Patrimonio neto

El patrimonio neto es el elemento patrimonial que representa todos aquellos bienes y derechos que posee una persona física o jurídica en un momento determinado. Este elemento patrimonial se calcula mediante la suma del capital aportado, las reservas provenientes de beneficios no repartidos y el resultado del ejercicio.

En contabilidad, el patrimonio neto es uno de los tres elementos patrimoniales que componen, como veremos más adelante, el balance de situación. Por tanto, hablamos de un concepto de gran relevancia para esta disciplina económica.

Cuando queremos valorar una empresa, el patrimonio neto es determinante. 

En esta línea, hablamos de los derechos y los bienes que, en conjunto, posee una persona física (un profesional) o jurídica (una empresa) en un momento determinado; por ejemplo, en un año o mes concreto. Estos bienes y derechos presentan un valor, y, dado que determinan el resultado una vez descontado el pasivo, podemos decir que han sido financiados con recursos propios.

En esencia, el patrimonio neto se compone de las aportaciones realizadas por los socios o los accionistas, las reservas provenientes de beneficios de años anteriores que no se han repartido, así como el resultado del ejercicio corriente. Sumando estos elementos, tendríamos el patrimonio neto de la compañía.

Como hemos comentado anteriormente, el patrimonio neto es un elemento fundamental en contabilidad. Pues hay que señalar que, bajo los principios y normas que establece esta disciplina, los economistas dividimos la estructura financiera de una empresa en tres elementos patrimoniales, los cuales conforman lo que conocemos como "balance de situación".

Dentro de estos elementos patrimoniales encontraríamos al patrimonio neto:

El patrimonio neto, junto al activo y al pasivo, es uno de los elementos patrimoniales que conforman el balance de situación de una empresa.

Como decíamos anteriormente, en este elemento patrimonial encontraríamos todos aquellos bienes y derechos que, una vez descontado el pasivo al activo, queda como resultado de la aportación de los socios, los beneficios no distribuidos y el resultado del ejercicio corriente.

Por un lado tenemos el pasivo, que representa aquello que debemos, mientras que por otro tenemos el activo, que representa aquello que tenemos.

Cuando a aquello que tenemos restamos aquello que debemos, el resultado es lo que conocemos como patrimonio neto.

Con todo, demos un repaso a estos tres conceptos tan importantes para esta disciplina.

Pasivo

Por un lado tenemos el pasivo, que se compone de todas las deudas y obligaciones que posee una empresa. La letra de un préstamo, los intereses del mismo, una deuda con un proveedor... toda obligación que tenemos, o todo aquello que debemos, en contabilidad se le conoce como pasivo.

En este sentido, deudas que tenemos en el presente, pero que ya habíamos contraído anteriormente. Un ejemplo podría ser un préstamo, por el cual tendríamos la obligación de pagar el principal más unos intereses.

Activo

Por otro lado, cuando hablamos de un activo, hablamos de todo aquel bien o derecho que pertenece a una persona física o jurídica, y del que se espera obtener un rendimiento o preservar un valor que, posteriormente, puede convertirse en liquidez.

Una vivienda, las propiedades que posee una empresa, una acción o una participación... en general, todo aquel bien o derecho que posee un valor y que podría darnos rendimientos futuros es un activo.

Patrimonio neto

Sin embargo, el activo, pese a ser un bien o un derecho, puede estar financiado por una hipoteca. Para ello, y para conocer realmente el patrimonio de la compañía, existe el patrimonio neto.

Cuando a estos activos le descontamos las deudas, o lo que conocemos como pasivo, obtenemos el patrimonio neto. Esto es, los bienes y derechos que posee la compañía, una vez hemos descontado nuestras deudas.

El patrimonio neto se compone, como decíamos, del capital aportado por los socios, las reservas, así como el resultado del ejercicio.

No obstante, en contabilidad, utilizamos una fórmula contable que, conociendo el activo y el pasivo de la compañía, nos permite conocer el patrimonio neto de esta.

En este sentido, la fórmula que utilizamos es la siguiente:

Patrimonio neto = Activo - Pasivo

Una vez restamos a los activos el pasivo, obtenemos aquel activo que no precisa de financiación externa, el cual conocemos como patrimonio neto.

Para terminar, veamos un sencillo ejemplo de cómo se calcularía el patrimonio neto de una empresa pequeña.

Imaginemos que tenemos una empresa que posee lo siguiente:

En este ejemplo, y dado que el patrimonio neto es la suma del activo, una vez descontamos el pasivo, el patrimonio neto resultante de restar las deudas a los activos sería 60.000 dólares.

Esta cifra es la resultante de la siguiente fórmula contable:

Activo - Pasivo = Patrimonio neto

140.000 - 80.000 = 60.000 dólares