A falta de pan, bueno es circo
Hay que reconocer que de la clase política o casta (según palabras de Cristina Cifuentes con las cuales ha incorporado a Podemos al club) nunca valoraremos suficientemente el enorme servicio que nos presta. Semana a semana conocemos nuevas muestras de la indudable capacidad de los mismos.
Como lo de lo ERE's y cursos de formación en Andalucía ya aburre hoy destaco por parte del PSOE al que fue candidato en las últimas primarias de dicho partido, Eduardo Madina, que en aquella campaña no tuvo rubor en defender el aforamiento, ya que consideraba que si no un cargo público correría el riesgo de que cualquiera lo tuviera en los tribunales día sí, día también. Parece ser que en Francia u otros países donde esta figura es una rara excepción no ven este problema. Pero ya sabemos: “ Spain is different”.
Pocos se libran, aunque hay que reconocer que el partido del gobierno últimamente está que se sale. La divertida candidata a la alcaldía madrileña esta semana, en otra de sus brillantes genialidades, ha declarado que es necesario retirar a los mendigos de la vía pública por el altruista motivo del perjuicio que causa al turismo. Esta señora, católica ella, demuestra con ello una gran capacidad de síntesis entre la caridad cristiana y el progreso económico. Quizá en un futuro se estudie a esta señora en las facultades de Teología y Económicas como la precursora de una nueva línea de pensamiento que podríamos denominar neoliberalcatolicismo. Pero la aportación que más destaco de ella es el concepto neojurídico de “pena del telediario” habida cuenta de la cantidad de afines que la sufren. Yo pensaba que lo que les sucede a nuestros “honrados” políticos le sucedía a todos los ciudadanos aunque a menor escala. ¿O acaso cuando se detiene a una persona en cualquier localidad no sufre la condena pública de sus vecinos por ese mero hecho? Esto guste o no guste ocurre con la justicia penal a todos los niveles y si sus correligionarios están en boca de todo el país es por su relevancia pública, pero que yo sepa nadie está obligado a estar en el candelabro. Ha habido casos como el de Bretón (condenado por la opinión pública antes de ser sentenciado) o el caso Asunta Basterra que está en todos los medios y aún no han sido juzgados sus padres. Pero ella solo se acuerda cuando afecta los suyos. Cualquier día lo mismo se le ocurre acabar con la justicia penal, que puede que a veces no le guste, pero es necesaria, aunque imperfecta y tiene sus servidumbres.
El ventrílucuo Mariano Moreno poniéndole voz a su títere Macario Catalá no ha tenido mejor ocurrencia que plantear la posibilidad de multar a los medios que publiquen filtraciones. Hasta la pandilla que se reúne por las noches en 13TV se llevaba las manos a la cabeza. Lo mismo, ahora que se habla de reformas constitucionales podrían derogar el artículo 20 de la CE que consagra la libertad de expresión e incluso, en pos de mayores garantías, podrían hacer lo propio con el 9.3 para acabar con la irretroactividad de los actos que perjudiquen al ciudadano, y así Montoro tendría que dar explicaciones en vía judicial por anticiparnos las irregularidades fiscales de Monedero. Nadie dudaría de esto último, al menos.
Ante todo esto, el tal Macario, en la indudable lucha de este partido por la regeneración democrática convirtió imputados en investigados. Parece que con el cambio de denominación se debe cambiar asimismo la situación procesal y gravedad de lo imputado, ¡perdón!, quería decir investigado.
Con el “brillante economista” Rato parece que ahora el problema no es el presunto alzamiento de bienes, sino que la policía pusiera la mano en su cabeza para introducirlo en el coche patrulla. La verdad es que mi conocimiento sobre como actúa la policía no es tan elevado como el que tienen bastantes de estos señores, digamos que no va más allá que lo que veo en las pelis de la tele. Y, ahí, o exageran, o no son precisamente hermanitas de la caridad los polis. Urge crear una sección especial en el Cuerpo Nacional de Policía, con policías específicamente formados, para que cuando haya que detener a estos señores se les trate con la delicadeza que sin duda merecen. Esperemos que éste gobierno se ponga pronto a ello.
Estos políticos que son elegidos por el pueblo ya sabemos que también legislan o debieran para el pueblo, aunque parece que en ocasiones con un concepto más restringido del término que podríamos traducir por clase (o casta) política. Y en este sentido el PP está dando todo una verdadera lección.
Hay políticos peperos de insospechadas capacidades, como Martínez-Pujalte y Trillo, que superan al mismo Monedero en esto de realizar informes. Han cobrado entre ambos más de 400.000 € euros por unos informes verbales. Poco antes de que Trillo fuera contratado, su hermano fue nombrado alto cargo de la Junta de Castilla-León, siendo encargado de la concesión de licencias de parques eólicos. La empresa que contrató a D. Federico, Collosa, vio incrementado considerablemente el número de concesiones gracias a los brillantes informes verbales de este señor en los años en que estuvo asesorándola. Hay que agradecer a estos políticos que se dediquen a la política cobrando salarios tan exiguos, ya que no cabe la menor duda de que esto de realizar informes verbales está cotizadísimo y si lo hicieran fuera de la política sus honorarios por ellos serian muy superiores. Y Urdangarín hasta se molestaba en imprimir los informes bajados de Internet. ¿Qué se puede esperar de un rudo deportista? ¡Urdangarín! ¡Verbales!, hombre, ¡verbales!, ¡que no te enteras!
Los de IU, no sé si por falta de oportunidades, parecen como más honraditos, aunque también tienen sus detalles. Como lo del camarada de las “black” está muy visto ahí tenemos a la ex del neosocialdemócrata. El rol de la mujer está cambiando y ya muchas se dedican a asuntos de gestión más elevada (como la Cristi o Ana Mato) y las economías domésticas han pasado a ser cuestión del varón. Así ella no sabía nada de los contratos que adjudicaban a su hermano y solo se preocupaba de apuntarse a algún que otro curso (había que completar el cupo exigido para obtener la oportuna subvención, aunque ella lo desconocería). Aunque persona tan ocupada no tenía excesivo tiempo para acudir con regularidad y aprovechamiento a los mismos.
Si nos irritamos con estas cuestiones las facultades de Medicina y Psicología no tendrían capacidad de producir la cantidad de profesionales que requeriría nuestra sociedad. Es mejor utilizar los remedios de la abuela, disfrutar de cada numerito, echarnos unas risas y a ver que nos depara la próxima semana. Nuestra salud, y también nuestro bolsillo, lo agradecerán.
Decían en la antigua Roma que al populacho había que darles pan y circo. Como parece que lo del pan no lo arregla para muchos ni una tercera reencarnación de Dios (tras las de Jesús de Nazaret y Artur Mas), nos lo compensan sobradamente con grandes y cotidianos espectáculos. Y para el que el problema del estómago le resulte más acuciante otro remedio de la abuela, bicarbonato.