Casi toda la Eurozona supera el límite legal para el déficit
Casi toda la Eurozona supera el límite legal para el déficit
Sólo tres países de la moneda única tienen sus cuentas públicas por debajo del 3%
A Europa le flaquea la memoria. Parece haberse olvidado de los motivos que llevaron a decidir una Unión Monetaria, entre los que estaba la barrera contra la especulación que suponía una única divisa que eliminase la competencia entre monedas y que sería el argumento perfecto hoy para los eurobonos. De los 17 países de la Eurozona, sólo tres, Estonia, Luxemburgo y Finlandia, no han sobrepasado el límite del 3% de déficit sobre PIB que fijó primero Maastricht y después el Pacto de Estabilidad. Según datos de la Comisión Europea (previos a los ajustes anunciados por varios socios de la UE), en 2012 todavía habrá 11 países (entre ellos, Francia, Italia, Bélgica y España) con número rojos por encima de ese límite.
Alemania lo ha incumplido más veces que España. Francia lo ha hecho más veces que Alemania. Con el agravante de que ambos países, a los que Europa perdonó las sanciones oportunas cuando encadenaron años de cuentas públicas en rojo por encima de lo establecido, tienen niveles de deuda respecto al PIB muy superiores al español (Francia, 81,7%, y Alemania, 83,2%, frente al 60,1% de España).
La crisis generalizó el incumplimiento del límite de déficit. La reunión del G-20 en Londres había consensuado que la fórmula para salir de la crisis era inyectar capital público en las economías. Los estabilizadores automáticos como las prestaciones por desempleo se activaron, disparando aún más el gasto público. La menor actividad generó menos impuestos. Luego estuvieron las inyecciones a la banca para esquivar su caída; con el caso más flagrante en Irlanda (país rescatado), que disparó en 2010 su déficit hasta al 32,4% del PIB por las ayudas a su sistema financiero.
Los anuncios de recortes en Europa se han sucedido a golpe de crisis de deuda soberana. Alemania no ha sido muy leal con sus socios del euro. Ha sembrado dudas, ha tardado en fijar sus posiciones y, en junio de 2010, un mes después del estallido de la crisis griega, con países en el punto de mira como España ajustándose el cinturón, Angela Merkel presentó un plan de ajuste para su país, que se estaba financiando en los mercados de deuda a precios históricamente bajos, de 80.000 millones hasta 2014. Salir bien en la foto con Alemania se convertía en casi imposible para el resto.
Muchos han sido los recortes anunciados por los socios de la UE desde entonces para regresar al 3% del déficit en 2013. A los países rescatados se les han pedido medidas de austeridad que los empujarán durante años a la recesión.
Pero no es un asunto sólo de rescatados. Francia acaba de anunciar un ajuste de 12.000 millones en dos años. Italia, víctima de los especuladores que dispararon los precios de su deuda y tumbaron a los bancos en Bolsa, anunció un plan para reducir 45.000 millones de déficit. España, que ya hizo un ajuste de 15.000 millones en 2010 y presentó para 2011 los presupuestos más austeros de las últimas décadas, ha aprobado un recorte del gasto farmacéutico y ha incrementado el pago a cuenta de impuestos para las empresas con tal de lograr un margen de 5.000 millones y arrojar la cifra prometida a los mercados cuando acabe el año (6%).