Re: Más allá de las hipocresías, la pregunta es la misma de siempre: ¿quién debe a quién?
Sin embargo, la historia de la deuda alemana y, por ende, de la ayuda –también involuntaria– de sus acreedores no termina ahí. Los préstamos Dawes y Young seguían vigentes y a partir de 1934, con la llegada al poder de Hitler, sumada a las verdaderas dificultades económicas, cesaron los pagos de las obligaciones. Diecinueve años más tarde, en 1953, se firmó un nuevo tratado con los alemanes y se canjearon los préstamos Dawes y Young por otros nuevos con una quita del 40% (no comment…), que se reembolsaron en 1969 y 1980, respectivamente… 50 años después de su emisión y con un tipo de interés reducido (en torno al 5% frente a una inflación del 10%) sobre un principal amputado en un 40%.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.