Inflación: Javier Santacruz explica por qué los precios seguirán subiendo durante años
El economista Javier Santacruz analiza a fondo el problema de inflación en España. Y explica los motivos reales de una subyacente tan alta.
La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, aseguró en la sesión de control al Gobierno que “el dato de inflación de enero es mejor que el de diciembre”. En los informes del INE no se encuentra resquicio alguno de factualidad que avale esa declaración en sede parlamentaria. España, por el contrario, va camino de meterse en un problema de precios altos de larga duración.
El economista Javier Santacruz desnuda para finanzas.com la realidad de la inflación. “El problema está en la subyacente”, asegura en conversación con Ismael García Villarejo. El diagnóstico coincide con el que el director de análisis de la revista Inversión, Josep Codina, compartió el miércoles con los suscriptores de la cabecera.
Al fin y al cabo, el 7,5 por ciento de incrementos en el tramo subyacente delata que España tendrá un problema de precios altos los próximos años. Es cierto que el índice general es ahora menor que el de los restos de la Europa de los 27. Pero también lo es que la española es la única economía del bloque que todavía no ha recuperado los niveles de PIB previos a la pandemia. Y esa dilación también se aplica al IPC.
Para los analistas de finanzas.com otra mala señal es que España llegara a los dos dígitos de inflación antes que sus socios en la Unión Europea. Ahora, puede que el 5,9 por ciento de IPC en enero permita sostener algún que otro discurso político; pero cualquier argumentario no resistirá el golpe de la inflación subyacente.
Ni siquiera la nueva metodología, que se aplica por primera vez con los datos de enero, y que da más peso a la contabilidad nacional que a las encuestas a pie de supermercado, fue capaz de atenuar la situación. Y es que España tiene problemas económicos que ni siquiera se pueden diagnosticar.
Según el profesor Santacruz, el grueso de ellos está en la cadena de suministros. No porque los supermercados se inflen a márgenes, sino porque son mercados aislados que trabajan incomunicados. Ejemplo: un huerto valenciano puede tener naranjas en los árboles sin recoger, mientras en el puerto se descargan contenedores enteros de ese cítrico por pura descoordinación.
La mercancía importada no tiene competencia y así su precio no tiene límites. Disfuncionalidades como esta abundan en los productos que más se están encareciendo y se suman a la regla básica de todo proceso de inflación: es un problema de exceso de dinero, por tanto, no se combate con más dinero.
Las subidas de las pensiones, de los sueldos públicos y de salarios –impulsadas, para sorpresa de Podemos, desde las empresas del IBEX 35— nos llevan hacia un escenario claro de inflación de segunda vuelta que tardará años en disiparse.