El riesgo de crédito es un término financiero que se refiere al riesgo de que una entidad o individuo al que se le ha prestado dinero no cumpla con sus obligaciones de pago. En otras palabras, es el riesgo de que el deudor no pueda o no quiera pagar el dinero que ha tomado prestado, lo que puede ocasionar pérdidas al prestamista.
El riesgo de crédito es un concepto fundamental en el mundo de las finanzas, el cual se refiere a la posibilidad de que una persona o empresa no pueda cumplir con sus
obligaciones de pago. Imagínate que le prestas
dinero a un amigo; el riesgo de crédito sería la preocupación sobre si tu amigo podrá devolverte el dinero que le prestaste en el tiempo acordado.
El riesgo de crédito no solo afecta a los préstamos individuales, sino también a
inversiones más grandes, como la compra de
bonos. Las empresas o gobiernos que emiten bonos son evaluados por su capacidad de pagar sus deudas. Las
agencias rating, que son las encargadas de otorgar la
calificación crediticia, asignan calificaciones basadas en este riesgo, lo cual influye en el interés que deben ofrecer para atraer a los
inversores.
Una
tasa de interés más alta en un préstamo o bono suele indicar un mayor riesgo de crédito. Por ejemplo, si tienes un buen historial crediticio, es probable que consigas préstamos con tasas de interés más bajas. Por otro lado, si una empresa tiene un alto riesgo de no poder pagar sus deudas, sus bonos ofrecerán intereses más altos para compensar ese riesgo adicional a los inversores.
Las entidades financieras a menudo se preparan para la posibilidad de que algunas deudas no sean pagadas o satisfechas. Reservan una cantidad de dinero para cubrir estas potenciales pérdidas, conocidas como provisiones para deudas incobrables. Además, existen herramientas financieras como los seguros de crédito o los
derivados de crédito, que se usan para gestionar o transferir el riesgo de crédito.
Tipos de riesgo de crédito
En el mundo de la economía y las finanzas, el riesgo de crédito puede tomar diferentes formas, cada una con sus particularidades.
A continuación, vamos a explorar estos tipos para que puedas entender mejor de qué se trata cada uno:
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Riesgo de impago: Este es el riesgo más directo y sencillo de entender. Se trata de la posibilidad de que la persona o empresa a la que has prestado dinero no pueda devolverlo. Es como si le prestas dinero a un amigo para que compre una bicicleta y luego resulta que no puede pagarte.
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Riesgo de concentración: Este riesgo surge cuando tienes una gran parte de tu dinero prestado a una sola entidad o a un pequeño grupo de deudores. Si uno de ellos falla en el pago, puede afectar significativamente tu situación financiera. Es como apostar casi todo a un solo caballo en una carrera.
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Riesgo de migración: También conocido como riesgo de deterioro crediticio, se refiere a la posibilidad de que la calidad crediticia de un deudor empeore. Aunque no haya impago, el riesgo de que pueda ocurrir en el futuro aumenta. Es como si ese amigo que te debe dinero empieza a tener problemas económicos y te preocupas más sobre si podrá pagarte.
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Riesgo de exposición: Este riesgo tiene que ver con la cantidad de dinero que puedes perder en caso de impago. Depende de cuánto dinero has prestado y cómo están estructurados esos préstamos. Cuanto más dinero hayas prestado, mayor es tu exposición.
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Riesgo de colateral: Relacionado con las garantías o colaterales que se ponen como respaldo de un préstamo. Si el deudor no puede pagar y el valor del colateral ha disminuido o no cubre la deuda, tú como prestamista te enfrentas a pérdidas. Es como si tomas una guitarra como garantía de un préstamo, pero luego la guitarra pierde valor o no es suficiente para cubrir lo que te deben.
Como veremos más adelante, cada tipo de riesgo requiere una estrategia de gestión diferente, y ser consciente de ellos es un paso crucial para proteger tu dinero y tus intereses.
¿Cómo gestionar y controlar los diferentes tipos de riesgo de crédito?
Gestionar y controlar los diferentes tipos de riesgo de crédito es como llevar un paraguas para protegerte en un día lluvioso; se trata de prepararte para evitar problemas.
Como hemos dicho anteriormente, cada tipo de riesgo requiere estrategias distintas, por lo que, a continuación, vamos a ver cómo controlar y gestionar cada uno de los tipos de riesgo de crédito mencionados anteriormente:
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Riesgo de impago: Para gestionar el riesgo de que alguien no pueda pagarte, es crucial evaluar bien a quien le prestas dinero. Esto incluye revisar su historial crediticio y su situación financiera actual. Para empresas, se pueden usar análisis de crédito y para personas, informes de solvencia. Además, establecer acuerdos claros y por escrito ayuda a minimizar este riesgo.
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Riesgo de concentración: La clave aquí es la diversificación. En lugar de prestar mucho dinero a una sola persona o empresa, es mejor distribuirlo entre varios deudores. Así, si uno falla en el pago, no afectará tanto tu situación financiera global.
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Riesgo de migración: Para controlar el riesgo de deterioro en la calidad crediticia de un deudor, es importante hacer un seguimiento continuo. Esto significa estar al tanto de cualquier cambio en su situación financiera que pueda afectar su capacidad de pago.
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Riesgo de exposición: Limitar la cantidad que prestas a cada deudor es una buena forma de manejar este riesgo. También es útil establecer límites máximos de crédito basados en el análisis de riesgo de cada deudor.
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Riesgo de colateral: Cuando tomes una garantía o colateral, asegúrate de que su valor sea adecuado y estable. Si es posible, elige colaterales que no suelan depreciarse rápidamente. Además, es buena idea revisar regularmente el valor del colateral para asegurarte de que sigue cubriendo la deuda.
En general, gestionar y controlar los riesgos de crédito implica ser prudente, hacer investigaciones adecuadas y tomar medidas para protegerte en caso de problemas.
¿Se puede calcular el riesgo de crédito? ¿Cómo se calcula el riesgo de crédito?
Calcular el riesgo de crédito es posible y se hace, muy a menudo, para estimar la probabilidad de que los préstamos no sean devueltos. Una manera habitual de calcularlo es mediante el concepto de pérdida esperada (PE). La pérdida esperada te da una idea de cuánto dinero podrías perder en promedio si el prestatario no paga.
A continuación, vamos a ver cómo se calcula:
Pérdida esperada (PE): La PE se calcula usando una fórmula que combina tres elementos principales:
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Probabilidad de incumplimiento (PD): Es la probabilidad de que el prestatario no cumpla con su obligación de pago. Se puede estimar basándose en el historial crediticio del prestatario y otros factores económicos y personales.
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Exposición en el momento del incumplimiento (EAD): Representa el monto total de dinero que está en riesgo en el momento en que se espera que ocurra el incumplimiento. Esto incluye el capital del préstamo más cualquier interés pendiente.
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Tasa de pérdida dada el incumplimiento (LGD): Es la cantidad de pérdida que se espera tener en caso de incumplimiento, expresada como un porcentaje de la EAD. La LGD toma en cuenta el valor de cualquier garantía o colateral que el prestatario haya ofrecido.
La fórmula para calcular la pérdida esperada es la siguiente:
PE = PD x EAD x LGD
Por ejemplo, si prestas 10.000 euros a alguien, y estimas que hay un 5% de probabilidad de que no te paguen (PD = 5%), y en caso de que no te paguen, esperas recuperar solo el 50% del préstamo (LGD = 50%), entonces la pérdida esperada sería:
PE = 5% x 10.000 euros x 50% = 250 euros
Esto significa que, en promedio, puedes esperar perder 250 euros por este préstamo debido al riesgo de crédito.
Con todo, es importante recordar que estos cálculos se basan en estimaciones y suposiciones, y que el riesgo real puede variar.
El seguro de riesgo de crédito: ¿Cómo puede ayudarnos?
Un seguro de riesgo crediticio es como un chaleco salvavidas que te pones cuando vas en un barco, para protegerte en caso de que algo salga mal. En el mundo de las finanzas, este tipo de seguro te ayuda a protegerte contra las pérdidas que podrías sufrir si alguien a quien le has prestado dinero no puede pagarte.
Cuando una empresa o una persona presta dinero, siempre existe el riesgo de que el deudor no pueda devolverlo. El seguro de riesgo crediticio cubre esta eventualidad, ofreciendo una compensación al prestamista si el deudor incumple con el pago.
¿Cómo funciona el seguro de riesgo de crédito o riesgo crediticio?
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Contratación del seguro: Primero, la entidad que presta el dinero (como un banco) contrata un seguro de riesgo crediticio con una compañía aseguradora.
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Pago de la prima: El prestamista paga una prima a la aseguradora. El costo de esta prima depende del riesgo estimado del préstamo, es decir, de cuán probable es que el deudor no pueda pagar.
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Cobertura en caso de impago: Si el deudor no puede hacer frente a sus pagos, la compañía aseguradora compensa al prestamista. La cantidad de la compensación dependerá de los términos del seguro.
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Reducción del riesgo financiero: Al tener este seguro, el prestamista reduce su riesgo financiero. Aunque el deudor no pague, el prestamista recibe una compensación que mitiga las pérdidas.
¿Cómo nos ayuda el seguro de riesgo de crédito o riesgo crediticio?
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Seguridad financiera: Proporciona una mayor seguridad financiera al prestamista. Si algo sale mal, no perderá todo el dinero prestado.
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Facilita el préstamo de dinero: Al reducir el riesgo, los bancos y otras entidades pueden sentirse más seguros para prestar dinero, incluso a deudores con un historial crediticio menos sólido.
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Posibles mejores condiciones para el deudor: En algunos casos, tener un seguro de riesgo crediticio podría permitir a los prestamistas ofrecer mejores condiciones en sus préstamos, como tasas de interés más bajas, ya que parte del riesgo está cubierto por el seguro.
Ejemplo de riesgo de crédito
Para terminar, nada mejor que un ejemplo que nos ayude a terminar de comprender este importante concepto.
Imagina que eres el propietario de un pequeño banco, el Banco JJ Morgan, y que un día viene a verte un cliente, Ana, para pedirte un préstamo. Ana quiere abrir una cafetería y necesita 20.000 euros para empezar su negocio.
Evaluando el riesgo de crédito
- Como director del banco, tu trabajo es evaluar si Ana podrá devolver el préstamo. Esto es evaluar el riesgo de crédito.
- Miras el historial de crédito de Ana y descubres que tiene algunas deudas y su historial de pagos no es perfecto, pero tampoco es malo.
- También revisas su plan de negocio para la cafetería, que parece bien pensado y viable.
Decisión y riesgo
- Decides darle el préstamo a Ana, pero debido al riesgo de crédito que has identificado, le cobras una tasa de interés un poco más alta de lo normal para compensar el riesgo que estás tomando.
- Ana acepta y abre su cafetería.
Situación hipotética 1 – Sin problemas de pago
- Ana gestiona bien su cafetería, el negocio prospera y ella te paga el préstamo con los intereses según lo acordado.
- En este caso, tu evaluación del riesgo de crédito fue adecuada y tu decisión de prestarle dinero a una tasa de interés mayor resultó beneficiosa para tu banco.
Situación hipotética 2 – Incumplimiento de pago
- Pero imaginemos ahora que las cosas no van bien para la cafetería de Ana. Aunque Ana lo intenta todo, el negocio no genera suficientes ingresos y empieza a tener problemas para pagar el préstamo.
- Aquí es donde se materializa el riesgo de crédito. Si Ana no puede pagar, tu banco perderá dinero.