Los que ven la paja en ojo ajeno y no ven la viga en el suyo
Wed 16 Dec 2009
La demonización del sexo se vuelve contra los que la impulsan
Posted by DROBLO under crítica, iglesia
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El otro día salió esta noticia:
Luis Alfonso Sánchez, un campesino del municipio de San Pablo, en el norteño departamento de Bolívar, dijo a periodistas que se mutiló los testículos porque tenía problemas sexuales con su mujer pero no quería serle infiel tras ¡6 AÑOS SIN SEXO CON ELLA!.
Sánchez añadió que encontró en la Biblia, en el capítulo 18 del evangelio de San Mateo, el paisaje que dice: “Si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y arrójalo porque más te vale entrar en la vida manco o cojo que ser arrojado al fuego eterno con tus dos manos y tus dos pies”.
El agricultor precisó: “cogí una cuchilla de afeitar con la que me corté y me saqué los testículos y me cosí con las agujas e hilo que uso con las vacas y los cerdos, para no serle infiel a mi mujer”. Pero al acoger literalmente el versículo y cortar de raíz con la tentación, no solamente le dejó una herida y un vacío, sino también una grave infección.
¿De verdad alguien duda de lo pernicioso que es que un hombre adulto sano se vea obligado a la abstinencia sexual (como por ejemplo obliga la religión católica a sus curas), de verdad alguien duda del daño psicológico que provoca el enseñar que la Biblia -incluyendo textos que muchas veces defienden la violencia, el machismo, la esclavitud etc.- está inspirada por Dios y será alguien capaz de negar que el complejo de culpa provocado por una religión que demoniza algo tan natural como la práctica sexual y que amenaza con la condenación eterna si no se cumplen unas normas que es indemostrable sean órdenes directas de Dios, es una influencia negativa en la vida humana?
El papa hace pocas fechas se mostró “profundamente angustiado” por los delitos sexuales sobre niños provocados por clérigos católicos, declaraciones parecidas hizo en su día Juan Pablo II: http://www.libertaddigital.com/sociedad/el-papa-profundamente-angustiado-por-los-abusos-a-menores-en-irlanda-1276378735/
Pero, aparte de angustiarse durante unos minutos por décadas delictivas, ¿No deberían estudiar por qué son la única religión de Occidente que tiene un grave problema con esto, si tiene relación con ser la única cuyo celibato no es opcional para sus sacerdotes por ejemplo? Aquí por ejemplo tenéis un sacerdote que relacionan celibato y pederastia (último párrafo): http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:SWHdmKxK9nEJ:gaceta.udg.mx/Hemeroteca/paginas/494/G494_cot%252013.pdf+casos+de+pederastia+en+estados+unidos+por+religiones&hl=es&gl=es&pid=bl&srcid=ADGEESjqOLuk1Bh69jLvGMj6w2k66ASPQwkp8A8O0EWXLQrWyozjA8p3WZ5ZiVZtcOGtvl7k7MELcweZO69u__bkB5XIufaFX9jcpM_23o7msyJ-JW7p19gsRwu-cS3vS-U-DszTVNL5&sig=AHIEtbSRc9AP-7nna4Ps9AgcefHhubMC0A
Así pues, ¿Como se atreve la iglesia católica a llamar antinatural al placer que siente un hombre con otro hombre o una mujer con otra mujer e impulsar una práctica tan dañina y tan ajena a la Naturaleza? ¿Qué han hecho este papa y el anterior para evitar los delitos sexuales de sus sacerdotes, han estudiado de verdad el origen del problema o han hecho como los obispos irlandeses, minimizar algo tan grave y esperar a volverse a mostrar afectados la próxima vez que ocurra?
No me invento nada: Un informe comisionado por la propia Conferencia Nacional de Obispos Católicos en 2004 destacó que más de 4.000 sacerdotes habían sido acusados en los Estados Unidos -el 4% del clero católico de ese país- y habían estado implicados en prácticas sexuales con menores, durante los últimos 50 años ( http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7347000/7347704.stm ) aunque esta enorme cifra aún podría ser muy superior ya que sólo entre el 5 y el 10% de las víctimas denuncia el caso, según Barbara Blaine, presidenta de la Red de sobrevivientes de abusados por sacerdotes (SNAP) de los EE.UU.
¡El 4% de todos los sacerdotes católicos de los EUA son reconocidos por la propia iglesia católica en boca de sus obispos como agresores sexuales! (y sin contar los no reconocidos). Actualmente, el investigador católico Richard Sipe estima que alrededor de 6% de los más de 46 mil sacerdotes católicos en los Estados Unidos han cometido actos de abuso sexual contra niños. Esto arrojaría una cifra de alrededor de tres mil clérigos involucrados exclusivamente en paidofilia. Dicha cantidad no incluye a diáconos, personal administrativo y laicos en posiciones de liderazgo que han cometido abusos similares, sino sólo a sacerdotes. Estas cifras, además, se enfocan casi exclusivamente en paidofilia homosexual. El abuso a niñas y mujeres adolescentes no está incluido, ni tampoco el uso del secreto de confesión para seducir a mujeres adultas, casadas o solteras.
Otras investigaciones, como la realizada en 1995 por la Universidad de Salamanca y publicada por el Ministerio de Asuntos Sociales de España, determinaron que del total de españoles que han sufrido abusos sexuales siendo menores, el 10% asegura que fue abusado por un sacerdote católico. Esta proporción se ha debido reducir mucho ya que la mayoría de los casos se presentaron en seminarios sacerdotales, escuelas y orfanatos en donde niños y adolescentes estaban bajo el cuidado del clero, algo que en nuestra sociedad -tras estas cifras hemos de decir afortunadamente- está pasando a ser anecdótico.
A mi estas cifras no me sorprenden, pensando racionalmente, ¿Quien es más probable que cometa un delito sexual, alguien que ve el sexo como algo natural y que lo practica regularmente o alguien que se pasa años de abstinencia y encima siente vergüenza de sus propios deseos por el peso de la culpa?
Cuando existe un problema tan enorme como para que una persona que enseña moral cristiana se vuelva un auténtico demonio hay que analizar muy bien las causas para erradicar la enfermedad en su origen y que no se repita. Repito, ¿Qué hace la iglesia católica -responsable civil subsidiaria según las leyes, a mi juicio culpable por demonizar el sexo- para evitar que esto vuelva a ocurrir? Les doy una idea: que no provoquen que nadie se sienta culpable por sentir deseo sexual.