Re: Un ejemplo del perfil de emilio
Una nueva moneda: el Corcóstegui
En la “City” financiera madrileña ya se habla de una nueva moneda: “el Corcóstegui”. Vale unos 110 millones de euros (18.000 millones de pesetas), y no se necesitan billetes fraccionarios.
Viene esto a cuento de que el fiscal del caso ha decidido archivar las demandas contra el ex presidente del banco Santander Central Hispano (SCH), José María Amusátegui (44 millones de euros de indemnización), y el ex vicepresidente y consejero delegado, Ángel Corcóstegui (110 millones de euros) en concepto de jubilación, que se pagó de una sola tacada (nunca mejor dicho).
El fiscal considera que no hay delito alguno. Se trata de un acuerdo entre las partes y hemos terminado. Ahora queda por saber si la jueza Teresa Palacio, que instruye el caso, acepta la petición del fiscal o, por el contrario, adopta la misma actitud que en el sumario de las cesiones de crédito: seguir adelante con dicho sumario sin hacer caso de la opinión del fiscal e imputar a Emilio Botín, actual presidente único del primer banco de España.
Nuevamente en la historia económica, se vuelven a mezclar lo ético y lo legal. ¿Es legal cobrar 110 millones de indemnización en un banco que ha reducido su plantilla, por prejubilaciones o por las vías laborales habituales, en más de 10.000 personas en tres años? Legal, claro que lo es. A fin de cuentas, la gente cobra, por salario o por indemnización, lo que quieran pagarle. Es más, en el caso de Corcóstegui, el más llamativo dada la cuantía, estamos hablando de un estudio actuarial que se realiza para cualquier prejubilado del banco. Lo que ocurre es que se trataba de un hombre de 51 años de edad, con muy buen sueldo, lo que elevaba la indemnización a percibir hasta esos electrizantes 110 millones de euros. Y eso, en un periodo de dividendo rácano.
Pero hay un "pero". Corcóstegui no es un consejero delegado despedido por el Consejo. No, Corcóstegui es un primer ejecutivo que se marcha porque quiere... y eso debería representar algo.
Pero, es que hay más. Rafael Pérez Escolar, inductor de la demanda, afirma que Emilio Botín, su verdadero objetivo, ha adquirido un banco a costa de comprar a dos personas. Haya dolo o no (y el dolo siempre es difícil de mostrar ante un Tribunal), lo cierto es que Botín se quedó como presidente en exclusiva, tras librarse del copresidente y del primer ejecutivo. A partir de ahí, nadie le puede discutir la Presidencia al cántabro.
Y más. En el caso de Amusátegui, el veterano banquero se iba a retirar (así estaba acordado en la fusión) seis meses después, en la siguiente Junta General de Accionistas. Entonces, ¿por qué pagarle 44 millones de euros, euros de los accionistas, en lugar de esperar a que se cumplieran los plazos? Y por cierto, se hizo sin consultar a los accionistas.
En definitiva, la verdadera acusación, y muy compartida, hacia Emilio Botín, es la siguiente: usted ha comprado un banco pagando a dos señores y con dinero del propio banco, de los accionistas. ¿Es esto legal? ¿Es ético? ¿Se inclinará Teresa Palacios por lo legal o por lo ético? En cualquier caso, su decisión sentará jurisprudencia... y mucho morbo.