La derregeneración democrática de Rajoy
El título de hoy desconozco si es correcto, ya que parece que en este país es la extrema derecha la que ha tomado las riendas del gobierno y no tenía yo tal concepto del señor Rajoy, al menos ese no.
El partido en el gobierno, que parece que preside Rajoy, tiene tantas causas y fundadas sospechas sobre irregularidades y presuntos delitos de miembros y afines, que ha dejado al gobierno socialista de principios de los 90 como meros aprendices de brujo, y los peperos actuales son ya verdaderos hechiceros y algunos parece que dominan hasta la magia negra.
Entre los miembros de este gobierno y otros notables de su partido se realizan actividades que en cualquier otro país occidental hubiera supuesto que hubieran ofrecido explicaciones convincentes o hubieran presentado su dimisión irrevocable. Un ministro, Soria, que paga 70 € por una suite presidencial de 1.700 € por noche, no da explicaciones y parece que eso debe ser normal. Señores como Pujalte o Trillo que facturan cientos de miles de euros por informes “verbales”, algo que debe ser de lo más natural. Un portavoz, Rafael Hernando, que declara: “Algunos se han acordado de su padre cuando había subvenciones”, y ahí sigue. Un tal Montoro al que hasta un miembro de su mismo gobierno lo acusa de haber filtrado, cuanto menos, que le estaban realizando una paralela (y éste no es Monedero), y nada, también debe ser algo habitual. Y se podría seguir, pero no es cuestión de aburrir. Si hasta el que dicen que manda ya debiera haber dimitido cuando apoyó explícitamente a uno de los pocos que ellos ya han condenado (y todavía no los jueces), o que ahora paga del erario público los cuidados que recibe su padre, ¿qué cabe esperar de sus lacayos? Pues eso, vía libre, y a seguir el ejemplo del jefe (o supuesto), faltaría más.
Rajoy prometió en su momento que iba a aprobar medidas de regeneración democrática. Al menos reconocía que existía degeneración. Aunque si en vez de proponer tanta medida más de uno, de dos, de tres,... (empezando por él mismo) se hubieran ido a su casita pues se hubieran ahorrado el espectáculo que ahora está dando este partido. Eso sí, mi Espe que no se vaya, haya hecho lo que haya hecho, si ha hecho algo, porque al menos le pone pimienta al cotarro y me harto de reír con ella.
Las medidas de “regeneración” que se le ocurren, entre otras, son las de legislar para conseguir la impunidad de facto de muchos de sus “honrados” imputados (ahora ya son “investigados”, perdón) ya que queda poco tiempo para las elecciones y no se sabe quién puede gobernar al final. Lo de pasar de imputado a investigado fue otra de las genialidades eufemísticas “regeneradoras” de nuestro portentoso presidente.
En nuestro país muchos mass media son otros actores políticos más y su presión parece evidente en las decisiones del desnortado Rajoy. Queda poco para las elecciones y deben existir muchos intereses en juego. Es evidente que existe una verdadera simbiosis entre el aparato mediático propepero y el ala más extrema del mismo. Esta semana una señora que presume de demócrata, Isabel San Sebastián, dijo que los empresarios estaban presionando para que hubiera una gran coalición PP-PSOE y hasta habló de presiones internacionales, y se quedó tan pancha la criatura. Si ella dijo eso y no sintió el más mínimo rubor al hacerlo, yo tampoco tengo porque sentirlo al calificarla de una periodista de mentalidad totalitaria que reconoce explícitamente que quienes deben gobernar son los poderes económicos y fácticos. De la que sí tengo claro que, si no es fascista, sí se autodefine de pro franquista es una tal Paloma Zorrilla que declaró en un medio de comunicación: “Las dictaduras rojas y los etarras asesinan, Franco ajusticiaba y por algo lo hacía”:
https://www.youtube.com/watch?v=gFo4eFDHpww
y esa es la línea de pensamiento de otra “demócrata” de este país. Si este gobierno se deja influir por las opiniones que vierten “brillantes analistas” en medios como 13TV, dónde en un momento dado se declaran convencidos liberales y no esperan cinco minutos para a continuación defender que el Estado tiene la obligación de sufragar del erario público una educación elitista (curiosamente controlada por la Iglesia católica) estamos aviados. Yo tengo que contradecir al rojerío de este país cuando los califica de neoliberales, en realidad son jetaliberales.
En este país lo que urge realmente es que se modifiquen ciertas estructuras de nuestra “democracia”, lo que me obliga a entrecomillarla para referirme a ella. En España es necesario realmente que exista una verdadera separación de poderes, o al menos que la judicatura sea realmente independiente. Y esto, me temo, que no interesa al PP, casi seguro al PSOE tampoco y a muchos medios apesebrados, ellos sabrán por qué, menos aún.
En España el control que sufren los jueces desde el poder político es intolerable, pero así lo tenemos constitucional y legalmente establecido. El Ministerio Fiscal, en ocasiones, más que cumplir las funciones que le encomienda el artículo 124.1 de la CE, parece estar a la orden del Gobierno que nombra a su superior jerárquico (en esos casos parece una duplicidad de la Abogacía del Estado). Los miembros del Constitucional y del CGPJ se eligen por los políticos. Esto provoca que estén fuertemente politizados. Lo del Constitucional es de juzgado de guardia ya que su presidente era un afiliado del PP, que pagó cuotas al partido siendo magistrado. El CGPJ, aunque se supone la independencia de jueces y magistrados, tiene facultades sobre ascensos, cuestiones disciplinarias, etc. Tampoco hay que ser un genio para concluir que tienen que ir con pies de plomo cuando procedan contra los poderes políticos y fácticos.
El PP (o PSOE en otras ocasiones) dispone de mayoría absoluta, pero ello no significa que representen ni mucho menos a la mayoría absoluta de los que votaron. A pesar de ello no se establecen reglamentariamente mecanismos de control reales que obliguen al ejecutivo a dar explicaciones cuando un número de parlamentarios que se fije lo solicite y no puedan usar el rodillo parlamentario para evitarlo si no les conviene. Esto solo consigue, entre otras razones, que muchos ciudadanos no entiendan cual es la función del legislativo.
No tiene sentido que si la justicia ha de ser ciega, en ocasiones, desde los órganos de gobierno de los jueces, se establezca que se suspendan las actuaciones judiciales en períodos electorales por la influencia que pueda tener en los resultados de los mismos. Si algún partido tiene a candidatos imputados, pues que no se presenten o que acepten las actuaciones. Que yo sepa no se puede estar en misa y repicando.
No es de recibo que en este país se legisle en caliente, con leyes que se elaboran ad hoc en ocasiones. Si hay que proteger a los amigos que a su vez también son amigos de lo ajeno se hace. Si en su momento se aprobó una Ley de Partidos Políticos que era un verdadero coladero, pues se hizo. Si ahora hay algún pirao que más que en la cárcel debiera recibir atención especializada, pues se faculta a un politizado Constitucional para que pueda proceder contra él. Todo ello responde a las presiones que se realizan desde determinados medios que todos conocemos.
El problema que tenemos en este país con nacionalistas vascos y catalanes no se puede realizar por imposición de ninguna de las partes, ni de nacionalistas ni de los que quieren la unidad del país. Se ha de realizar con mano izquierda, diálogo y también cierta firmeza.
Quien quiera hacernos creer que en este país existe independencia de la justicia, cuando en cuanto se celebraron las autonómicas catalanas “se acordaron” de la consulta tolerada y citaron a declarar al iluminao, es que padece alguna tara. Se puede dudar sobre si era ilegal o no la consulta, pero dejarlo pasar y poco después de los comicios proceder a llamarlo a declarar es que el de la tara cree que los demás estamos igual. Porque hay que estarlo para no tener tan siquiera el disimulo de dejarlo pasar un tiempo prudencial. Hacer caso a los guerracivilistas de siempre en el contencioso catalán conduce a una reacción (que hasta comprendo) por parte de los catalanes que se sienten agredidos y apoyan al heredero del Res Honorable sobre el que existen muy serias dudas de porcentaje variable, y convertir a un impresentable en un pseudomártir de la causa independentista. Éste como muestra de su gallardía y valor ante el tirano opresor se ha declarado responsable político del 9-N. Ese enorme valor que muestra el susodicho tiene escasos antecedentes genéticos en su familia cuando por aquí mandaba el Caudillo.
Ante la lacra terrorista aprobaron entre PP y PSOE una Ley de Partidos Políticos que se demostró como un coladero, no daba muestras de ser propia de una democracia de calidad precisamente y mantiene en prisión a Arnaldo Otegi, que lleva ya seis años encarcelado por intentar reconstruir un partido ilegalizado, Batasuna. Un Constitucional politizado en sentido pepero rechazó por siete a cinco su recurso de amparo. Nuestro país ha sido condenado a indemnizarle por vulnerar su derecho al ejercicio de la libertad de expresión por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en otra sentencia anterior que tuvo. Numerosas personalidades extranjeras, entre ellos algunos Nobel de la Paz o alguna que obtuvo el Pulitzer entre otros, han solicitado su puesta en libertad, y sigue encarcelado. Este señor se puede considerar un preso cuasi político de nuestra democracia, que lo único que puede conseguir con ello es convertir a un personaje con más oscuros que claros en un mártir (sin pseudo) al que venerar el nacionalismo radical vasco. Con Amaiur retorcieron el Reglamento de la Cámara para lograr que una formación con siete diputados no tenga grupo parlamentario propio, y sí lo tengan otras con menor representación (UpyD y PNV). Y todo ello a pesar de las razonables quejas del resto de formaciones del Grupo Mixto.
Un político tan poco sospechoso de independentista o nacionalista, y de su propio partido como Maroto fue desautorizado en su momento cuando intentaba un cierto acercamiento a la izquierda abertzale. Otra peligrosa atea radical, Arantza Quiroga, ha dejado la presidencia del PP vasco por intentar moderar su discurso ante ETA, ya que ve que su partido allí va a caer en la marginalidad. A una de las cabezas jóvenes mejor amuebladas de ese partido, Borja Sémper, lo tienen marginado; quizá solo por ser un político razonable que declaró que él se tenía que entender con los abertzales, y que dónde quería ganarles era en las urnas.
Pero por puro electoralismo y por no perder votos se impone la línea dura que le trazan desde la extrema derecha mediática, que no deja de exigir que ETA debe aceptar su derrota. Parece que todavía no se han dado cuenta que ETA está derrotada y que quizá si dialogaran algo con la izquierda abertzale, se disolverían y hasta podrían pedir perdón a las víctimas. De derrota y victoria se habla cuando se trata de una guerra y el PP niega que haya existido tal. Con ETA se ha acabado por la superioridad moral de nuestra sociedad al no ponerse a su altura y la consiguiente degeneración de la banda. En cualquier caso en una guerra cuando se firma la paz raras veces el vencido acepta la derrota incondicional. Al menos podrían permitir que los propios vascos (incluidos los peperos de allí) se entendieran entre ellos, que a fin de cuentas son los que tienen que convivir juntos.
Los medios que defienden nuestro perfecto sistema político tratan de desacreditar a las nuevas formaciones (aunque lógicamente hay que reconocer que aún no han tenido tiempo de adquirir los pertinentes conocimientos que poseen otros para lo que todos sabemos) de falta de experiencia de gestión. Parece que olvidan la edad con la que Suárez, Felipe, Aznar o Zapatero llegaron a la presidencia. O que el gobierno que llevó a cabo la transición se le llamo “Gobierno de PNN”. La memoria en ocasiones parece interesada. Normalmente un dirigente político, aunque deba tener formación, lo que debe ser es razonable y dejarse asesorar por los expertos en cada materia a la hora de tomar las decisiones.
Esta noche en el programa de Évole emiten un debate que parece ser que será a calzón quitao (y no los paripés que se dan en este país cuando hablan de debates) entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. Creo que será más interesante que volver a sintonizar 13TV, ya que esto se puede convertir en droga dura y me puede conducir al mismo centro que al iluminao catalán para recibir un tratamiento de desintoxicación.
Fermín.