Las publicaciones financieras que Fisher Investments España analiza para formar su opinión suelen dar por sentado que las emociones de los consumidores determinan su comportamiento, lo que implica que sus sentimientos pueden tener repercusiones económicas más amplias. Por eso, muchas de ellas recurren a indicadores del sentimiento o de la confianza de los consumidores como señales de su conducta futura y, en consecuencia, como una medida de la actividad económica y de las ventas futuras de las empresas que cotizan en bolsa. Sin embargo, los análisis llevados a cabo por Fisher Investments España concluyen que dichos indicadores no predicen de manera fiable la actividad económica. Los sentimientos, al parecer, son volubles.
De manera intuitiva, podríamos considerar que los sentimientos de los consumidores predicen su comportamiento. Parece lógico pensar que, si alguien no está satisfecho con su situación financiera o está preocupado por la situación económica en general, procurará ahorrar en lugar de gastar. No obstante, en opinión de Fisher Investments España, según los análisis realizados en lo relativo al comportamiento de los consumidores, las emociones humanas pueden cambiar rápidamente. Por ejemplo, puede que un día alguien esté preocupado por su situación económica, pero que al día siguiente vean que un artículo que deseaban está rebajado. Terminan comprándolo, convencidos de que fue una ganga. Es decir, en este caso, la rebaja del precio se impone sobre los sentimientos personales.
En nuestra experiencia, muchas veces, los consumidores afirman que la situación general de la economía es mala—quizás influenciados por el tono de la cobertura mediática o la reciente volatilidad del mercado bursátil—, pero consideran que su situación personal es mucho mejor. Esta les inspira más confianza sencillamente porque están más familiarizados con ella que con la economía en términos abstractos. En este caso, las consideraciones personales influyen en su comportamiento más que su opinión sobre la economía en general, de la que se sienten más desconectados.
La falta de conexión entre lo que la gente dice sentir y cómo gasta se pone de manifiesto al comparar los resultados de las encuestas de confianza del consumidor con las métricas reales de gasto. Si existiera una relación estrecha entre los sentimientos y el comportamiento, cabría esperar que el gasto disminuyera cuando el ánimo decae, y que aumentara cuando el ánimo mejora. Sin embargo, como sugieren las figuras 1 a 3, la realidad es más compleja.
Como puede observarse, las ventas minoristas de la eurozona están en consonancia con el índice económico Sentix, una encuesta ampliamente utilizada que recoge la opinión de los encuestados sobre la situación actual, así como sus expectativas económicas. A finales de la década de 2010, hubo períodos en los que las ventas minoristas de la eurozona caían mientras el índice Sentix subía. Es más, este ha sido negativo durante gran parte de los últimos tres años, a pesar de que las ventas al por menor no cayeron continuamente a lo largo de ese período.
Figura 1. Ventas al por menor en la eurozona e índice económico Sentix
Fuente: FactSet, a 14/4/2025. Para mantener la claridad del gráfico, el eje Y, correspondiente a las ventas al por menor, se ha limitado al rango comprendido entre −3,0 y 3,0, a fin de excluir los valores extremos provocados por los confinamientos.
La empresa de investigación GfK elabora un índice de confianza del consumidor para el Reino Unido. Al igual que en el caso de la eurozona, el índice GfK se ha debilitado en los últimos tres años y sigue lejos de los niveles máximos de 2021. Sin embargo, eso no ha frenado las compras de los consumidores (figura 2).
Figura 2. Ventas al por menor en el Reino Unido e índice de confianza del consumidor GfK
Fuente: FactSet, a 14/4/2025. Para mantener la claridad del gráfico, el eje Y, correspondiente a las ventas al por menor, se ha limitado al rango comprendido entre −4,0 y 4,0 %, a fin de excluir los valores extremos provocados por los confinamientos.
Quizá lo más esclarecedor, en opinión de Fisher Investments España, es observar la relación entre el gasto en consumo personal en EE. UU. (PCE, la medición más amplia del gasto en Estados Unidos) y el sondeo de la confianza del consumidor llevado a cabo por la Universidad de Michigan, una encuesta ampliamente observada. El gasto de los consumidores en Estados Unidos ha aumentado de forma constante, a pesar de que llevan cinco años sintiéndose cada vez más pesimistas sobre la situación económica.
Figura 3. Gasto en consumo personal en EE. UU. e índice de confianza del consumidor de la Universidad de Míchigan
Fuente: FactSet, a 14/4/2025. Para mantener la claridad del gráfico, el eje Y, correspondiente al gasto en consumo, se ha limitado al rango comprendido entre −3,0 y 3,0 %, a fin de excluir los valores extremos provocados por los confinamientos.
A nuestro juicio, los inversores no deberían utilizar la actitud de los consumidores como predictor de la futura salud de la economía. Además de que los sentimientos no dicen mucho sobre el comportamiento futuro de los consumidores, nuestros análisis indican que el gasto en consumo, por lo general, se mantiene estable. Los hogares tienden a adquirir los productos básicos (por ejemplo, vivienda, medicamentos, servicios) independientemente de la situación económica. En épocas difíciles, las compras discrecionales son las primeras que se recortan, es decir, los gastos discrecionales responden a la economía, no la determinan. Esto no significa que dichas encuestas carezcan de utilidad. En opinión de Fisher Investments España, pueden ofrecer pistas sobre el pulso económico y el sentimiento de los inversores, según sus análisis sobre diversos conjuntos de datos. Si bien no ofrecen una visión precisa ni completa, aportan una cierta perspectiva.
Teniendo esto en cuenta, los inversores pueden prepararse cuando los medios de información sugieren que el sentimiento de los consumidores podría desalentar o fomentar el gasto y, por tanto, influir en la economía en general. Si el inversor tiene claro en qué debe centrarse —y qué debe descartar—, le resultará más fácil analizar las oportunidades de inversión.
Fisher Investments España es el nombre comercial utilizado por la sucursal en España de Fisher Investments Ireland Limited, (“Fisher Investments España”). Fisher Investments Ireland Limited es una sociedad de responsabilidad limitada constituida en Irlanda que opera bajo la denominación de Fisher Investments Europe (""Fisher Investments Europe""). Fisher Investments Ireland Limited y su nombre comercial, Fisher Investments Europe, están inscritos en el Registro Mercantil de Irlanda con los números 623847 y 629724. Fisher Investments Europe está regulada por el Banco Central de Irlanda. El domicilio social de Fisher Investments Europe es 2 George’s Dock, 1st Floor, Dublin 1, D01 H2T6 Ireland. Fisher Investments Europe externaliza parcialmente diversos aspectos de las funciones cotidianas de asesoramiento de inversión, gestión de carteras y operaciones bursátiles a sus filiales. El presente documento recoge la opinión general de Fisher Investments Europe y no debe ser considerado como un servicio de asesoramiento personalizado en materia de inversiones o fiscal ni un reflejo de la rentabilidad de sus clientes. No se garantiza que Fisher Investments Europe siga sosteniendo estas opiniones, las cuales pueden cambiar en cualquier momento a la luz de nuevos datos, análisis o consideraciones. La información que figura en el presente documento no pretende ser una recomendación o un pronóstico de las condiciones del mercado. En su lugar, tiene por objeto esclarecer los aspectos tratados. Los mercados actuales y futuros pueden diferir ampliamente de los que se describen en este documento. Asimismo, no se garantiza la exactitud de ninguna de las hipótesis empleadas en los ejemplos contenidos en el presente documento.