¡Qué repelús!
No recuerdo que artículo escrito por alguien que supuse economista fue en el que leí que el líder del “Mundo Libre”, Ronald Reagan, había emitido el certificado de defunción del comunismo en 1.987. A mí cada vez que alguien menciona “Mundo Libre” me pone los vellos de punta. Tanta perfección me trae reminiscencias fascistas.
Hay que reconocer que aunque los franceses nos quieran vender su revolución de 1.789 prácticamente como la fecha en que comenzó la historia, fueron los desharrapados colonos norteamericanos de las Trece Colonias los que consiguieron en su Guerra de Independencia contra el todopoderoso Imperio Británico y con el apoyo, fundamentalmente, de la otra gran potencia (Francia) la primera democracia moderna de la historia. Aunque, lógicamente, el hecho de que optaran por la democracia fue una consecuencia de las nuevas líneas de pensamiento que provenían de Europa. Supuso el germen de la gran superpotencia que es actualmente. Se expandieron fundamentalmente por territorios que eran colonias de un Imperio en descomposición como el español, alguna francesa y algo más que por allí pillarían. Después dejaron a México en la mitad de su extensión.
Evidentemente en la Constitución de los EE.UU. se recogen los principios de igualdad y libertad provenientes de la Ilustración, así como los del liberalismo político. La independencia de los EE.UU. supuso que colonos de la mayor parte de América siguieran su ejemplo y consiguieran la independencia de sus metrópolis. Simón Bolívar fue uno de sus principales líderes y dejó a nuestro país con Cuba y poco más por aquél continente.
Pero lo que ha movido al mundo históricamente han sido los intereses económicos de las potencias de cada momento (y de quienes manejan sus hilos) y no tanto esas maravillosas ideas de libertad y democracia que nos tratan de vender. El propio levantamiento de estos colonos fue por los elevados impuestos que les exigía su Graciosa Majestad. Así los norteamericanos conforme fueron incrementando su poderío económico se convirtieron en más pragmáticos y eso de la democracia lo han ido adaptando a lo que exigen los tiempos pero sin que se les escape el control de las manos.
Aunque la democracia norteamericana tiene virtudes que muchos echamos en falta en nuestro país de derecho, de facto se consigue un férreo control del poder político por los poderes económicos que se ganan el apoyo de su importante clase media. Para ello cuentan con un “inteligente” sistema electoral. Este sistema exige que sea el propio votante el que tome la iniciativa si quiere ejercer su derecho al voto y ha de registrarse para poder hacerlo. Esta es una de las explicaciones por las que el porcentaje de participación electoral es muy inferior al que se da en otros países dónde solo basta con estar inscrito en el censo. Significativo es el hecho de que ni republicanos ni demócratas lo hayan modificado y no habrá sido por falta de tiempo. Después los poderes económicos procuran que la población esté “bien informada” con sus “independientes” medios.
Su sistema de financiación privada de las campañas también está bien “diseñado”. Aunque se elijan a los representantes de las Cámaras de forma directa, al candidato y no al partido como sucede en nuestro país, éste ha de conseguir los ingresos para financiarla. Como ya se sabe que nadie da dólares a noventa centavos, los empresarios que apoyan a cada candidato realizan en realidad una inversión de futuro. Lo lógico en el mundo de la empresa que, o me equívoco, o no son ONG's. Así si se echa un vistazo cuando nos dan imágenes de su Senado o Cámara de Representantes no se ve a mucho negro del Harlem ni a mucho chicano entre ellos. Las excepciones que existen de los mismos están bien vestiditos y encorbatados, es decir, adecuadamente “asimilados”. Además son todos (o casi) de posibles y buena familia. Por tanto me creeré que el Capitolio es un fiel reflejo de la sociedad real norteamericana cuando acabe de saludar al marciano rosa chillón con tres antenas y cinco brazos que estoy viendo desde mi ventana. Como el pringao ha hecho como que no me ha visto, y eso que tenía cinco ojos, llego a la conclusión de que es un reflejo de la sociedad bien norteamericana.
En el “Mundo Libre” la policía tiene la costumbre en más ocasiones de las deseables de disparar antes de preguntar, sobre todo cuando más oscurillo vean al presunto. Pero como los polis de por allí están preparados tienen buena puntería y no siempre lo hacen a la cabeza. Después si a alguno le falla un justo Gran Jurado, muy claritos de piel la mayoría, entienden el terror del poli al ver algo tan monstruosamente negro delante de él, son comprensivos y no ven pruebas para imputarlo. Cuando los negros se cabrean, se les torea y como el diestro además ahora es negro (aunque yo creía que era mulato y con padre no hijo de esclavos) dice cuatro cositas con su piquito de oro, da algún abrazo y deja escapar alguna lagrimita que otra y hasta el próximo. De realizar alguna reforma en su sistema judicial nadie dice nada. En el “Mundo Libre” los negros eran ciudadanos de tercera en algunos estados hasta hace dos días. Además el porcentaje de negros en el corredor de la muerte (42%) es casi el mismo que el de blancos y no llegan al 15% de la población. Y eso de la pena de muerte debe ser toda una muestra de respeto a la “libertad” para vivir del reo.
Con su “inteligente” forma de elegir a sus parlamentarios es comprensible que ninguno de los presidentes que lo han intentado haya logrado universalizar la sanidad. Y eso teniendo la sanidad más cara del mundo para su erario público. Hay que reconocer que en el país de los lobbies, figura permitida que demuestra una gran calidad democrática, estos saben hacer su trabajo. La educación universitaria, salvo para los más brillantes que consigan una buena beca, está vedada a las clases más desfavorecidas.
Es cierto que Europa debe agradecerle su apoyo para parar los pies a Hitler, pero la mayor parte de la tarea la hicieron los rusos. Si se hubieran descuidado hubieran llegado a París antes que ellos. Los de La Pérfida Albión al menos fueron capaces de conseguir soportar la presión de sus bombardeos y mantener el orgullo de que ninguna potencia haya conseguido invadirlos a lo largo de la historia. Reaccionaron cuando los japoneses bombardearon Pearl Harbor. Entonces le vieron las orejas al lobo comunista y apoyaron a sus primos para, al desembarcar en Normandía, frenar más a los rusos que a los propios alemanes.
Lo del comunismo les supuso toda una psicosis y un tal senador McCarthy tomó cartas en el asunto y mostró su “democrático respeto” por los que creía peligrosos para el “Mundo Libre”.
El “Mundo Libre” se divirtió friendo con napalm a la población vietnamita de dónde acabaron saliendo por piernas y sus reclutas se dejaron por allí parte de sus tornillos. El “Mundo Libre” se dedicó a promover golpes de estado en Latinoamérica que supusieron “libres” dictaduras donde sus “libres” ciudadanos desparecían “libremente”. Lo de Nicaragua fue todo un ejemplo paradigmático de su “respeto” por la voluntad popular. Recuerdo a Reagan (el gran líder del “Mundo Libre”) como traía por la calle de la amargura a los nicaragüenses financiando a la Contra. En 1.984 cedieron y permitió unas elecciones democráticas para ver si los dejaban vivir; este democrático gesto lo agradeció el gran líder Reagan presionando para que las formaciones políticas de su cuerda ni tan siquiera se presentaran. A pesar de ello votó más del 75% (por el “Mundo Libre” si vota el 50% se pueden dar con un canto en los dientes) y el Daniel Ortega obtuvo un arrollador apoyo del 63%. Este resultado legitimó a los sandinistas ante muchos países de la comunidad internacional, pero no para el “Mundo Libre” que siguió apoyando a la Contra alegando que no habían podido presentarse todos. El “Mundo Libre” aceptó unas elecciones en Nicaragua en 1.990 cuando ya la URSS estaba en proceso de desintegración y por fin consiguió que una amalgama de 14 partidos, la Unión Nacional Opositora, algo aún más meritorio aún de lo que ha montado Mas en Cataluña, ganara aquellas elecciones. Por algo que se acercara al 41% de los votos que obtuvieron los sandinistas entonces, harían palmas con las orejas PP o PSOE en nuestro país en las próximas elecciones.
Los mejicanos dicen que su mayor desgracia es tener como vecino a los EE.UU. y creo que no andan muy descaminados porque una de las principales causas de los enormes niveles de delincuencia que sufre su país es que son camino de paso de la coca que esnifan sus ricos vecinos del “Mundo Libre”. “Mundo Libre” que favorece el tráfico de estupefacientes al prohibir el consumo de la coca, pero la marihuana ahora la permiten hasta cierto punto. Será porque es considerada blanda, aunque como ya la siembran por allí y dicen que es hasta el cultivo más rentable si consiguen algún beneficio sus agricultores no les vendrá mal. Quizá cuando consigan que la hoja de coca se pueda cultivar por allí cambian hasta de opinión y todo.
De la que tiene montada el “Mundo Libre” en África apoyando a regímenes “respetuosos” con las libertades y los derechos humanos de los que sus multinacionales consiguen sus materias primas se podría escribir páginas y páginas.
Muchos economistas critican a países como Venezuela o Cuba por su falta de respeto a los derechos humanos y a las libertades. De China no hablan tanto. Perdón, sí lo hacen. Es para ellos todo un ejemplo de productividad.
Termino con una duda existencial, ¿acabará siendo China un nuevo “Mundo Libre”?
Fermín