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El penúltimo espectáculo patriotero

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El penúltimo espectáculo patriotero
El penúltimo espectáculo patriotero
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El penúltimo espectáculo patriotero

Disfrutamos de un país del que realmente nunca valoraremos suficientemente el nivel de nuestros políticos y, sobre todo, la idiotez de aquellos más preocupado de hacer caso a determinados ineptos (léase gran parte de nuestra clase política y brillantes formadores de opinión) que de los problemas reales que nos aquejan.

Me refiero al numerito que se ha montado por parte de todos (o casi, imagino que alguna excepción habrá) con motivo de la última final de la Copa del Rey. Y no solo porque se silbara en dicha final a Su Preparada Majestad (estoy casi seguro que muchos grupos nacionalistas darían soporte logístico para el “éxito” de la pitada). Lo digo sobre todo por el pre y el post partido. Parece que en este país el problema durante al menos dos semanas era que se hiriera la sensibilidad de los españoles por el insulto a sus símbolos. Me da la impresión que son muchos más los españoles que tienen preocupaciones más importantes que las que tienen determinados, acomodados y sensibles deformadores de opinión. Y el monarca debiera hacerse y se habrá hecho a la idea que no todo es el oropel de la poltrona (o trono), sino que la Jefatura de Estado tiene sus servidumbres y todos los españoles no lo saludan agitando banderitas patrias.

Aquí han quedado retratados todos, tanto los nacionalistas españoles como los vascos y catalanes. Estos últimos que tanto reniegan de Franco (aunque que yo sepa en el terreno económico al menos no debieran quejarse mucho del trato que les dio el dictador, otros territorios del país tendrían muchos más motivos en este aspecto) hicieron lo mismo que hacía aquel señor: utilizar políticamente lo que no debiera dejar de ser un acontecimiento deportivo. Cada día encuentro un motivo nuevo para darme cuenta que la única diferencia entre los unos y los otros es que aquellos tuvieron la oportunidad de demostrar lo que eran y estos (y lo digo por el bien de los propios vascos y catalanes) mejor que no tengan la oportunidad de hacerlo.

El nacionalismo español se cree que todavía estamos en los tiempos de María Castaña y viven en la entelequia de la Una, Grande y Libre. Que yo sepa la hegemonía de España en Europa fue efímera, con la derrota de la Armada Invencible comenzó el declive, el rey Sol dio colocación al frente de nuestra monarquía a su nieto Felipe V (el primer Borbón) y a partir de entonces nos convertimos en unos peleles en manos del francés. Con la independencia de las principales colonias americanas a principios del XIX España perdió toda relevancia internacional como prueba el hecho de que quedó excluida del reparto de África que hicieron las, entonces, verdaderas potencias. La dinastía borbónica, guste a más o a menos (salvo alguna excepción como Carlos III o Juan Carlos I) ha sido realmente perniciosa para el progreso de nuestro país. Hemos tenido que padecer a Fernando VII, Isabel II, los Alfonsos XII y XIII, etc. Ahora tenemos a Felipe VI y que este gobierno procure que los aviones de la Casa Real no se averíen, porque como el lumbrera de exquisita educación Froilán (cuarto en la línea de sucesión) llegara a acceder al trono, la monarquía duraría en nuestro país menos que una bolsa de caramelos en la puerta de un colegio.

Pretender que España es monárquica no cuela y lo saben, se les tolerará en tanto no molesten mucho y también lo saben. Comparar nuestra monarquía con la británica es lo mismo que comparar un huevo con una castaña. La monarquía británica ha tenido continuidad histórica y los británicos son monárquicos porque su Imperio se deshizo no ha tanto y ven la monarquía como símbolo de un reciente pasado glorioso (Isabel II es reina de muchos países de la Commonwealth y eso tiene su peso, por lo que todavía tardarán más en bajar de la nube). España ha intentado algo parecido con la Comunidad Iberoamericana, pero cada Cumbre que se celebra tiene menos relevancia que la anterior. Nos hacen tales desplantes que todavía no llego a alcanzar hasta donde llega nuestro sentido del ridículo. Así que dejémonos de ensoñaciones neo franquistas y seamos conscientes de que somos una potencia media, que por la cuenta que nos trae debemos seguir enganchados a Europa y que culturalmente (aunque a distancia sideral de la cultura anglosajona) es en lo poco que sí somos una potencia. Pero nada más.

Por otra parte, guste o disguste a quien guste o disguste, si Su Preparada Majestad es silbado o abucheado debemos hacernos a la idea que en democracia la libertad de expresión es sagrada (aunque en ocasiones se organicen determinados espectáculos y demuestren falta de respeto a muchos, así como falta de educación) y alguna sentencia ha habido al respecto. Pero si quiere ser el rey de TODOS los españoles hay que aceptarlos como son y si no que les den lo que quieren (aunque creo que no lo saben ni ellos). Lo que no se puede es estar en misa y repicando, y en cualquier caso, ellos mismos se retratan.

Una vez dejada clara mi indudable admiración por el nacionalismo español voy con mis no menos valorados nacionalistas periféricos. Decía que los nacionalismos difieren poco unos de otros, aunque hay que reconocer que estos son más inteligentes. Por muchas películas que se monten los realmente independentistas son minoría y ahí es donde han dado uso a sus neuronas. Desde la llegada de la democracia, como se les puede ceder todo aunque perjudique al resto, con tal de mantener la indivisibilidad de la patria, se les ha hecho concesiones inconcebibles en cualquier país de nuestro entorno. Los vascos (que tiene una de las mayores rentas per cápita del país) nos cuestan el dinero no tanto por el concierto sino por su forma de aplicarlo. A los catalanes se les ha permitido que discriminen al castellano respecto al catalán, cuando el segundo idioma tiene (o al menos tenía menos implantación que el castellano) con el argumento de que había que potenciar al catalán para igualarlo. Con ese cuento a otro porque detrás hay una clara intencionalidad política que debieran haber visto en su momento y que por intereses cortoplacistas no lo hicieron. O acaso, ¿alguien cree que cuando consigan que el catalán supere al castellano promoverán la inmersión al español? Siempre habrá algún inocente, imagino. Se les ha cedido la educación para que adoctrinen a los estudiantes a su conveniencia. Cuando uno escucha algunas manifestaciones de catalanes de la calle acaba preguntándose qué genialidades les cuentan en TV3, etc. Los vascos es curioso ver lo calladitos que están. De vez en cuando dicen alguna cosita para mantener la tensión pero en seguida se callan. ¿De qué se van a quejar? Si están como Dios en comparación con el resto.

Y esto nos ha ocurrido porque no se ha sabido gestionar la cuestión. Todo se ha querido resolver con cesiones o con prohibiciones (a cual peor receta). En ocasiones es mejor utilizar la mano izquierda. Por ejemplo si cuando los señores Tardá o Bosch deciden hablar en catalán en el Congreso pues se les permite en vez de llamarles al orden; así cuando cuando vieran que la mayoría al no entenderlos no le harían caso y los ignorarían lo harían una vez, dos, pero a la tercera hablaban en español por la cuenta que les tendría. Y si para ello hay que cambiar el Reglamento del Congreso se cambia. Con la prohibición lo que se consigue es que se hagan las víctimas.

En Cataluña es evidente que los realmente independentistas son minoría y que Artur Mas ha apelado al nacionalismo de “bolsillo” para conseguir más apoyos. De lo más idealista e identitario, vamos. Pues si cree que en aquella consulta de escasas garantías consiguió un éxito entonces creo que más que inteligente es un iluminado. Ahí medio permitiéndola se hizo bien, se dio cuenta de los apoyos que tiene. En cualquier caso el nacionalismo de “bolsillo” se desharía como un azucarillo cuando los neo conversos independentistas toquen dos teclas de una calculadora.

Se les da en los medios más importancia de la que merecen. Que quieren “embajadas” en el extranjero que las creen, ahí lo único que interesa es que los catalanes conozcan las prioridades de gasto de Mas.

Que se sienten incómodos en las competiciones deportivas nacionales, que creen las propias. Entonces veríamos si Barça, Español, Athletic, Real Sociedad, etc. se cambiarían o no de liga. No creo que la respuesta sea difícil.

Que quieren crear un pseudoejército, que lo hagan y los catalanes vean donde se gasta su dinero. Yo del miedo que me da construiría un búnker en casa.

Que la Generalitat proclama unilateralmente la independencia, que en cada pleno en los ayuntamientos que se pueda se independicen de Cataluña. Si una vez que proclamen esa supuesta independencia (si es que alguien cree todavía que eso sucederá) apelan al victimismo y amenazan con la denuncia ante la Comunidad Internacional, se les enseña un mapa para que vean cuantas bases tiene EE.UU. en Cataluña, cuantas en el resto de España y que saquen sus conclusiones.

Que dicen que a ellos no les interesa Madrid y solo les importa Euskadi Y Cataluña, pues fácil, ya que estamos en el debate de reforma de la LOREG, solo decir que Alemania es un país tan democrático, al menos, como España y el que no llega al 5% no entra en el Bundestag. Ellos, como no les interesa ser españoles, no veo que tuvieran motivos para quejarse.

Pero como somos imbéciles solo entendemos en prohibir y penalizar porque se pite a un trapo, al chunga chunga o a un Jefe de Estado que ha heredado como el que hereda un cortijo. No sé si no nos damos cuenta de que PNV y Convergencia no quieren la independencia porque son conscientes de que les generaría muchos más perjuicios y problemas que beneficios. El regocijo de Mas durante la pitada era elocuente, su cerebro ya estaba calculando en que más podría sangrar al resto de los españoles.

Sería más fácil desactivarlos con mano izquierda, que haciendo caso a la derecha más rancia de este país, pero parece que estos últimos tienen más influencia.

Como lo cortés no quita lo valiente triple felicitación al Barça. Ayer me alegró su victoria, aunque no tanto como la del Sevilla, lógicamente.

#2

Re: El penúltimo espectáculo patriotero

Joder tío, deberías extractar mas.

De la prensa de hoy:

"Valls es socialista como Sánchez, pero fue consciente de que si Francia no se ponía a dieta pronto, le reventarían las costuras. Con el patrón de medir de Pedro Sánchez, Manuel Valls es un "austericida", pero con el patrón de medir de Manuel Valls, Pedro Sánchez es como uno de esos compañeros de partido que en Francia le están tratando de mover la silla, con el argumento de que está traicionando la socialdemocracia".

Diferencias de conceptos.

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