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Cuando Alemania hacía lo que ahora critica
Cuando Alemania hacía lo que ahora critica
Ejemplo número 1. Un país de la Unión Europea (por ejemplo, España) logra que el BCE le compre directamente 3.900 millones de euros de deuda con el objetivo de "afrontar un indeseable aumento de los tipos de interés". Alemania se opone. El Bundesbank declara su rechazo absoluto. Wolfgang Schauble cuestiona la Unión Monetaria. El euro se hunde. La credibilidad del BCE queda por los suelos para siempre jamás amén. Ejemplo número 2. Un país de la Unión Europea (por ejemplo, España) decide que, para reducir su déficit, va a apreciar una parte de las reservas de oro de su banco central. Dado que el oro esta a precios estratosféricos, mediante tan sencillo sistema contable, ese país logrará una reducción de su déficit público de medio punto del PIB, suficiente para cumplir un compromiso que adquirió sin que nadie le obligara a ello, y que de hecho impuso a los demás. Alemania se opone. Angela Merkel y toda la CDU-CSU y el Partido Liberal declaran abominable esa medida. El país que lo hace (España) es objeto no solo de un ataque especulativo, sino del escarnio mundial ante un tipo de creatividad contable al lado del cual Nueva Rumasa es un ejemplo de solidez. No solo el euro se hunde, sino que se empieza a hablar claramente de una ruptura total de la eurozona. El ministro de Finanzas que ha tenido la feliz idea dimite. El Bundestag celebra un debate en el que se condena esa política. La UEM está tocada, acaso de muerte. El BCE deplora la decisión públicamente. El país del ejemplo número 1 es... Alemania, en 1975. Puede verlo en la Memoria del Deutsche Bank de ese ejercicio, O en este artículo en alemán. O en esta noticia de Bloomberg. La única diferencia es que quien compró deuda no fue, evidentemente, el BCE sino... el Bundesbank. El país del ejemplo numero 2 es... Alemania otra vez. Fue en 1997, cuando gobernaba, precisamente, la CDU-CSU con el apoyo de los liberales. Aquí tiene un estudio de la Universidad de Harvard por si quiere saber más al respecto. En honor a la verdad hay que decir que el Bundesbank se opuso, y logró torpedear la medida. Pero no es menos cierto que entonces estaba en el Gobierno un señor llamado Jurgen Stark, que hace once meses dimitió del BCE, precisamente, porque le parecía intolerable que el banco central comprara deuda de los países con problemas y no subiera más los tipos. Stark debería abstenerse de dar lecciones. Igual que Alemania. Si ese país tiene el liderazgo de la eurozona, debe asumir los hechos. No puede tener una actitud pasiva-agresiva, pretendiendo que los demás sean como ella. Debería aprender, precisamente, de EEUU, que sigue manteniendo, por ejemplo, más del 50 por ciento del presupuesto de la OTAN, a pesar de que esa alianza no le aporta mucho. Y debería recordar que su pasado dista de ser inmaculado. De lo que no cabe duda es de que si los americanos nos estuvieran tratando como nuestros presuntos socios europeos (alemanes, finlandeses u holandeses, por ejemplo), la Embajada de EEUU ya estaría reducida a cenizas.