Adjunto Carta del 3T. Por si a alguien pudiera interesarle. Estimados Coinversores, Cinvest Long Run FI cierra el tercer trimestre con una subida del 3,24%. En el año, el fondo se revaloriza un 3,47%.Desde su constitución, el 11 de febrero de 2022, hasta el 30/09/25, la rentabilidad acumulada es del 34,68%[1], equivalente a una tasa anualizada compuesta del 8,53%. Debajo la comparamos con algunos índices que nos pueden servir de referencia:Esta rentabilidad anualizada desde inicio del 8,53% es la única que tenemos en cuenta, y es, junto con la capacidad de los partícipes de beneficiarse de dicha revalorización, lo que dictaminará en el largo plazo el desempeño del fondo. Aunque seguimos considerando que el plazo transcurrido no es todavía representativo, nuestro rendimiento desde que se constituyó el fondo está por debajo de algunos índices como el IBEX 35, que en este mismo periodo ha rentado un 16,8% anualizado, impulsado por un sector bancario en el que no participamos y que ha subido más de un 80% en lo que va de año. Tampoco superamos al S&P500, cuya rentabilidad anualizada desde febrero de 2022 es del 11,4%, gracias en gran parte al buen comportamiento de siete compañías (Apple, Nvidia, Tesla, Amazon, Microsoft, Alphabet y Meta Platforms) de las cuales sólo estamos en cinco de ellas, y con un peso considerablemente inferior a lo que ponderan en el índice (cerca de un 34% entre las siete). Sobre los bancos, ya hemos comentado con anterioridad nuestra reticencia general a invertir en ellos. Conviene recordar que entidades como Sabadell o Santander, con subidas de casi tres dígitos en lo que va de 2025, cotizan todavía a precios inferiores a los de hace 20 años. También hemos mencionado en el pasado el asombro que nos provocan ciertas valoraciones como la de Tesla, las criptomonedas y algunas empresas dentro del sector de la inteligencia artificial. Estamos convencidos de que muchas de estas historias terminarán mal. Batir a los índices es deseable y esperamos poder hacerlo en el largo plazo, pero el objetivo último de este fondo no es ese; es proteger el poder adquisitivo de unos ahorros que consideramos irremplazables. Evitar que los partícipes pierdan dinero de manera irreversible es y seguirá siendo prioritario frente a cualquier otro logro como puede ser el tamaño del fondo, su comportamiento frente a los índices o incluso su rentabilidad absoluta, si ésta es a costa de un mayor riesgo. Existen vehículos de inversión que históricamente registraron rentabilidades muy elevadas pero que sus inversores obtuvieron resultados mediocres[1] o incluso sufrieron pérdidas, por entrar y salir en momentos equivocados o porque no soportaron una volatilidad extrema. No es lo mismo la rentabilidad del fondo que la de los partícipes. Sólo si éstos últimos consiguen beneficiarse de su revalorización, el fondo habrá tenido éxito. Por ello, igual de importante que la rentabilidad es hacer entender a los inversores que detrás de cada acción hay una compañía, que no es lo mismo el movimiento del precio de sus acciones que el de su cuenta de resultados, y que vender en las inevitables épocas de pánico suele ser una pésima decisión. El 8,53% de rentabilidad anualizada desde inicio se ha obtenido asumiendo un riesgo que nosotros consideramos mínimo. ¿Por qué?, porque su origen se encuentra en los beneficios de 46 compañías excepcionales de muy diversos sectores que venden sus productos y servicios diariamente a millones de clientes en todo el mundo, ninguna supera el 4% del fondo (menor concentración y volatilidad que muchos índices), y de promedio tienen una antigüedad cercana a 90 años. No se nos ocurre mejor manera de proteger estos ahorros irremplazables que comprando participaciones en compañías contrastadas y rentables, poseedoras de activos únicos, y mantenerlas de manera indefinida. Podrá haber otras estrategias con más potencial de rentabilidad, pero ninguna nos ofrece la misma seguridad. Nosotros invertimos como si fuera el último capital disponible de los partícipes y estamos convencidos de tener una cartera sólida que aguantará futuras crisis. ¿Es buen momento para invertir? ¿Es mejor indexarse? La primera es sin duda la pregunta más escuchada en el ámbito de la inversión. Pero saber con certeza si es mejor invertir ahora, o dentro de 6 meses, es sencillamente imposible. Sin embargo, haber invertido en acciones[2] hace diez años ha sido mejor decisión que no haberlo hecho, y a su vez haber invertido hace veinte años hubiera sido una decisión todavía mejor. Y si hubiéramos invertido hace treinta años lo habríamos hecho considerablemente mejor que habiéndolo hecho hace veinte, y así sucesivamente. Estar mayoritariamente invertido ha sido históricamente la mejor decisión. Nos obsesionamos con tratar de averiguar si nos adentramos en una recesión, lo que harán los tipos de interés, o cómo se comportarán los mercados en el corto plazo. Ya lo decía el gran Peter Lynch en 1993; “Alan Greenspan es el presidente de la Reserva Federal y ni siquiera él sabe lo que harán tipos de interés en el largo plazo”. Nosotros no tratamos de predecir los tipos de interés o los mercados. Sin embargo, sí nos preocupa lo que hacen nuestras compañías en concreto. Nos preocupa, por ejemplo, que los directivos de McDonalds incrementen la recompra de acciones propias a costa de un mayor endeudamiento. Nos preocupa que Mapfre pudiera tener una elevada concentración de riesgos en grandes catástrofes, que vuelva a invertir en deuda de baja calidad crediticia (como lo hizo con bonos del Gobierno griego y de Bankia hace ya muchos años) o lo ajustado de su resultado técnico en el seguro de autos en España. Nos preocupa que el margen de refino de Repsol baje de 6 dólares en barril, o que la patente de Johnson & Johnson de su medicamento Stelara para la Psoriasis (10% de las ventas del grupo en 2022), venciera en EE.UU y en Europa, con la consiguiente entrada de genéricos, o sus litigios por el talco. Nos preocupa que Alcon le quite cuota de mercado a Carl Zeiss Meditec en lentes intraoculares, o que aparezcan sistemas de pago alternativos a Visa o Mastercard, o que la brasileña Vidroporto, participada por Vidrala, no funcione como esperado. Nos preocupa también toda la cuestión relativa a embalaje (“packaging”) de los bienes de consumo diario que venden Procter & Gamble o Colgate Palmolive, así como los nuevos competidores en calzado deportivo de Nike, y cientos de cosas más que pueden suponer retos o amenazas a nuestras compañías. Amenazas que por otro lado nunca dejarán de existir, pero que en el pasado se han superado por lo general con considerable éxito. Sobre la segunda pregunta (si es mejor indexarse), les animo a leer la carta anual Terry Smith de 2024 donde explica magníficamente su postura[3]. Para hacer la historia corta, a medida que proliferan los fondos indexados, el dinero fluye cada vez más y de manera automática a las posiciones de mayor peso por capitalización en cada índice, que a su vez aumentan de peso y atraen más dinero, retroalimentándose continuamente. Juzguen ustedes mismos si creen que esto no puede ocasionar burbujas en las valoraciones. Nuestras empresas Una vez conocidas las cuentas de la mayor parte de nuestras compañías a 30 de junio de 2025, podemos afirmar que los resultados siguen siendo muy satisfactorios. Insistimos en que tenemos una cartera muy diversificada, compuesta por 46 empresas muy distintas, y un gran número de estos negocios son poco cíclicos; las ventas de cepillos de dientes, cuchillas de afeitar, o el mantenimiento de ascensores o de tuberías de gas no suelen caer abruptamente en épocas de crisis. Durante el tercer trimestre hemos incrementado nuestra posición en Texas Instruments, Otis Worldwide Corporation y en Novo Nordisk. También hemos añadido dos nuevas empresas a nuestra cartera: Zoetis y Deckers Outdoor Corporation. Zoetis es una empresa norteamericana fundada en 1952, que fue subsidiaria de la farmacéutica Pfizer hasta que se realizó un “Spin-Off” (separación) en 2013, año en el que comenzó a ser una entidad independiente. Es el productor mundial más grande de medicinas y vacunas para ganado y animales de compañía. En los años 50, la división agrícola de Pfizer comenzó a investigar en medicamentos para el ganado y en 1952 abrió una instalación en Indiana que pasó a llamarse Pfizer Animal Health. Hoy, fabrica en 22 instalaciones ubicadas en 11 países (USA; España, Noruega, Irlanda, China, Brasil, Italia...etc). Gastan más de 600 Millones de USD al año en I+D y cuenta con aproximadamente 300 líneas de productos siendo los más vendidos los medicamentos desparasitadores, vacunas y los tratamientos para la dermatitis. La entidad opera con márgenes brutos cercanos al 70%, su deuda es muy contenida, recompra de manera constante acciones propias, el retorno sobre el capital empleado (ROCE) ronda el 25% y ha sido creciente en los últimos años y su precio de cotización, aunque no barato, lo vemos razonable, más si cabe teniendo en cuenta el crecimiento de la compañía. Deckers Outdoor Corporation, también norteamericana, se dedica a la venta de calzado. Sus principales marcas son las botas UGG, las zapatillas de correr HOKA y las sandalias TEVA. Es una compañía que a pesar de haber quintuplicado sus ingresos desde 2010, no tiene deuda, y su Retorno sobre el Capital Empleado ronda el 40%. Como la mayor parte de fabricantes de calzado (Nike, Skechers…etc), subcontrata la fabricación a terceros por lo que no es intensiva en capital. Cuenta con unos márgenes brutos del 50% y recompra y amortiza acciones propias de manera recurrente. Sus acciones han caído más de un 40% desde comienzos de año y consideramos que cotizan a un precio razonable por lo que hemos iniciado las compras. En este periodo no hemos vendido ninguna acción, manteniendo nuestra estrategia de mínima rotación. La liquidez disponible del fondo se sitúa actualmente en el 13%, que sería aprovechada en caso de caídas de los mercados.RiesgosEl principal riesgo que consideramos invirtiendo en un fondo como el nuestro, mayor incluso que la posible evolución negativa de las empresas en las que invierte, es la actitud del propio partícipe, que no pueda ser capaz de entender y/o soportar las inevitables oscilaciones de precios, que pueden ser muy fuertes. No recomendamos estar invertido a nadie que necesite el dinero en el corto plazo (preferiblemente 5 años al menos).Cómo invertir:El fondo está disponible en la plataforma Allfunds, sin importe mínimo y únicamente es necesario indicar a su banco la referencia: “Cinvest Long Run FI (ISIN: ES0174115024)”. Si su banco no se lo ofrece, puede contratarse directamente abriendo cuenta en Banco Alcalá (Creand Asset Management), o en Openbank (Grupo Santander).Estamos a su disposición para cualquier aclaración que necesiten. Toda la información legal relativa al fondo se puede encontrar aquí: https://creand.es/gesalcala-sgiic-sau/De nuevo agradecer a los partícipes su confianza. Pueden estar seguros de que por pequeña que haya sido la aportación al fondo, ésta será tratada como si fueran los últimos ahorros disponibles de esa persona.Diego Fernández (Asesor del Fondo)[1] Peter Lynch —el ex gestor del Fidelity Magellan— obtuvo un rendimiento anual del 29% en los años que gestionó el fondo (1977-1990). Según los cálculos del propio Lynch, el inversor medio de su fondo sólo obtuvo un 7% anual.[2] En un índice de acciones como el S&P 500.[3] https://www.fundsmith.co.uk/media/pirmvyly/fundsmith-annual-letter-to-shareholders-2024.pdf[1] La rentabilidad de cada partícipe dependerá del momento de entrada de cada uno