Pequeño comercio y calidad de atención al cliente
Buenos tardes a todos.
En estos días de inicio de otoño he afrontado una serie de compras importantes y algunas de cierta cuantía económica: Zapatos de lluvia, ropa de cama de invierno, suministros de ferretería, insumos de material de oficina.
Siempre para mi la primera opción es la tienda de barrio por varias razones: es bueno que en el núcleo donde vivo permanezcan negocios familiares y también porque me agrada pasear, entrar, preguntar, el trato personalizado.....me agrada comprar y lo seguiré haciendo en este tipo de establecimientos.
En este sentido, la teoría la tengo clara y la practico. Sin embargo, el trato que recibo de este tipo de comercio-aunque en teoría debiera ser próximo y familiar-en la práctica es tremendamente desigual: desde tiendas en las que soy realmente bien atendido con una sonrisa, entendimiento y profesionalidad, hasta otras donde el disparate está a la orden del día: consejos profesionales que no daría ni un niño de primaria, trato clasista por las meras apariencias o amiguismo, pereza o desgana simplemente para enseñar o dar a probar algo.
Logicamente, al final compro y me quedo con aquellos establecimientos donde el trato es amable, correcto y profesional que los hay y muchos afortunadamente. Sin embargo, pensando también en determinados tratos padecidos en algunos de estos pequeños comercios familiares durante estos días de compras, me pregunto si a una parte-que no toda- de este sector esencial para nuestra economía, no le quedaría en algunos casos un importante camino de profesionalización para ponerse a la altura de las exigencias del mercado.
Saludos