Camino a seguir (o que debió seguirse)
Hola a todos,
A raíz del programa Salvados de Jordi Évole, anoche pudimos comprobar como el buen saber hacer y valores como la prudencia y la ambición sin desmesura, pueden hacer crecer a una caja de ahorros en España de forma sostenible gracias a una base imprescindible en este sector: la confianza. Hablamos de la Caixa Ontinyent.
Rodeado de mobiliario de los años 70 y pantallas a las que sobraban unos cuantos centímetros para poder calificarlas como "planas", el Jefe de Seceretaría de la caja, Vicent Ortiz, explicaba orgulloso como habían pasado de ser la caja 43 de 45 en el ranking nacional, a ser la primera de tan sólo dos.
La imagen transmitida de Caixa Ontinyent es la de una entidad humilde limitada a su ámbito de actuación. Crecían en función de los recursos de sus clientes y no por encima de sus posibilidades, asumiendo su condición de caja e invirtiendo parte de sus beneficios en obras sociales: de los alrededor de 7 millones de € de beneficios , entre 5 y 6 se destinaban a provisiones (para cubrir los ahorros de sus clientes, entre otras cosas) y el resto a obra social, especialmente en el pueblo.
A pesar de los buenos resultados, los administradores no se asignaron abultadas retribuciones, estando todos los salarios entre las cantidades de 16.400 € y 58.000 €. Todo ello dentro de un contexto de crecimiento medido: muchas cajas crecían al 25% mientras que Caixa Ontinyent hacía lo propio al 10%, rechazando además ofertas de fusión con otras entidades de mayor relevancia.
Cuando fue preguntado acerca de la politización de las cajas, Vicente Ortiz, respondió que no había problema en ello mientras las decisiones no fueran tomadas por los políticos, siendo los profesionales y técnicos quienes debieran estar al mando de las decisiones al margen de criterios políticos.
Espero que las nuevas generaciones de emprendedores se empapen de estos ejemplos y construyan sus proyectos siempre con los pies en el suelo.
Saludos.