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Las frías y blandas manos

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Las frías y blandas manos
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Las frías y blandas manos

Las frías y blandas manos, por pumpkin

"Jueves 02 de Febrero 2012, 07:40 de la mañana. Tras una semana de avalancha informativa en los medios sobre la inminente ola de frío y conversaciones de barberos y taxistas sobre la nevada del 2010 y del 1985 en Catalunya, me levanto y asomo la cabeza por la ventana para ver la temperatura y el cielo: nubes oscuras y espesas, 5 grados y nada de nieve.
Mientras me ducho y visto, recuerdo con claridad la tarde de ayer en la oficina. Agitación de última hora, los compañeros se llevaban el portátil a casa y comentaban cómo trabajar en remoto. No hubo ningún comunicado corporativo al respecto, aunque tácitamente se suponía que si fallaban las redes de transporte, todos en casa. Yo decidí no llevármelo.

08:45 Entro por la puerta dejando atrás los primeros copos de nieve tras un viaje sin incidentes de ferrocarril, a su hora. La temperatura ha bajado pero el invierno ha sido caluroso, no me habría sorprendido si no hubiera visto las noticias. De los seiscientos que somos, no han faltado más que una decena de personas, que ni han intentado venir pese a que la autopista, los trenes y los servicios funcionaban con normalidad.

09:30 Cae nieve abundante y espesa, se emblanquece todo en derredor y el valle de la comarca queda nublado entero. La niebla es cotidiana en la zona, pero parece que algunos lo han olvidado y se conectan nerviosos a comprobar los periódicos, accuweathers y parientes cercanos. Efectivamente, nieva en toda Catalunya y regresa el recuerdo del 2010.

10:00 La temperatura son 2 grados, la nieve no cuaja pero el paisaje es de postal y puede que vaya a más o puede que no. Todo son corrillos, ceños fruncidos y comentarios en voz baja hasta que uno que viste a la moda salta y dice que se marcha a casa. Otros le ven y le siguen, llaman a sus allegados y muchos ya han pasado la puerta cuando la empresa comunica lo que todos ya suponían, que quién quiera marchase puede hacerlo por lo excepcional de la situación.

11:00 Las noticias mantienen su línea de temporal, aunque la autopista circula fluida. Los trenes van a su hora y la nieve no cuaja. Empieza a despejarse la niebla y a fundirse la fina capa blanca que tan poco acostumbrados estamos a ver. Quedamos una treintena.

13:30 Salgo a almorzar al centro comercial. Observo rebajas de última hora y algunas muy buenas ofertas de bañadores, viajes en crucero y helados. Compro lo que me gusta a mitad de precio y regreso al trabajo. Unos pocos han vuelto tras llamarnos y saber que no ha pasado nada, pero han malgastado tiempo y dinero en peajes tras tantos viajes. A unos compañeros que se han ido a casa, les comento mis compras y se ríen o me llaman tonto.

21:30 Me voy a casa más tarde de lo habitual porque después del trabajo he vuelto al centro y he encontrado ofertas de billetes de ferrocarril también a mitad de precio, que un señor con botines quería quedárselos todos pagando en dólares. Ceno y me distraigo un rato con los comentarios contradictorios de los expertos meteorólogos que intentan explicar por qué no han acertado y que mañana será peor. El termómetro sigue marcando 2 grados un día de Febrero.

24:00 Mientras repaso contento mi cartera más liviana y mis bolsas más pesadas, pienso si mañana será igual. ¿Los medios seguirán moviendo el sentimiento del mercado hasta que fuercen el comportamiento de lo que dicen que ocurrirá? ¿Las manos blandas se dejarán arrastrar por ellos aunque las buenas inversiones lo sigan siendo? ¿El Banco Central se pondrá en acción tarde cuando todos ya lo han descontado? ¿Los contribuyentes deberemos rescatar a las entidades y países que no ni intentado cumplir sus responsabilidades? ¿Los brokers y las manos duras serán los únicos ganadores seguros de este teatro? ¿Los incautos entrarán en pánico y venderán barato para volver a comprar caro? ¿Los analistas se esforzarán más en defender sus previsiones que en mejorarlas? ¿Las manos blandas despreciarán las oportunidades hasta que se recupere el mercado y sólo puedan lamentarlo?

Mañana no sé si nevará, bajará la temperatura o habrá niebla. Lo que sí sé es que yo me levantaré, volveré a asomar la cabeza y decidiré qué botas me pongo y no qué pantuflas."