El contrato único como opción de cambio para España: economistas de todas las ideologías lo defienden
El contrato único de Ciudadanos está siendo una de las propuestas más controvertidas de la campaña electoral. Desde la formación naranja defienden que es la mejor forma de acabar con la dualidad del mercado laboral y lograr empleo estable y de calidad. Sin embargo, el resto de partidos sostiene que este tipo de contrato puede 'precarizar' y poner en mayor riesgo de despido a los empleados. Pero lo cierto es que varios economistas de prestigio y de diferentes ideologías han apostado por este tipo de contrato como la mejor opción para el mercado laboral.
Uno de ellos es Jean Tirole, premio Nobel de Economía de 2014. Este economista explica en una entrevista recogida por EFE la crítica a la dualidad del mercado laboral en España, con un "extremadamente protector" contrato indefinido y un temporal "muy poco protegido", al tiempo que abogaba por la implantación de un contrato único.
Entre estos economistas que defienden el contrato único también está otro premio Nobel de Economía, Christopher Pissarides, que hablando sobre la situación del mercado laboral español cree que "sólo debería existir un tipo de contrato... ¿Dará el contrato único resultados inmediatos? La respuesta es no. Los resultados vendrán gradualmente, pero vendrán".
Otro célebre economista que defiende esta modalidad de contrato es Thomas Piketty, autor de 'El Capital en el Siglo XXI', profesor asociado de la Escuela de Economía de París y uno de los asesores económicos de Podemos. Piketty sostiene que la mejor forma de combatir la temporalidad es la implantación de un contrato único de carácter indefinido. Ahora existe "un sistema muy protector que afecta a muy pocos trabajadores y condena a los jóvenes a esperar a una edad avanzada para beneficiarse". Sería una fórmula para "buscar un equilibrio sin llegar a contratos basura contraproducentes".
Por otro lado, Florentino Felgueroso, uno de los mayores expertos en mercado laboral de España, argumenta que el contrato único es "la verdadera solución para el mercado laboral", aunque el Gobierno no lo incluyera en la reforma laboral de 2012. Felgueroso dijo que lo que necesita España es que el Gobierno regule el mercado laboral, "no que lo controle".
La reforma laboral ha tenido efectos positivos en términos de negociación colectiva, pero no tiene "efectos directos en la contratación". Felgueroso acusó al Gobierno del Partido Popular de "seguir mareando la perdiz" y volver a ir por "el mismo camino" de las últimas cuatro o cinco reformas sin apostar por el contrato único porque lo rechazan sindicatos y empresarios, afirmó.
Unión Progreso y Democracia (UPyD) propuso la implantación de esta modalidad de contrato en 2013. Al partido liderado entonces por Rosa Díez le salió una ayuda inesperada, el comisario europeo de Empleo Laszlo Andor, que defendió también este contrato para España. La primera respuesta negativa fue la del presidente de la patronal, Joan Rosell, que dijo "me gustaría saber si en el país del comisario existe ese contrato".
Rosell no dudó en señalar que el contrato único era un planteamiento teórico y atrevido, pero que a su parecer existían modalidades más viables. Rosell aprovechó para defender el contrato a tiempo parcial a la par que señalaba como inviable el contrato único. En 2015, Rosell ha afirmado que está "a favor" de la implantación de un contrato único en el mercado laboral español, pero volvió a sostener que es una propuesta inviable.
¿Cómo es el contrato único?
El contrato único que propone Ciudadanos es de carácter indefinido, con indemnizaciones crecientes según la antigüedad del trabajador en la empresa. Esta indemnización se irá acumulando en un "Seguro contra el Despido" mediante las aportaciones empresariales. Este tipo de contrato no perjudicará a los actuales indefinidos porque no se aplica de forma retroactiva. La indemnización comienza en 14 días por año trabajo y termina en un tope de 33 días
UPyD propone un contrato único muy parecido: que todos los contratos, por defecto, sean indefinidos excepto casos muy justificados, como por ejemplo sustituir a un compañero por enfermedad. El inconveniente de ser todos indefinidos es que es costoso porque tienen indemnizaciones altas por despido, pero la indemnización se puede hacer inicialmente parecida a la de un contrato temporal o ligeramente superior. Proponemos 14 días por año trabajado y luego que aumente progresivamente. Entonces el que entra como temporal se convierte en indefinido a los cinco años. Sólo se aplicaría a las nuevas contrataciones.
El problema de España y la temporalidad
España es el segundo país de la Unión Europea con mayor temporalidad. Y es que más de un 24% de los ocupados tienen un contrato de duración limitada, sólo Polonia con un 28,4% está por delante de España.
España solía ser líder de forma habitual en este ranking del empleo temporal. Durante el último ciclo expansivo de la economía española, el empleo temporal llegó a representar el 34% de todo el trabajo (2007). Y es que gran parte del incremento de la ocupación en España durante esos años se produjo usando el contrato temporal, cuyos costes por despido son inferiores respecto a otros tipos de contrato.
Con el comienzo de la crisis, la destrucción de empleo se centró sobre todo en este tipo de trabajadores. Así, los contratos temporales llegaron a suponer el 23,1% del empleo total en 2013. Esta dato deja claro algo que ya se ha demostrado en varios estudios: los trabajadores temporales han pagado la crisis y casi toda la destrucción de empleo en España. Ahora que el PIB vuelve a registrar tasas de crecimiento positivas y el empleo neto vuelve a crecer, es también el trabajo temporal el que tiene mayor protagonismo en la contratación.
Los economistas que defienden el contrato único sostienen que los empleados con un contrato temporal no sólo gozan de menor protección sino que además las empresas suelen invertir mucho menos en su formación. A la postre, esta situación termina repercutiendo sobre la productividad en las empresas que tienen un porcentaje importante de sus empleados sin la formación que hubieran obtenido con un contrato indefinido.
Las compañías suelen incidir en la formación de los 'indefinidos', mientras que los 'temporales' suelen quedar olvidados porque su trabajo en la empresa es por un tiempo limitado, de modo que no suele ser rentable invertir en su formación.
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