Un desembolso se refiere al acto de realizar un pago o desembolsar una cantidad de dinero como parte de una transacción financiera. Es el proceso mediante el cual se entrega o gasta dinero para cumplir con una obligación, comprar bienes o servicios, invertir en algo o realizar cualquier otra actividad que implique transferir fondos de una entidad a otra.
El desembolso es una palabra que tal vez ha oído en muchas ocasiones, especialmente cuando se trata de
dinero, pero que pocas veces paramos a entender a fondo. Básicamente, un desembolso es el acto de pagar o
invertir dinero en algo. Imagina que vas al supermercado y pagas por tu compra: eso es un desembolso. Pero no sólo es un término que se limita al día a día; en el mundo de las finanzas y los negocios el concepto adquiere matices mucho más interesantes.
Primero, hay que entender que no todo desembolso es igual. Puede ser temporal, como cuando prestas dinero a un amigo con la expectativa de que te lo devuelva. O puede ser permanente, como cuando compras una casa, con
hipoteca o sin ella. En este último caso, aunque la casa sea una inversión que podría aumentar de
valor con el tiempo, el dinero que has pagado ya no volverá a tu bolsillo a menos que vendas la propiedad.
Curiosamente, el desembolso puede ser tanto tangible como intangible. Tangible es sencillo de entender: pagas por un coche y recibes un coche. Pero, ¿y el intangible? Pensemos en la educación. Cuando pagas por un curso o una carrera universitaria, estás haciendo un desembolso en algo que no puedes tocar pero que, esperamos, te dará beneficios en el futuro, como un mejor
empleo o mayores
ingresos.
Otra cosa a tener en cuenta es que los desembolsos pueden tener implicaciones fiscales. En algunas situaciones, ciertos desembolsos pueden reducir la cantidad de
impuestos que tienes que pagar. Por ejemplo, si inviertes en un
plan de pensiones o haces una donación a una ONG, podrías beneficiarte de deducciones fiscales.
A modo de curiosidad, a la vez que hablamos de desembolsos, es importante hacer mención a los
reembolsos, es decir, al proceso mediante el cual se devuelve una cantidad de dinero a alguien que ha pagado de más, o ha realizado un pago indebido en una transacción particular. Como podemos apreciar, son dos conceptos que están muy ligados, pues son conceptos opuestos, y que conviene conocer.
Por último, ¿sabías que el desembolso puede ser una estrategia empresarial? Muchas empresas hacen grandes desembolso para adquirir otras empresas y así crecer más rápidamente. Estas compras suelen ser noticia en los medios y pueden cambiar el panorama de un
sector entero, o de la propia
economía a nivel global.
Tipos de desembolso
Al hablar de desembolsos, es importante saber que existen diferentes tipos, y cada uno tiene sus propias características. Primero tenemos el desembolso inicial, que es el dinero que tienes que poner al principio para adquirir algo, como podría ser la entrada para comprar una casa. Este es el punto de partida, y suele ser una cantidad considerable.
Después está el desembolso operativo, que son los gastos del día a día. Por ejemplo, si tienes un coche, no solo pagaste al principio por él, sino que tienes que seguir desembolsando dinero para la gasolina, el seguro, el mantenimiento, etc. Este tipo de desembolso es continuo y es parte de nuestras rutinas diarias.
En un contexto más empresarial, tenemos el desembolso de capital. Este se refiere a grandes inversiones que hace una empresa para crecer o mejorar. Puede ser comprar maquinaria, invertir en tecnología o incluso adquirir otra empresa. Este tipo de desembolso es muy planificado y se espera que genere beneficios a largo plazo.
También está el desembolso no planificado, que son esos gastos que surgen de repente y para los que no estábamos preparados. Puede ser una avería en el coche o una factura médica inesperada. Estos desembolsos pueden desestabilizar nuestras finanzas si no tenemos un fondo de emergencia.
Finalmente, tenemos los desembolsos intangibles, como invertir en formación o en bienestar emocional. Puede que no veas un retorno inmediato de este dinero, pero la idea es que aportará a tu desarrollo personal o profesional en el futuro.
El desembolso de acciones
Dentro de la amplia gama de desembolsos que existen, hay uno que no hemos explicado y que, quizás, pude sonar a chino, a las más a las altas esferas financieras, pero que, en realidad, puede estar al alcance de cualquiera que tenga algo de dinero ahorrado: estamos hablando del desembolso de acciones.
Cuando compras acciones de una empresa, estás realizando un desembolso para adquirir una pequeña parte de esa compañía. Imagina que tienes una tarta y cada pedazo de esa tarta es una acción de la empresa. Cuando compras un pedazo, estás invirtiendo dinero en ella con la esperanza de que la tarta en general crezca, y por lo tanto, tu pedazo también se haga más grande y valioso con el tiempo.
Este tipo de desembolso es una inversión, y como toda inversión, tiene riesgos. Las acciones pueden subir, pero también pueden bajar. Por eso es importante informarse bien antes de dar el paso. Generalmente, la compra de acciones se hace a través de una plataforma de inversión o un broker, que te cobrará una pequeña comisión por el servicio.
Es crucial entender que cuando compras acciones, el dinero que has desembolsado ya no está en tu cuenta bancaria, ahora está en la empresa en la que has invertido. Puedes recuperarlo vendiendo esas acciones, pero su valor podría haber cambiado: podrías ganar dinero si las acciones han subido de precio, o podrías perder si han bajado.
Diferencia entre desembolso y reembolso
Habiendo explicado qué es un desembolso, los tipos que existen y el desembolso de acciones, es hora de hablar de otro concepto muy parecido, pero que quiere decir justo lo contrario a lo que hacemos cuando hacemos un desembolso. Este es el reembolso.
Cuando hablamos de "desembolso", nos referimos al acto de gastar dinero en algo, como cuando compras un producto en una tienda o inviertes en acciones, como hemos visto. Es como abrir tu cartera y sacar dinero para obtener algo a cambio.
Por otro lado, "reembolso" es casi como la película en retroceso. Imagina que has comprado una camisa y, al llegar a casa, te das cuenta de que tiene un defecto. Si la devuelves y te devuelven el dinero, eso es un reembolso. En otras palabras, el reembolso es cuando te regresan un dinero que previamente habías desembolsado por algún motivo. Puede ser porque has devuelto algo que compraste, porque has pagado de más en alguna factura o porque tu seguro médico te ha cubierto una operación que habías pagado, por ejemplo.
Por lo tanto, la diferencia básica es esta: el desembolso es cuando sacas dinero de tu bolsillo para pagar algo, y el reembolso es cuando ese dinero vuelve a tu bolsillo por alguna razón válida.
Ejemplo de desembolso
Para terminar, nada mejor que un ejemplo que ilustre lo explicado hasta el momento.
Imaginemos que estás planeando un viaje con tu familia para las próximas vacaciones. Entre vuelos, alojamiento y actividades para todos, calcula que necesitarás unos 2.000 euros para hacer realidad este sueño. Este es el momento del desembolso, cuando realmente pagas ese dinero para confirmar las reservas y asegurarte de que tu plan se llevará a cabo.
Por ejemplo, pagas 1.000 euros por los billetes de avión y los otros 1.000 euros se distribuyen entre el hotel y varias actividades para disfrutar en tu destino. Ese acto de pagar, de sacar el dinero de tu cuenta bancaria para invertirlo en este plan que tanto deseas, es lo que llamamos desembolso. Has hecho un desembolso de 2.000 euros para cubrir los costes de tus vacaciones soñadas.
Y, si todo va según lo planeado, no habrá reembolso que valga; lo que ha desembolsado será el precio de una experiencia inolvidable con tu familia, un costo que, para muchos, bien vale la pena.