Adicae y el arte de jugar a dos bandos o cómo ocultar inconfesables intereses
Toda una demostración de la incoherencia más obscena, la que ha venido practicando esta peculiar asociación de consumidores desde que eligió su bando preferente cuando se intervinieron Fórum y Afinsa.
Jamás dudó desde el primer momento, en negar de manera firme y tajante, la existencia de una responsabilidad patrimonial por parte del Estado. La versión oficial de una “estafa piramidal” perpetrada por las dos empresas, fue asumida por esta asociación, sin paliativos.
Lo cierto es que tiene su parte de razón, el hecho de no atribuirle una responsabilidad compartida al Estado, tal como hicieron en su momento. Justo lo contrario de lo que pretenden ahora.
Los afectados más juiciosos entienden que no puede haber dos responsables de esa susodicha estafa, simultáneamente. O bien nos estafaron unos o nos han estafado los otros. No han podido estafarnos ambos conjuntamente, dado que no hay lógica alguna y aún tiene menos sentido, suponer que siendo el Estado cómplice (según ellos, por no ejercer un control) y sabiéndose socio consentidor (según ellos, por negligencia) de una estafa, diesen los poderes públicos la orden de intervenir, acusar y condenar finalmente, a empresas y directivos. Sería algo semejante a la pretensión de buscar, un “tiro de piedra contra su propio tejado”. No cabe duda que aún siendo muchos servidores públicos, unos viles canallas, todavía les deben quedar algunos “dedos más de frente”.
¿Por qué, entonces, experimenta Adicae este cambio actual de actitud? Obviamente, forzados por el devenir de las circunstancias, se han visto obligados a disimular ante muchos de sus clientes descontentos. Aún así, cuando se llegó a la situación embarazosa de tener que justificar, el rechazo a una propuesta de restitución por el Estado, del 85% de lo perdido por los ex – clientes, el anciano Pardos tuvo que hacer uso de su mejor imaginación, para calmar y “engatusar” a su gente. Lo máximo que se pudo acordar fue ese 85% sobre el total, pues ni siquiera se logró discutir sobre la recuperación del 100% de nuestros ahorros (como exigimos muchos) pero, aún así, a Pardos le pareció que sobrepasar un mísero 30% era excesivo. Así lo hizo constar con su enmienda al Fondo de Compensación propuesto. Incluso ese 30% lo concedía como un mal menor para él y a regañadientes.
El viejo granuja, más falso que la famosa “moneda”, resopló con alivio cuando aquella propuesta no se aprobó ya que, de lo contrario, su postura ambigua le podría haber causado un incómodo escozor al quedar su sumisión ante sus “amos”, comprometida seriamente.
Un perro fiel y “faldero”, no suele “morder la mano que le da para comer” y después de todo, se arriesga a desatar la ira que le haga perder, las generosas prebendas con las que le obsequia el Gobierno de turno. Subvenciones, por cierto, declaradas ilegales en sentencia judicial y las cuales, no obstante, aún no ha devuelto. Una victoria que obtuvo en su día, en los Tribunales, Ausbanc, una organización que consiguió más logros en beneficio de los consumidores que todas las demás juntas. Asociaciones todas ellas, dispuestas a obedecer y que solo están de postín, por lo que jamás nada útil, han obtenido.
Como visualizaciones elocuentes, las reproducciones de los vídeos que hay insertados en diversos sitios de internet, no tienen desperdicio. Véanse los notorios sudores fríos que le sobrevinieron a Pardos, cuando intentaba explicar su postura de rechazo a la petición de los afectados. El esfuerzo que trataba de hacer cual “encaje de bolillos”, quizás hasta le pudo ocasionar, un repelente sarpullido.