El Corte Inglés de mal en peor.

Durante el confinamiento, como buena parte de los españoles, compré online en El Corte Inglés una panificadora. Cuando, al cabo de una semana aproximadamente, la recibí, no me gustó y la devolví. La devolución fue debidamente aceptada por El Corte Inglés e imprimí el boletín de devolución que, on line, me facilitó El Corte Inglés. Cuando en la siguiente facturación, pasados más de 20 días desde que yo había hecho la devolución del producto, El Corte Inglés me giró el recibo, naturalmente procedí a su devolución. No puedo ni recordar la cantidad de veces que se me llamó, aún pasados varios meses, reclamándome el importe del recibo devuelto. Me cansé de asegurarles que, con su anuencia, había procedido a la devolución del producto. Bien, un buen día, pasados ya varios meses, hablé con un empleado que me pareció, aparte de muy agradable, lo suficientemente responsable como para parecer que el tema estaba definitivamente zanjado. Pasados tres meses más, disfrutando de mi siesta diaria, recibo la llamada de una señorita que me dice que tengo un recibo devuelto y que como el contencioso es antiguo, haría bien, con el fin de evitar situaciones indeseadas, en abonarlo. Salté de la cama como puesto por un resorte y perdí los nervios. Reconozco que dije cosas que seguramente estaban fuera de lugar. Le pregunté que a qué se refería y me dijo que a los gastos de devolución del recibo. Le dije que no me correspondía pagarlos pero quepasaba nada, que por favor los cargaran en mi tarjeta. Me dijo que no podía ser, que, por favor, le facilitara el número de mi tarjeta de débito. Como me negué rotundamente, ella, sin atender ni interesarle en absoluto mis explicaciones, seguía insistiendo en si podía llamarme a lo largo de la tarde para confirmar que había hecho el pago. Sentí que esta vez iba a perder totalmente el control y colgué el teléfono. 
Creo que el Corte Inglés llegó tarde a la venta online. Compro en Amazon cada vez con más frecuencia y jamás tuve el menor problema. Hice devoluciones cuando procedió hacerlas y nunca se me reclamaron gastos de devolución (sobre todo cuando la devolución estaba justificada). Llegan tarde, señores de El Corte Inglés, esto ya no tiene vuelta atrás. 
Por cierto, ya no tiene ninguna utilidad para mí, apenas visito sus tiendas, compro casi todo en Amazon, así pues en los próximos días pasaré por una de sus tiendas para devolver las tarjetas. ¿Cómo es posible que hayan ustedes terminado así?