Hola careto.
Efectivamente, los hijos dan ese toque de incertidumbre-miedo al que vendrá.
Yo llevo trabajando desde los 16 años (en vacaciones cuando estudiaba y luego combinándolo con la universidad) y si bien es verdad que he vivido con mis padres hasta los 28 años, mi capacidad de ahorro ha sido grande, porque nunca he comprado nada a crédito hasta que llegó el piso y nunca he disfrutado adquiriendo cosas para dar envidia al de al lado (lo cual no quita que me guste y disfrute de lo bueno como el que más) con lo que recuerdo con gran alegría el día que con 20 años conseguí ver en la cuenta la mágica cifra del millón (eran pesetas, pero me parecía un objetivo increíble, igual por la influencia de las películas americanas y su millón ... de dólares! ja, ja).
Sinceramente, mi gran deseo sería:
1- Levantarme tranquilamente cada día de la semana cuando el cuerpo lo pida y haya descansado lo suficiente.
2- Prepararse con tranquilidad para ir a trabajar unas horas con la alegría de trabajar en lo que uno le gusta (actualmente no disfruto nada o casi nada a cuenta del estres. Incluso afectando a la salud por jornadas dignas de un controlador aéreo... pero sin su sueldo! ja, ja)
3- volver a casa a comer y pasar la tarde con amigos, visitar a la familia, pasear, conocer mejor mi ciudad, museos, cine, etc.
4- acabar el día en casa, comentar como ha ido el día, cenar, un poco de distracción (TV, ordenador, lectura, etc.) y a la cama!
DE vez en cuando preparar algún viaje (nacional o extranjero) en plan tranquilo, sin prisa ni grandes pretensiones, paladeando lo que va apareciendo ante nosotros y sin muchos planes previos.
Bufff, solo de pensarlo se me pone una sonrisa de lado a lado!!!
Por cierto, tengo un pequeño negocio en el sector de la construcción y rehabilitación energética, y si, este ultimo año seguramente no cumplamos previsiones como alguno anterior, pero me refiero a la media...