa si es un trabajo remoto.
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Duración del contrato: Si es un contrato temporal, se tiene que especificar cuándo empieza y cuándo acaba. Si es indefinido, normalmente se indica el período de prueba.
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Beneficios adicionales: Aquí entra cosas como los días de vacaciones, si hay seguro médico, tickets restaurante, etc.
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Cláusulas adicionales: Pueden incluir desde acuerdos de confidencialidad hasta compromisos de no trabajar para la competencia durante un tiempo determinado después de dejar la empresa.
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Derechos y deberes: Un buen contrato también deja claro cuáles son las responsabilidades y derechos tanto del trabajador como del empleador.
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Firma de las partes: Por último, pero no menos importante, tanto el empleado como el empleador tienen que firmar el contrato. Es como sellar un pacto.
Estos son los ingredientes básicos que componen un contrato de trabajo. No olvides que siempre es buena idea leerlo detenidamente y consultar cualquier duda antes de poner tu firma.
Sujetos que formalizan el contrato de trabajo
Los sujetos que formalizan un contrato de trabajo son básicamente dos: el trabajador y el empleador. Vamos a ver qué papel juega cada uno en este acuerdo laboral.
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El trabajador: Este es el protagonista que se compromete a prestar un servicio o realizar un conjunto de tareas para la otra parte, que es el empleador. El trabajador recibe una remuneración, que se conoce como salario, un cambio de su tiempo y habilidades. Al firmar el contrato, se compromete a seguir ciertas normas y procedimientos, y en muchos casos, a no divulgar información confidencial de la empresa.
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El empleador: Este es el otro gran protagonista del contrato de trabajo. Puede ser una persona individual, como en el caso de los autónomos que contratan empleados, o una entidad jurídica, como una empresa o una institución. El empleador se compromete a pagar un salario al trabajador ya proporcionarle todas las herramientas y condiciones necesarias para que pueda desempeñar su trabajo de manera eficaz. Además, tiene la responsabilidad de cotizar a la Seguridad Social en nombre del trabajador y de respetar los derechos que este tiene según las leyes laborales y el propio contrato.
Ambas partes, el trabajador y el empleador, tienen que firmar el contrato para que tenga validez. Es común que también haya testigos durante la firma, aunque no es estrictamente necesario en todos los casos. Además, en algunas situaciones, un representante de los trabajadores o del sindicato puede estar presente, pero esto depende de las normativas internas de la empresa o del sector al que pertenezca.
Tipos de contratos de trabajo
En España, hay diversos tipos de contratos de trabajo que se adaptan a distintas situaciones laborales y necesidades tanto del trabajador como del empleador.
Vamos a hablar de algunos de los más comunes:
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Contrato indefinido: Este es el contrato que todos desearíamos tener. No tiene fecha de finalización y brinda mayor estabilidad laboral. Es el contrato "por excelencia", y en él, tanto el empleador como el empleado tienen ciertos derechos y obligaciones que se mantienen a largo plazo.
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Contrato temporal: Este contrato tiene una fecha de inicio y una de finalización. Se utiliza para cubrir necesidades puntuales de la empresa, como un aumento de trabajo durante una temporada alta o para sustituir a un empleado que esté de baja.
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Contrato por obra o servicio: Se utiliza para realizar una tarea específica dentro de la empresa. Una vez que la obra o el servicio se ha completado, el contrato finaliza.
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Contrato en prácticas: Este tipo de contrato es para personas que han terminado recientemente sus estudios y necesitan adquirir experiencia en su campo. Suele tener una duración de entre 6 meses y 2 años.
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Contrato para la formación y el aprendizaje: Este contrato está destinado a jóvenes sin experiencia laboral y permite compaginar el trabajo con la formación. Es una excelente manera de entrar en el mercado laboral mientras se sigue estudiando.
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Contrato a tiempo parcial: En este caso, el trabajador no trabaja la jornada completa, sino solo unas horas determinadas al día oa la semana. Es común en trabajos como el de camarero o vendedor en tiendas que no requieren una jornada laboral completa.
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Contrato de alta dirección: Este contrato es específico para los altos cargos de una empresa y tiene unas condiciones particulares, distintas a las del resto de empleados.
Cada uno de estos contratos tiene sus particularidades, reglas y requisitos, tanto para el trabajador como para el empleador.
¿Cómo consultar mi contrato de trabajo
Consultar tu contrato de trabajo es un paso crucial para entender tus derechos y obligaciones dentro de tu empleo. En España, cuando se formaliza un contrato de trabajo, es obligatorio que el empleador entregue una copia firmada al empleado. Así que el primer lugar donde buscar tu contrato será entre tus personales, donde deberías tener guardada esa copia.
Si por alguna razón no tienes esa copia o la has perdido, no te preocupes, hay otras formas de conseguirlo:
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Solicitarlo a recursos humanos: Puedes pedir una copia de tu contrato directamente al departamento de Recursos Humanos de tu empresa. Tienen la obligación de facilitarlo.
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Consulta electrónica: Algunas empresas tienen plataformas internas o aplicaciones donde los empleados pueden acceder a sus documentos laborales, incluido el contrato. Pregunta en tu empresa si esta opción está disponible.
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Representante sindical: Si en tu empresa hay representantes sindicales, ellos también pueden ayudarte a acceder a tu contrato.
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Asesoría legal: Si tienes problemas para acceder a tu contrato a través de los medios habituales, una asesoría laboral podría ayudarte, incluso llegando a tomar legal si se niegan a entregártelo.
Una vez que tengas tu contrato en mano, es recomendable que lo leas detenidamente y, si hay algo que no entiendes, consulta con un profesional o con el sindicato para aclarar tus dudas.
Recuerda, tener un contrato es tu derecho y es la forma en la que te aseguras de que se cumplirán las condiciones laborales acordadas. Así que no dudes en consultarlo cuantas veces necesites.
Ejemplo de contrato de trabajo
Para terminar y afianzar todo lo que hemos aprendido, nada mejor que un ejemplo práctico que ilustre bien qué es un contrato de trabajo.
Para ello, vamos a examinar un ejemplo muy común en España: el contrato indefinido. Este tipo de contrato es una de las formas más tradicionales y estables de empleo, y muchos trabajadores aspiran a conseguir uno tras pasar por contratos temporales.
Imaginemos a María, una ingeniera informática que ha estado trabajando en una empresa tecnológica durante dos años con contratos temporales. Ahora, la empresa decide ofrecerle un contrato indefinido. En este contrato, se estipula el salario que María recibirá, que debe ser al menos el mínimo establecido en el convenio colectivo para su sector. También se detalla su jornada laboral, sus funciones y responsabilidades, y se especifica el período de prueba, que en este caso podría ser de un par de meses.
María recibe dos copias del contrato: una para ella y otra para la empresa. Ambas partes lo firman, y la empresa tiene la obligación de registrarlo en la Seguridad Social. María guarda su copia del contrato en un lugar seguro y se asegura de entender todas las cláusulas antes de firmarlo. Ahora tiene un contrato indefinido, lo que significa que, a menos que haya razones legales para su despido o decisión de dejar el trabajo, su empleo es estable.