¿Qué son las ondas de Kondratieff? Definición, ciclos, ejemplos y actualidad
¿Qué son las ondas de Kondratieff? Definición, ciclos, ejemplos y actualidad
La economía se mueve por ciclos, pero… ¿sabías que existen ondas que duran hasta 60 años? En este artículo exploramos la teoría de las ondas de Kondratieff, que explica cómo la innovación, la tecnología y las crisis marcan las grandes fases del desarrollo económico global.
Seguramente muchos de nuestros lectores hayan oído más de una vez aquello de que la economía se mueve por ciclos. Esta idea, que a primera vista puede parecer una simplificación excesiva, ha estado presente en el pensamiento económico durante más de un siglo. Y lo cierto es que, aunque la validez y precisión de estas teorías pueda ser cuestionada, la observación empírica muestra que los períodos de expansión, bonanza y prosperidad suelen ir seguidos de fases de contracción, recesión e incluso crisis.
¿Qué son las ondas de Kondratieff?
No es casualidad, por tanto, que a lo largo del siglo pasado varios autores —entre ellos Benner, Kitchin, Kuznets o Kondratieff— se dedicaran a estudiar con detalle estos movimientos recurrentes, proponiendo diferentes explicaciones y modelos para entender su duración, sus causas y sus consecuencias sobre la economía global. Estos enfoques, aunque diferentes entre sí, comparten la idea de que detrás de las fluctuaciones económicas no hay un mero azar, sino ciertos patrones más o menos reconocibles que influyen en la evolución de los mercados, la producción y el consumo.
Precisamente, en este artículo vamos a detenernos a analizar en profundidad una de las teorías más influyentes en este campo: la de Nikolái Kondratieff y su teoría de las ondas o ciclos largos, un enfoque que a día de hoy sigue generando debate y despertando interés, a pesar de haber sido formulada hace ya un siglo.
¿Qué son las ondas de Kondratieff?
Las ondas de Kondratieff es una teoría introducida por el economista y estadístico ruso Nikolai D. Kondratieff a comienzos del siglo XX durante la era comunista soviética. En aquella época Kondratieff se dio cuenta de que los precios de los productos agrícolas y del cobre experimentaban ciclos económicos a largo plazo que, según él, eran el resultado de la innovación tecnológica y de periodos de evolución.
Kondratieff introduce por primera vez el concepto de la teoría de ondas largas en su libro de 1925, The Major Economic Cycles, un texto que posteriormente influirá a otros economistas relevantes como Joseph Schumpeter. Precisamente será Schumpeter el que, años después, sugerirá que a las ondas largas se las denomine “ondas de Kondratieff”, en honor al trabajo realizado por el economista ruso.
La idea fundamental de estas ondas es, según Kondratieff, que los ciclos económicos no se limitan únicamente a las fluctuaciones cortas que podemos observar en periodos de algunos años, sino que existen dinámicas mucho más prolongadas que abarcan entre 40 y 60 años. Cada uno de estos grandes ciclos se caracteriza por presentar fases alternantes de expansión acelerada, en las que las tasas de crecimiento económico son elevadas y sostenidas, seguidas de periodos de estancamiento o retroceso, donde el dinamismo se atenúa y predominan la ralentización y las crisis.
Para Kondratieff, estos movimientos de largo plazo no son casuales, sino que son el reflejo de profundas transformaciones estructurales, como la difusión de nuevas tecnologías, los cambios en los patrones de inversión y comercio, o incluso la reorganización de instituciones y relaciones sociales.
De esta forma, cada ciclo largo no solo describe una curva de crecimiento económico, sino que recoge, de algún modo, un proceso histórico más amplio de innovación, expansión y eventual agotamiento de un modelo productivo.
¿Quién fue Nikolai Kondratieff?
Nikolai Kondratieff nace en 1892 en Galuevskaya en el seno de una familia campesina. En su juventud estudia en la universidad de San Petersburgo, especializándose en estudios estadísticos y en economía agrícola. Tras finalizar sus estudios, Kondratieff trabajará en la Academia Agrícola de Pedro el Grande y, posteriormente, fundará y dirigirá en Moscú el Instituto de Investigación de la Coyuntura, que se dedicará a recolectar datos sobre las fluctuaciones económicas.
Nikolai Kondratieff
En aquella época es cuando Kondratieff comienza a escribir múltiples artículos y libros, entre los que se encuentra The World Economy and its Conjunctures During and After the War de 1922, que marcará el inicio de sus escritos sobre ciclos largos.
Tres años después, Kondratieff publicaThe Major Economic Cycles, un libro en el que el economista ruso amplía y desarrolla su visión acerca de la teoría de los ciclos largos. Sin embargo, para aquel entonces, Kondratieff, que se había manifestado partidario de unaeconomía de mercado parcial, había caído en desgracia con Stalin. Tras perder su puesto como director del Instituto en 1928, siendo detenido y encarcelado en 1930 durante una de las múltiples purgas de Stalin.
En 1938, Kondratieff es sometido a un segundo juicio durante la Gran Purga de Stalin, siendo condenado a otros diez años de encarcelamiento. Sin embargo, esta sentencia a la postre resultará inútil, por cuanto será ejecutado por un pelotón de fusilamiento el mismo día de su condena.
¿Cuáles son las 4 fases de una onda de Kondratieff?
Las ondas de largo plazo descritas por Kondratieff inicialmente se componían de tres fases (expansión, estancamiento y recesión), que posteriormente pasaron a ser cuatro, identificables con estaciones del año. Fases de las ondas de Kondratieff
Las ondas de largo plazo descritas por Kondratieff se estructuraban inicialmente en tres etapas principales(expansión, estancamiento y recesión), que reflejaban la alternancia natural entre periodos de dinamismo económico y fases de declive. Con el tiempo, Kondratieff refinó esta división apoyándose en las cuatro fases de Schumpeter, asociando cada una de ellas de forma simbólica con las diferentes estaciones del año:
Fases de las ondas de Kondratieff
Expansión (Primavera): emergiendo del invierno de la onda anterior, esta fase viene marcada por la innovación tecnológica y un crecimiento acelerado, que genera riqueza y empleo. Es la fase sin duda más optimista: florecen nuevos sectores, aumenta la productividad, se crean nuevos modelos de negocio y se produce un fuerte desarrollo industrial.
Auge (Verano): en esta etapa se consolidan los logros de la fase anterior. El nuevo paradigma tecnológico madura y se difunde ampliamente, dando lugar a una fuerte expansión económica, una prosperidad generalizada y unos niveles de riqueza potencialmente elevados. Los mercados viven un gran auge, pero surgen algunas tensiones inflacionistas y se intensifica la competencia por recursos.
Estancamiento (Otoño): el crecimiento se ralentiza aún más a medida que disminuye el potencial de las tecnologías dominantes. El clima aparentemente es de bonanza, pero comienzan a observarse síntomas de burbuja financiera. Los excesos acumulados producen inestabilidad y empieza a notarse la pérdida de dinamismo.
Crisis y depresión (Invierno): el ciclo toca fondo, desencadenándose una recesión severa. Esta fase implica la liquidación de la deuda, la eliminación del exceso de capacidad, la deflación de las materias primas y una agitación social y política potencialmente importante, ya que puede aumentar la desigualdad. Los mercados colapsan, y se producen multitud de quiebras empresariales. Se trata, sin duda, de la fase más dolorosa, pero también supone el preludio para iniciar la siguiente “primavera”.
Ejemplos históricos de ciclos de ondas de Kondratieff
Basándose en gran medida en sus análisis de los precios de las materias primas agrícolas y del cobre en los países europeos, Kondratieff identificó varios ciclos de entre 40 y 60 años, a los que se añaden los identificados por otros economistas posteriores. Pasamos a continuación a examinar cada uno de esos ciclos en detalle.
Primera onda (1780-1830)
La Era del Vapor: la invención y aplicación de la máquina de vapor inicia la Revolución Industrial. Gracias a ella, las fábricas textiles y de fundición comienzan a producir a bajo coste. El impacto de esta onda se concentra sobre todo en Gran Bretaña, marcando la transición de una sociedad agraria a una industrial.
Segunda onda (1830-1880)
La Era del Acero y el Ferrocarril: la invención del convertidor de Bessemer supone un avance revolucionario en la fabricación de acero, al eliminar las impurezas del arrabio (hierro crudo y carbonatado). Con esta innovación tecnológica, se redujo drásticamente el tiempo y el coste de fabricación del acero. Gracias a ello, en esta onda Estados Unidos multiplica por 2.000 los kilómetros de vías férreas que atravesaban el país.
Tercera onda (1880-1930)
La Era de la Electricidad y la Química: esta onda viene marcada por el aprovechamiento de la electricidad para uso industrial y doméstico, así como por importantes avances en la industria química. En esta etapa, Alemania y Estados Unidos se convierten en grandes potencias industriales junto a Gran Bretaña. El ciclo finaliza abruptamente en 1930, con la llegada de la Gran Depresión.
Cuarta onda (1930-1970)
La Era del Petróleo, el Automóvil y la Producción en Masa: impulsada por el motor de combustión interna, el auge del automóvil y el desarrollo de la industria petroquímica, esta onda se caracteriza por las técnicas de producción en masa (fordismo) y la movilidad individual, convirtiéndose el automóvil en un artículo de uso común. En esta etapa, Estados Unidos pasa a ser la fuerza económica y tecnológica dominante. La cuarta onda termina en los años setenta con la crisis del petróleo y el fin de la gasolina barata.
Quinta onda (1970-2020)
La Era de las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones: desencadenada por la invención del microprocesador y el posterior desarrollo de los ordenadores personales, los programas informáticos, las redes de telecomunicaciones e Internet. Esta ola fue testigo de la transición hacia una sociedad de la información y la globalización, con el sector de las TIC como principal motor de crecimiento, centrado en gran medida inicialmente en Estados Unidos (Silicon Valley), pero convirtiéndose rápidamente en mundial. Algunos investigadores sostienen que el auge de esta ola aún continúa, mientras que otros sitúan su final en torno a la crisis financiera de 2008, aunque también es muy probable que haya terminado con la pandemia de COVID-19.
Sexta onda (2020 - ?)
La Era de la Inteligencia Artificial, la Biotecnología, las Energías Renovables y la Computación Cuántica: si bien aún es pronto para confirmarlo, podríamos estar iniciando ya la sexta onda en la que nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o las energías renovables suponen el inicio de una nueva fase de expansión.
Visualización gráfica de las ondas de Kondratieff
¿Existen críticas y limitaciones a la teoría de los ciclos de Kondratieff?
Actualmente la teoría de ciclos propuesta por Kondratieff no goza de demasiada aceptación entre los investigadores académicos. Ello se debe en buena medida a que existen pocos datos anteriores a 1870, estando además solo disponibles para unos pocos países de Europa y Estados Unidos, por lo que resulta casi imposible probar que estos ciclos sean un patrón sostenido a lo largo de los siglos. De este modo, la teoría del economista ruso podría ser tan solo el resultado del cherry picking.
Además, la aplicación del análisis de Kondratieff para realizar previsiones económicas presenta algunas limitaciones importantes:
Limitaciones de la teoría de los ciclos de Kondratieff
Los ciclos de Kondratieff consideran un horizonte a muy largo plazo, lo que hace difícil identificar en qué punto del ciclo se encuentra actualmente la economía y lo cerca que está de los puntos de inflexión.
Las causas que explican estas ondas largas son complejas. Incluso podrían estar presentes distintos factores que estén impulsando ciclos diferentes, siendo complicado aislar los factores clave.
Los grandes acontecimientos geopolíticos o los avances tecnológicos inesperados pueden provocar desviaciones de los patrones típicos de estas ondas.
Las ondas de Kondratieff describen tendencias generales a largo plazo, pero no predicen el momento concreto ni la magnitud de las subidas y bajadas dentro de los ciclos. Además, cada ciclo no sigue un recorrido lineal, sino que incluye múltiples fluctuaciones a corto plazo que pueden alterar o enmascarar su interpretación.
¿Las ondas de Kondratieff tienen una aplicación práctica en la inversión?
Desde el punto de vista de un inversor, comprender cuál es nuestra posición dentro de una onda de Kondratieff ofrece una poderosa lente para navegar por la dinámica del mercado a largo plazo. No en vano, la identificación temprana de los puntos de inflexión dentro de una onda nos puede ayudar a orientar la diversificación de la cartera, anticipar rotaciones sectoriales y optimizar la exposición a las acciones de aquellas empresas líderes del mañana.
En particular, dependiendo de en qué fase de la onda nos encontremos, las decisiones de inversión que deberemos adoptar serán diferentes:
Decisiones de inversión según la fase de la onda en que nos encontremos
Expansión: caracterizada por un entorno de baja inflación, crecimiento económico, innovación tecnológica, y fuerte inversión productiva. Los mercados a tener en cuenta son los de las economías desarrolladas que lideran la innovación y también los emergentes en despegue. En este contexto, conviene dar más peso en cartera a acciones cíclicas (industriales, consumo discrecional, tecnología) y materias primas, cuyos precios están empezando a repuntar tras el invierno.
Auge: se produce inicia un período de fuerte crecimiento acompañado de inflación al alza. Aquí conviene estar atento a mercados de países exportadores de materias primas (América Latina, África, Australia, Canadá). Con respecto a activos, se debe dar prioridad sobre todo a aquellos que nos protejan contra la inflación, tales como materias primas (oro, energía, metales industriales), activos reales (inmobiliario en primeras fases, tierras agrícolas) y, como complemento, acciones defensivas (utilities, salud).
Estancamiento: en esta etapa tendremos una ralentización del crecimiento combinada con una expansión del crédito, lo que provoca un fuerte auge especulativo. En esta fase deberemos prestar atención sobre todo a las Bolsas desarrolladas, especialmente las de EE.UU. y Europa, aunque existe riesgo de que se estén formando burbujas bursátiles o inmobiliarias. Las oportunidades se concentran en acciones de crecimiento y sectores cíclicos (tecnología, financiero, inmobiliario) y bonos corporativos, aunque conviene ser cautos ante posibles excesos especulativos.
Crisis y depresión: se produce el colapso de las burbujas formadas en la etapa anterior, así como crisis financieras y episodios de deflación o estanflación. En este escenario debemos invertir en activos refugio, además de mantener buena parte de nuestro capital en liquidez, esperando la oportunidad para comprar a buenos precios. Entre los activos a considerar estarían bonos soberanos de alta calidad, oro y acciones value defensivas (consumo básico, servicios públicos).
¿En qué fase de la sexta onda estamos ahora?
La mayoría de los analistas coinciden en quela quinta onda, impulsada por los ordenadores, Internet, la tecnología móvil y la globalización,ha llegado a su fin o está en su ocaso final. Existen diversos indicios que podrían sugerir que nos encontramos en el “invierno” de esta quinta onda, entre los que cabe destacar los siguientes:
Indicios que justifican que estamos en el "invierno" de la quinda onda
Mayor desigualdad: una minoría concentra cada vez más riqueza, mientras que la mayoría de la población se enfrenta al estancamiento salarial y a la precariedad laboral.
Desilusión del gran público: la credibilidad de las instituciones, los gobiernos y los medios de comunicación tradicionales se encuentra en declive.
Resurgimiento del populismo y del proteccionismo, fenómenos que recuerdan a otros inviernos de Kondratieff pasados, marcados por tensiones sociales y conflictos geopolíticos previos a la reinvención sistémica.
Saturación de la deuda: tanto la deuda pública como la privada han alcanzado máximos históricos, lo que obliga a elegir entre innovaciones fiscales profundas o un doloroso proceso de desapalancamiento.
No obstante, conviene recordar que cada invierno finaliza con la aparición de un nuevo orden tecnológico y económico, que necesariamente debe ser más equitativo y sostenible. Y es que en el marco de Kondratieff, la innovación tecnológica por sí sola no basta para iniciar una nueva primavera: es imprescindible que la distribución, la resiliencia y el diseño centrado en el ser humano marquen la pauta de la siguiente fase de crecimiento.
Por tanto, si realmente estamos transitando hacia esa etapa, ya deberíamos estar percibiendo algunas “semillas” de la próxima primavera, como la expansión de la inteligencia artificial o el auge de las finanzas y de la gobernanza descentralizadas. Sin embargo, debido a la amplitud temporal de las ondas de Kondratieff, no podremos confirmar con certeza si nos encontramos en la sexta onda hasta dentro de varias décadas.